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Trópico
Montan guardia en los balcones
los helechos y los geranios.
Por los corredores pasea
el eco de los duendes
y las mariposas subastan
sus dones entre ayuelos y naranjos.
Pétalo a pétalo
el jardín construye
su mecedora
entre las margaritas
las azucenas y las buganvilias.
Ebrio de luz y verdes
el horizonte extiende sus manteles
ante la cita puntual de la mañana.
De la pendiente
llega el murmullo del agua
que congrega el salpicón de hojas
en el equipaje de picos y cantares.
Los destellos de arco iris
prolongan
la cumbre de la cordillera.
Sueño de trópico
incendio de vida en mi costado.
Del libro Intervalos, 2005
La cuarta hoja del trébol
A la muerte le falta
el agua que en el prado
descubre las líneas del alba.
La cuarta hoja del trébol
Deberíamos ir a la muerte
como se llega al beso del primer amor.
Deberíamos ir
con los pies descalzos
y un traje de playa.
A la muerte
le falta el aire de Amazonas
dos sílabas en Quechua
un Dios Azteca
Una virtud Caribe
y el corazón
repleto de excepción.
A cambio
nuestras familias
tropiezan precipicios
calles ambiguas
ciudades absurdas.
Amigos
deberíamos
ir a la muerte
como una mañana de domingo
descalzos a la playa.
Del libro La cuarta hoja del trébol 1997
Somos Tierra
Porque el viento
esparce por la tierra
las generaciones idas
no existe partícula escondida
sin memoria, sin esencia.
No existe gota en el mar
que no haya sido sangre, pálpito o aurora.
Cada gota de savia
en los tallos del mundo
ha sido arrullo y beso
amor y temple humano.
La tierra que pisamos
es el camino de los ancestros.
Somos la expresión de su cosecha.
Aquí estamos, de pie.
Somos evolución y sustancia
partícula de raíz, estatura arbórea
virtud de agua, prisma de la roca
sonido de la selva
abrazo, recuerdo, conjugación de vida.
Dentro de uno o dos milenios
alguien inclinará su cabeza
y escuchará acordes antiguos
cuando levante de la tierra
y acerque a su corazón
el puñado de murmullos
de sus antiguas generaciones.
Del libro Pasos alquilados 2011
Espíritu de la cosecha
Síntesis de siglos
en la hoja que brinda su virtud
transformando la luz en sustancia.
Derroche que será flor y fruto
en la coreografía del paisaje.
Columna para el ritual de las abejas
la vacilación del colibrí
la rendición de mariposas
el despilfarro de aromas.
Equilibro en la hora horizontal
cuando las manos se abren
para recibir en manojos
el alimento
que alegrará los rostros y las bocas.
Envoltura de gramíneas
vigor de lunes y de auroras.
Ensamble de vectores
El sonido se descuelga
sobre el jarro iluminado.
La chispa
escapa de la sinfonía del Cosmos.
Proviene de otra elíptica del tiempo
de un logaritmo que descubre
la virtud escondida entre los astros.
Es la forma vectorial
de los contornos del alba
antes que se impongan
las perpendiculares del sol.
En esa ruta aún no fragmentada
se conjugan los signos y los anagramas.
El columpio del sonido
va y vuelve
entre el arrullo del amanecer
y el instante de quietud.
Planeta de bolsillo
Recorro la elongación de un suspiro
y siento que tenemos derecho
a un mundo sin residuos
sin armas y sin humo.
Siento ganas de un planeta de bolsillo
para caminarlo a pie
sin prisa y sin horarios.
Un planeta con olor a vida simple
para sembrar abrazos y utopías.
Un planeta para respirarlo
con los árboles y los venados
orugas, mariposas y delfines.
Un planeta con mares de medusas y crustáceos
y la migración de vuelos del Ártico hasta el Índico.
Recorro la elongación de un suspiro
y protejo entre el bolsillo
mi planeta de bosques y manglares
sin ruidos en el aire y calma en las ciudades.
Un planeta con gente de conciencia verde
de manos dispuestas a madurar la vida
y el corazón crepitando al borde de la noche.
Poema ganador del I Concurso Mundial de Ecopoesía, Tumbes, Perú, 2010 .
Bibliografía
Doble travesía, 2017
Intervalos (poesía), 2005
La cuarta hoja del trébol (poesía), 1997
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