Alargada ausencia


Bogotá, D.C., Colombia


Ninguna soledad
precisa compañía,
nadie la puebla
ni puede darle un nombre
que la niegue.

Toda soledad
se desnuda entrelíneas,
en gestos vívidos
y pausas de silencio.

Mi soledad se cruzó
con la tuya una mañana.

Olvidó su propio ser
y fue sombra,
o alargada ausencia,
liviana tras mis pasos
y densa bajo la luz de tus ojos.

Mi soledad y la tuya
son preguntas abiertas,
escritas en arquetipos eternos,
incontestables,
desde la finitud del lenguaje.

Quiere mi soledad
acercarse a la tuya,
deambular juntas,
igual próximas y distantes.

Mas tu sombra solo es tal
en el crepúsculo
y la doliente mañana
la esconde entre tus carnes.

Me niega la vida resolver tu laberinto,
interpretar tu mirada
con un lenguaje distinto al mío.
Y te sostiene
ante mis ojos inexpugnable.

Un acertijo del tiempo
sin solución,
infranqueable.

¡Libertad... para pensar!

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