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Mostrando las entradas de enero, 2014

El otro lado de las cosas

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¿A que sabe el amor cuando está muriendo? ¿A qué tu ausencia las noches que duermes fuera y vigilo el firmamento para evadir lo terreno? - ¡ Pendeja! el amor no es un sabor. - ¿Crees que debo cambiarlo? - Juega a decirlo de otra forma. - No me ayudas. Tienes que ser más específica. Dame ejemplos. - Pregúntale al cabrón si aún te quiere. - ¿Tú crees? No quiero empezar siendo tan directa. Ya sabes, es mejor darle la vuelta. Exponer argumentos y luego dejar la incógnita -  Yo que tú lo mando a la mierda y se acabó. No sueñes, deja de adornar las cosas. No le des la vuelta a nada y pídele  que sea claro. - Prefiero seguir con mis motivos ¿Me ayudas? - Si no hay remedio. Pero no te pongas muy romántica. ¿Conserva algún olor el amor agonizante? ¿H uele a ausencia entre las sábanas tibias bien temprano en la mañana o a descompuesto, a cosa fofa que se olvidó en el armario? ¿Puede palparse el amor cuando se está yendo? ¿Deja algún rastr

Querido Peter

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Santiago de Cali, Enero 6 de 2014 Querido Peter, En este arduo y lento aprendizaje de camino a la muerte, he recibido enseñanzas valiosas. Antes de ser adulta, no me consideraba una persona particularmente optimista, entendiendo por ello tener confianza en el futuro de fábula que nos venden las ciencias, las religiones y las ideologías. Me siento más cercana a la esperanza que afirma lo inevitable y que el mañana depende en gran medida de las decisiones que tomamos ahora.  Pero lo ineludible no es una excusa, es consecuencia de actos pasados que determinaron el rumbo que siguen nuestras cosas. Hoy toda confianza en el mañana es vana y los hacedores de sueños proliferan tras cada esquina, escritorio o púlpito. Fabricarte un sueño a tu medida, con ingredientes nacidos de tu esencia y meterlo en una burbuja o en una cápsula, preservándolo de la corrupción y del tiempo, es un imperativo que te afianza a este mundo, cualquiera sea el motivo para seguir acá. Mi pesimismo de antaño te

Cesare Pavese o El oficio de vivir

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Al iniciar mis vacaciones, decidí sumergirme en la literatura, y fiel a este propósito, opté por comenzar con el diario íntimo de Cesare Pavese, titulado malamente "El oficio de vivir", aunque prefiero el título italiano "Il mestiere di vivere".  Mi intención era revisitar a un autor que fue fundamental durante mi juventud, rastreando el desarrollo de su visión pesimista de la vida que lo llevó al suicidio en 1950. Sin embargo, el cansancio se impuso y abandoné el texto. Aun así, aquí les presento un breve recuento de las páginas que logré leer. Para entender a Pavese, es necesario construir un tríptico con su obra literaria (poesía, prosa), su correspondencia y diario íntimo, y sus biografías, estas últimas a menudo pretenciosas al intentar narrar la vida de otros desde nuestros propios códigos.  Las primeras páginas del diario se centran en su arte, en su oficio de poeta. Nos encontramos en las vísperas de la Segunda Guerra Mundial, y Pavese se pregunta có

Erecciones, eyaculaciones y exhibiciones - Charles Bukowski

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J.L. Borges repite en algunos de sus relatos que todo gran autor crea a sus precursores y, de algún modo, los justifica. Hace unos meses, al sumergirme en la novela del escritor cartagenero Efraín Medina, "Érase una vez el amor pero tuve que matarlo", me topé con una referencia a Charles Bukowski, el autor norteamericano emblemático del movimiento denominado "realismo sucio".  Este género se caracteriza por un modo directo, agresivo u ordinario de narrar los hechos, con personajes que son seres "comunes", marginales, oscuros o inmorales. Estas características actúan como anzuelo, atrayendo a un gran número de jóvenes contestatarios, resentidos por las convenciones y artificios de la sociedad moderna. No obstante, lo que encuentro en Bukowski va más allá de una simple reacción de rechazo.  El hombre que nos escribe lo hace desde la madurez de 50 años de travesía por la sociedad norteamericana. Su vida confiere a sus escritos un tono y una profundidad