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Mostrando las entradas de marzo, 2019

Estación derrota

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Catedral de Siena, Italia (Fotógrafo Paolo  C. Butturini) Las rupturas amorosas asemejan paradas forzosas, en estaciones lejanas y desconocidas. Al descender, buscamos con afán algo o alguien que justifique nuestra presencia.   La mirada vaga por rostros y figuras que se tornan grises o pierden su encanto demasiado pronto. Acorralados por el orden de las cosas, nos evadimos a un momento anterior al caos y al dolor del presente.  Allá donde el lenguaje tiene sentido y podemos construir oraciones sin oscilar entre el pasado vivido con la pareja y el presente  sin ella. Las rupturas también tienen la impronta de una noche pasada a la intemperie o una parada brusca en la autopista.  Pero mi sensación favorita es el vértigo que producen, similar a una caída al vacío, y La angustia por saber cuál es el punto final de la historia y que distancia debemos recoger hasta alcanzarlo.  Con el quiebre de la continuidad,  nos sentimos incómodos en nuestro propio cuerpo.  Ignora

Alargada ausencia

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Bogotá, D.C., Colombia Ninguna soledad precisa compañía, nadie la puebla ni puede darle un nombre que la niegue. Toda soledad se desnuda entrelíneas, en gestos vívidos y pausas de silencio. Mi soledad se cruzó con la tuya una mañana. Olvidó su propio ser y fue sombra, o alargada ausencia, liviana tras mis pasos y densa bajo la luz de tus ojos. Mi soledad y la tuya son preguntas abiertas, escritas en arquetipos eternos, incontestables, desde la finitud del lenguaje. Quiere mi soledad acercarse a la tuya, deambular juntas, igual próximas y distantes. Mas tu sombra solo es tal en el crepúsculo y la doliente mañana la esconde entre tus carnes. Me niega la vida resolver tu laberinto, interpretar tu mirada con un lenguaje distinto al mío. Y te sostiene ante mis ojos inexpugnable. Un acertijo del tiempo sin solución, infranqueable. ¡Libertad... para pensar!