Globalización y economía: Gabriel Misas A.

Globalización y economía, Horizonte Femenino


Históricamente, se ha demostrado que las contradicciones internas del capital lo incapacitan para regular las condiciones esenciales de su reproducción. Estas limitaciones, entre las cuales se mencionan el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de apropiarse el producto del trabajo, generan diferentes crisis económicas que impulsan la creación de nuevos patrones de desarrollo. La crisis más reciente fue vivida por el Modelo Fordista, un sistema de acumulación masiva que vio la luz a inicios de 1914, a portas de la Primera Guerra Mundial, y que tras un largo proceso de implantación entre guerras alcanzó su boom en 1946.

Gabriel Misas en su ponencia sobre Globalización y economía busca develar las causas y consecuencias endógenas al sistema capitalista que dieron lugar a la crisis ocurrida entre 1970 y 1980. Inicialmente, el autor aborda el problema de la internacionalización de la economía analizando los acontecimientos económicos y de mercado presentados desde el inicio de la postguerra (1946) hasta finales de la década del ochenta y parte de los noventa. Luego estudia las características del nuevo modelo de crecimiento y sus efectos sobre los países en desarrollo, para concluir revisando las consecuencias de la globalización en la vida cotidiana de los habitantes de países periféricos.

En cuanto a la crisis puede analizarse desde dos frentes: la competencia y la oferta. El primer término alude a la nivelación de la productividad entre E.E.U.U, Japón y Europa, ubicada en los “30 gloriosos”1 o edad de oro del capitalismo, donde tuvo lugar un rápido crecimiento de sus economías a partir de la expansión de la demanda interna y reducción de la exportación. Este crecimiento acelerado produjo, a su vez, una desaceleración del ritmo de la productividad laboral, un incremento de la producción, saturando los mercados internos y la búsqueda de nuevo mercados para los productos excedentes. 

Con respecto a la oferta, obedeció a factores técnicos y político-sociales estrechamente relacionados entre sí: sobre participación de unos empleados en el proceso de producción con el consecuente incremento del estrés laboral y la producción de piezas defectuosas; incremento de los salarios reales que implicó el reemplazo de los trabajadores profesionales por migrantes extranjeros, mujeres y niños; aumento de los costos de producción como resultado del alza en los precios del petróleo; desarrollo de nueva tecnología de base microelectrónica e incremento del desempleo.

Como resultado de estos múltiples factores, las economías centrales deslocalizan sus actividades manufactureras, en una primera fase, hacia las zonas rurales de sus ciudades y posteriormente hacia los países periféricos; en esta primera etapa de implantación, las filiales manufactureras se adaptaron a las economías receptoras y a los marcos legales que las regulaban. 

De este modo, las economías fuertes se dedicaron a la producción de industrias intensivas en capital y tecnología basadas en la capacidad intelectual del hombre; mientras las periféricas realizaron los procesos manufactureros relegados. Este fenómeno denominado redespliegue industrial generó la remodelación de la división internacional del trabajo (DIT), dando paso a la emergencia de los países de nueva industrialización (PNI) y a un nuevo sistema técnico: la automatización flexible.

Para abordar las implicaciones económicas y socio-políticas de la automatización, debemos detenernos en tres aspectos claves en el proceso de internacionalización de la economía: la baja demanda de los productos en el mercado interno, la evasión de los controles que imponía el Estado a los contratos de trabajo y el incremento de los precios del petróleo. 

En el primer caso podemos decir que la caída de la productividad y rentabilidad que sufrieron las corporaciones a partir de la década del 60 fue enfrentada, con ayuda de nuevas tecnologías y nuevas formas organizativas, reduciendo el tiempo de rotación del capital, lo que implicaba, igualmente, reducir el tiempo de rotación en el consumo; nace el concepto de obsolescencia programada, y se imponen transformaciones culturales importantes como la percepción de las modas y la creación de necesidades humanas ligadas a lo efímero, la diferencia, el espectáculo.

Con relación al segundo aspecto, el modelo Fordista requería organizar la economía como un sistema de Estados-Nacionales con clara injerencia sobre los procesos productivos, el Estado fue encargado de regular los ciclos de los negocios combinando las políticas fiscales y monetarias con intervención sobre los acuerdos salariales.  

Con el incremento de la movilidad de capitales y el desarrollo de un nuevo modelo económico, globalizado, complejo, dinámico y jerarquizado, las economías nacionales son atomizadas en regiones, perdiendo legitimidad y poder para manejar soberanamente sus monedas, ya no son autónomas, sino que dependen de las coyunturas internacionales, cediendo su papel central en los procesos económicos a favor de grandes corporaciones.

En consecuencia, los trabajadores quedaron desprotegidos frente a las presiones de los empleadores, quienes aprovechándose de la debilidad sindical para negociar convenciones colectivas impusieron contratos laborales más flexibles, buscando contrarrestar la supuesta contradicción existente entre la disminución de la productividad por trabajador y el crecimiento del salario real. Así mismo, el desarrollo de nuevas tecnologías en la producción afectó a los obreros menos calificados, incrementándose la demanda de personal con mayores conocimientos tecnológicos. 

Vale aclarar que este fue el desarrollo del proceso en los países industrializados, en las economías periféricas donde la regulación estatal es nula para proteger los intereses de las clases pobres, las corporaciones encontraron una mano de obra obligada a ceñirse a sus condiciones laborales, acentuado más la vulnerabilidad de los grupos excluidos.

En cuanto al tercer aspecto, el impacto generado por los altos precios del petróleo deterioró la balanza comercial de los países importadores netos de productos derivados, provocando un crecimiento en los costos de producción, deteriorando la tasa de rentabilidad y afectando negativamente la acumulación de capital y el nivel de actividad económica. 

Los gobiernos, basados en políticas keynesianas, implementaron estrategias presupuestales expansionistas, tratando de disminuir el desempleo y aumentar la actividad económica, medidas que contrariamente originaron un drástico crecimiento de la inflación, entrando en un período de estanflación2, fenómeno desconocido en ese tiempo por los países desarrollados.

Las políticas expansionistas que tienen lugar a partir de estos cambios y estrategias macroeconómicas reciben el nombre de globalización o mundialización del capital.  Misas define la globalización como un proceso multidimensional, un entramado de relaciones sociales que integra elementos económicos, políticos, sociales, culturales e ideológicos fuertemente interrelacionados entre sí, y que puede percibirse con mayor fuerza bajo la premisa de los procesos comunitarios.  

Las tecnologías de la comunicación y la información han generado una globalización de las transformaciones financieras permitiendo la fluidez del capital y la formación de una cultura global cuyo énfasis es la imposición del libre comercio.  Otros aspectos de la revolución económica moderna son el desplazamiento del capital de los países centrales a los fondos de pensiones e inversiones (Modelo de financiamiento anglosajón) y la imposibilidad de los bancos centrales de regular y reglamentar el modelo de crecimiento, debido a los grandes volúmenes de recursos que moviliza el sistema financiero internacional.  La crítica que surge claramente es que éste modelo no da las condiciones para reactivar el proceso de acumulación de capital en los países centrales y ello hace que el sistema financiero sea inestable estructuralmente.

Si bien la globalización es un fenómeno histórico que adquiere matices diferentes según la época en que se presenta, su expresión actual ha movilizado cambios importantes en las configuraciones socio-políticas y culturales, haciendo visibles regiones, culturas y minorías étnicas que antes no tenían la atención del Estado.  En Colombia y otros países de América Latina, la globalización ha significado el tránsito desde la política de sustitución de importaciones hacia la acelerada internacionalización de los procesos productivos, estimulando la importancia de reafirmar una política industrial y comercial que impulse y permita el desarrollo de la industria y el aprovechamiento de su potencial y de los recursos en los diferentes mercados.  

La globalización también ha implicado la pérdida de importancia de la producción de materias primas frente a la producción de manufacturas y servicios; la conformación de bloques económicos que alteran los sistemas geopolíticos de seguridad global y cuyos intereses se anteponen a los nacionales, la devaluación de las capacidades productivas de los trabajadores, sumada a la pérdida de bienestar social y la conversión de la cultura en un producto y factor de producción.

Estos cambios y propuestas están basados en supuestos políticos e ideológicos que exigen ser eficientes y competitivos para insertarse en el mercado capitalista; lo que significa flexibilizar los mercados, particularmente el de trabajo; estimular la competencia y eliminar las regulaciones por el Estado, es decir, destruir las reglas construidas por la sociedad y legitimadas por ella para regular las relaciones entre los diferentes actores sociales

Bibliografía

Misas Arango, Gabriel (1996): Gobalización y economía, en varios: El nuevo orden global: dimensiones y perspectivas.  Bogotá, Universidad Nacional de Colombia - Universidad Católica de Lovaina, 1996.

CITAS

1 Inicio de la postguerra (1946) y mediados de los años 70s
2 La estanflación (calco del inglés: stagflation, palabra compuesta a partir de stagnation, estancamiento, e inflation, inflación) indica el momento o coyuntura económica en que, dentro de una  situación inflacionaria, se produce un estancamiento de la economía y el ritmo de la inflación no cede. Estanflación combina los términos «recesión» (o estancamiento) e «inflación»; es la situación económica que indica la simultaneidad del alza de precios, el aumento del desempleo y el estancamiento económico, entrando en una crisis o incluso recesión.

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