Emma Vargas Flórez de Arguelles(1881-1961)
El mar Pacífico
En un día de sol, claro y lejano,
hasta una cumbre andina y rocallosa,
Balboa y Florazul , la novia hermosa,
llegaron fatigados del verano.
Y la india mostróle con su mano
la exaltación del agua milagrosa,
que en su vaivén golpeaba deleitosa
filones de coral del océano-
En la extensión ilímite y tranquila,
se detuvo radiante su pupila
y "Mar del Sur" llamólo en su alegría...
Mientras que Florazul, como extasiada,
con un beso selló la boca amada
de Vasco Núñez, ¡en mitad del día!
Manuelita Sáenz
Joven y linda, altiva y rencorosa,
el sino la marcó con luz de estrella.
Para la libertad... dejó su huella
en los senderos de la patria hermosa.
Amo a Libertador con generosa
y honda pasión, con fuerza de centella,
y le salvó la vida por aquella
ventana en esa noche pavorosa.
En que astutos traidores y villanos
por darle muerte con sus propias manos
entraron al palacio en que velaba.
Perdón para Manuela en sus errores,
porque supo calmar con sus amores
¡el alma de Bolívar destrozado!
Lumbre del alma
Este amor no es la llama que consume
ni destrucción de alas luminosas;
no es el candente sol sobre las rosas
que las seca robando su perfume.
El puro amor no es nada que se esfume,
nada que deje huellas dolorosas;
es luz sobre las auras jubilosas,
en ternura infinita se resume.
El amor que hay en mí -lumbre del alma-
es el amor que llevará a la calma
a quien lo inspire sin soñarlo acaso.
Y así como una estrella se eterniza,
perdurará este amor que se idealiza
¡más allá de mi aurora y de mi ocaso!
Laureles del soneto
De la fecunda y castellana ofrenda
de nuestro idioma puro, es el soneto
voz inmortal, que guardará el secreto
de hacer más dulce el verso y su leyenda.
Catorce líneas... El que lo comprenda
hará de su ritual corto y coqueto
un poema de amor, o el raro, escueto
diagrama de dolor y su contienda.
Salve soneto azul, que te engalanas
de lentejuela y sol, y te proclamas
de la lírica hispana, rey y amparo.
Quien te rinde homenaje y pleitesía
hará de sus estrofas poesía
porque tú, con tu brillo serás faro.
Sin madre
Llevaba la maestra, en un día de asueto,
a sus locos chiquillos a su campo a jugar,
irradiaban sus voces el divino secreto
de la grata alegría, jubilosa y real.
Solo un niño tenía el ánimo tan quieto,
que al verlo parecía se pusiera a llorar;
preguntéle su pena y respondióme inquieto:
“Como madre no tengo, yo no quiero jugar”.
Se me llenó el alma de una inmensa ternura,
lo estreché entre mis brazos por quitar la tortura
del huérfano que triste no quería el placer.
“En nombre de tu madre que vive allá en el cielo,
recibe, dulce niño, mi beso de consuelo”.
¡Yo vi entre sus labios la risa florecer!
El manto azul
La tempestad en lo alto retumbaba
y en lluvia torrencial se convertía;
un niño pobre al otro le pedía
el manto que su cuerpo le abrigaba.
El niño al ver lo justo que alegaba,
dióle su roto manto, pues podías
calentar al chiquillo en su agonía
y alivio dar a quien con fe oraba.
Quemó el rayo, en la noche, sus dos sueños,
y amortajó la lluvia con su llanto
sus cuerpecitos, cual flotantes leños.
En el cielo hubo fiesta y hubo canto
porque Dios ofrendóle a los pequeños
lleno de estrellas su celeste manto.
Cuando llega el amor
Cuando llega el amor, grana la espiga
y la ilusión levanta su bandera,
y torna a florecer la primavera
como una dulce y celestial amiga.
Todo parece hermoso, sin intriga;
el ensueño despierta a su primera
y fúlgida emoción... mientras espera
pase el amor, que del dolor desliga.
Regala, amor, para la vida triste
tu palabra de sol ¡y alegre viste
de milagros sus horas de bonanza!
Manos Femeniles
Manos oficiosas que en vez de la aguja
empuñáis la pluma que el anhelo empuja
y en vez de calados formáis un rondel;
sois las secretarias activas del alma,
que en horas felices trabajáis en calma
ver armoniosos de acibar y miel.
Hay manos pequeñas de blancor de cirios,
que en la vida enjugan los lentos martirios
de los perseguidos por algún dolor;
son manos de madre que bendicen y oran,
son manos de hermana que cariño imploran
y nuestros senderos salpican de amor.
Varones marcados con nimbos de gloria:
respetad las manos que limpias de escoria
hilan sus encajes con rayos de sol;
las que con visiones de su fantasía
decoran el verso, llenas de alegría,
dejando en sus letras dorada ilusión.
Doncellas esquivas y bellas esposas,
interpretadoras de las mariposas
que van y que tornan en vuelo gentil:
no sois escritoras, sois trovas errantes,
del Divino Artista quimeras flotantes
que traen misteriosa caricia sutil.
Hay frágiles dedos que el hambre adivinan
en los pequeñuelos, que suaves se inclinan
y que distribuyen todo con afán;
semejan de Cristo las manos liliales
que con su contacto curaban los males
y multiplicaban los peces y el pan.
Dedos que aprendieron la santa obediencia,
que dulcificaron amarga existencia
y que han respetado la vida, el honor.
Van para esas manos de virtudes llenas
enhiestos manojos de albas azucenas
y la unción perenne de nardos en flor.
Dejad que las otras busquemos muy lejos
la eterna belleza de limpios reflejos
la lumbre de Sirio que tiembla en el mar,
y que muestra mano, que la mente obliga
jamás en la lucha demuestre fatiga;
perdonad si sólo sabemos soñar.
Mujeres de América, de sueños hermanos:
para el himno nuevo todas nuestras manos
tejerán un verde ramo de laurel,
y-unidas-pondremos de nuestros jardines
las frescas violetas, los raros jazmines,
las lilas frondosas, el rojo clavel.
Serás en la inquietud de la jornada,
ternura en el silencio y voz amada
para el que puso fe, en tu esperanza.
Bibliografía
- Las mejores poetisas colombianas / Josefa Acevedo de Gómez... [et al.]. Series Biblioteca aldeana de Colombia Selección Samper Ortega de literatura colombiana. Editor: [Bogotá] : Minerva, 1936.
Muy bnitos poemas. Saludos
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