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Mostrando las entradas de marzo, 2022

Lilia Gutiérrez Riveros (1956)

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Lilia Gutiérrez Riveros, escritora colombiana Biografía Macaravita, Colombia, es el cuna de una destacada personalidad polifacética: poeta, ensayista, narradora, química y bióloga. Su amplia formación incluye estudios en medicina cuántica y astroquímica, revelando una mente inquisitiva y apasionada por el conocimiento. Como catedrática universitaria, comparte su experiencia y conocimientos, dejando una marca significativa en la educación superior. La obra literaria de esta multifacética autora ha trascendido fronteras, con algunos de sus poemas traducidos a diversos idiomas como francés, inglés, portugués, alemán, italiano, árabe y mandarín. Su participación en antologías y estudios críticos destaca su relevancia en la escena literaria internacional. En el ámbito de la poesía, fue galardonada como la ganadora del I Concurso Mundial de Ecopoesía en 2010, reconociendo su capacidad para fusionar la sensibilidad artística con la conciencia medioambiental. Además, su compromiso con la paz l

Inés Blanco (seudónimo Luna de abril) (1948)

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Inés Blanco, escritora colombiana   Biografía: Inés Blanco, conocida artísticamente como "Luna de Abril", es una destacada escritora y poeta nacida el 13 de abril de 1948 en Bogotá, D.C. Su obra abarca diversos géneros literarios, entre ellos la creación epistolar, poesía, páginas líricas, cuento breve y prosa poética. A lo largo de su carrera, ha dejado una huella significativa en la escena literaria colombiana. Entre sus obras más destacadas se encuentran "Paso a paso", "Piel de luna", "El Tiempo y la clepsidra", "Navío de arena", "Nostalgia de la luz" y otros títulos que han consolidado su posición como una escritora versátil y talentosa.  Además, se encuentra inmersa en nuevos proyectos en proceso de edición, como "Los silencios que me habitan", "Parpadeos de Luna y Bambú (Haikús)" y otro aún sin título, prometiendo seguir enriqueciendo la literatura con su creatividad. Inés Blanco ha contribuido a dive

Carmiña Navia Velasco (1948)

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Carmina Navia, escritora colombiana Más información sobre la autora Mis palabras En el sombreado espacio de mi alcoba me encontré mis palabras largamente perdidas, añoradas, búsqueda inútil de aguaceros tantos. Tenían el sabor fresco de un nombre recién hecho, el aire de un mañana mejor, la limpidez del agua de montaña. Tenían la caricia de un camino encontrado, tenían la frescura que tiene un nuevo amor. (De Geografías, 2008) A veces A veces, cuando quiero olvidarme que este mundo es un asco y no lo consigo con un vaso de vino leyendo a Borges o escuchando a Pablus, salgo a la calle a las tantas de la madrugada y siento el frío de la noche rozándome los pómulos. No consigo olvidar que en los países libres la prostitución tiene status, que las respuestas se las dan a los niños en clisés fotográficos, que a unas hambres se les niega su pan y a otras el derecho de serlo, que la filosofía la venden aquí y allá en envases de latón, que entre los avisos clasificados aparece de pronto uno qu

Anabel Torres (1948)

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Anabel Torres, escritora colombiana   Más información sobre la autora Temiendo leer Son tiempos distintos. Penélope, ajada y con gafas oscuras para que no la reconozcan los chulos de los diarios vespertinos, revisa cada tarde los listados aparecidos en los muros de la Alcaldía Temiendo leer el nombre de Ulises entre los caídos. La mujer del esquimal 1981 (Segundo Premio Concurso Nacional de Poesía 1980 Universidad de Antioquia)   Ella, la mujer del esquimal, os dejó este legado: nieves baldías y este pocito hirviente de lágrimas a 30 metros de profundidad. Ternera medio crecida Mi memoria cuando está dormida da cabezazos contra la cerca, corre el pasador con los dientes y luego se desliza fuera calladamente: todavía y siempre ternera medio crecida cuyo pasatiempo favorito es ensartar estrellas con sus cuernos blandos, suave, torpemente. Aquí fuera también te persigue. La caja negra Cuando me estrelle contra el cerro esto dirá mi caja negra cuando la desmonten, éste era el comando que l

Alicia Haydar Ghisays (1947)

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Alicia Haydar Ghisays, escritora colombianas   Más información sobre la autora La rifa No soy adicta a los juegos de azar Nunca compro loterías no juego naipes ni ruleta ni voy a los casinos Pero, hoy decidí rifar mi alma le vendí todas las boletas a Dios. He remado contigo ¿Recuerdas tu cayuco de pescador Tronco de árbol, de cuerpo negro, calafateado Que flotaba en la bahía? ¿Recuerdas esa bahía Entonces, de aguas claras Donde me enseñaste a conocer, en su fondo Las estrellas? Me encantaba el chapoteo de los remos y Cuando convertías en velero tu cayuco A ese grito tuyo de capitán Sin palas ni uniforme ¡Liiistooos, a virar! ¿Recuerdas cuando descubrí el reflejo del sol En las aguas Hendidas por su proa y Cuando descubrí el silencio porque el chasquido de los remos rompía la algarabía de pájaros en el manglar? Contigo aprendí a entender el arte del alcatraz El arte de su pico clavado en el corazón del mar. Aprendí a conocer la sal en la espuma de la ola. ¡Ah! tiempos aquellos En que in

Astrid Lander (1962)

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Astrid Lander, escritora venezolana   Breve reseña biográfica Nació en Caracas en 1962. Es Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela.  Simultáneamente, estudio Licenciatura en Artes, mención Cine, en la misma universidad. Cursó el Taller anual de Poesía del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos en 1991 y 1992. Sus primeros poemarios fueron premiados. La distancia por dentro. Primer premio Ramón Palomares 1994 y Azul Lejos, primer premio Lucila Palacios 1997. Su tercer poemario Se Es. Poemas Novelados, es publicados en Santo Domingo, República Dominicana en 1999.  En el 2006 publica una Antología de Versos de Poetisas Venezolanas. ________________ Me desafió la perversidad de la distancia. Me abstenido al ardor. Adormecer la urgencia del cuerpo. avivar el coraje para desvanecerte Como fuego cruzado. En las salas de espera enloquezco. Si pudiera adelantarme Traspasar como una heroína poseer honorable El poder de alcanzarte. Hay que apalear la frialdad nev

Edda Cavarico (1948)

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Edda Cavarico, escritora colombiana   Más información sobre la autora

Mercedes Mejía Meléndez

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Mercedes Mejía Meléndez, escritora colombiana   Más información sobre la autora Paz Tal vez lo monstruoso sólo es lo desvalido que busca nuestro abrazo . R. M. Rilke Amanece en el Valle esta luz que se estrena de un sol desconocido a la tarda esperanza. ¿Será posible el sosiego del corazón que abriga los perdones? Ahora atisba con esmero la mirada a los ojos y el abandono de las almenas para caminar a ras de otros. Se aprende ese sabio sentir de víctima creyente que abraza al asesino como a un semejante. No es fácil caminar sobre un filo sangrante, encoger los recuerdos y volver a ser niño en la confianza. Hay que limpiar, recoger sembrar de nuevo y dejar que la lágrima hecha nube sólo alimente el mar. Nueva labranza es la paz anuncio de pan fresco en la alborada. Más allá del olvido Mas lo mortífero, lo pavoroso ¿cómo lo acoges en ti, cómo lo soportas? - Yo celebro. R. M. Rilke Una niña ve con horror rodar cuerpos desde la volqueta levantada. Esa imagen será indeleble en su vida más a

Graciela Rincón Martínez (1949)

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Graciela Rincón Martínez, escritora colombiana Más información sobre la autora EL ARBOL QUE ME HABITA LA RAIZ I Desde la cuna escucho la voz desnuda de la tierra. Del jardín de mi infancia escapan diminutas criaturas vegetales. Y en las noches, la risa de las frutas se mezcla con las canciones de mi madre. Desde todos los lugares del mundo los árboles me llaman. Corro a su encuentro. De nacimiento soy árbol por dentro. II Antes de ser árboles eran ángeles. Cuando pecó la tierra con el sol cayeron en una lluvia verde y transparente. Huyeron con una sola ala y la anidaron en el cuerpo sin vida del planeta. Y siguieron pecando naciendo ríos pájaros y almendros. Antes de ser árboles eran ángeles y cayeron en manzanos y dejaron a Dios sin paraíso. III Momentos que han caído al sinfín de las ausencias. Acuarelas que pinta la memoria: Mi madre espantando el pájaro de la tempestad con un palo de padrenuestros. Mi padre escondiendo el huerto de los ojos de los conejos. Ana, abuela de risa de ca

Rosa Victoria Mejía de Gómez (1949)

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Rosa Victoria Mejía, escritora colombiana Más información sobre la autora Palabra Preludio Desde esta soledad ruego porque mi verso en las alas del viento llegue a su oído... y el temblor de mi alma sea el anuncio de este canto a dos voces. Y es ronda la palabra Han caído las hojas. La estación de los vientos me llena de su música seca. Aquí y allí, las imágenes... esa línea inexacta de límite y de sombra. Y mis ojos, punto adentro recalcando los mejores espacios, los mejores colores, la mejor estación! En tu nombre, cae entonces el alma, ansiedad perseguida, ave en retorno sobre el blanco perfecto. Ronda número uno Como el eco... Esa estación de mi alma, esa voz que en las cosas se repite inexorablemente, hasta el hastío, como imagen que pende del misterio, como bruma en la sombra, es lo que soy, cuando en mis soledades, te descubro. como una castañuela, entonces lloro de amor y asombro, algunas veces río y por tu voz que irrumpe en el bullicio y revive alegrías, por ella, surge la pa

Elena Jordana (1934-2008)

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Elena Jordana, escritora argentina Más información sobre la autora Desnudo neoyorquino Tengo miedo a que la canilla gotee y me despierte antes de hora a que en el lavadero no limpien bien mi ropa a llegar al trabajo con demora a que la gente piense que mi falda es demasiado larga o demasiado corta a que mis compañeras noten mi uña rota a comer más calorías de las que mi sistema absorba a no comunicarme con la computadora a que mis amigos sospechen que no he leído los libros de moda a que la psicoanalista no apruebe que yo practique yoga a olvidarme de poner sal en la sopa a comer sola a que el televisor se descomponga a que las píldoras para el insomnio no me hagan efecto ahora a que mi vecina (que es loca) insista e repetir la absurda historia de que una noche yo salí al balcón ebria y sin ropa agitando un diario que decía MUJER ASESINADA y gritando: yo vi cómo la amenazaban la vi forcejear desesperada y vi que miraba mi coche esperanzada y sentí un miedo tal que aceleré la marcha (…m