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Mostrando las entradas de septiembre, 2018

Pequeñas alegrías

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Cañón del Chicamocha, Santander, Colombia El mundo espera que mueras de olvido, cuando nada te recuerde ni tú mismo; vencido sea tu impulso  y con temores te asomes al abismo. pero mi alma duerme cada tarde, cuando mi cuerpo pierde la batalla; se abre en soledad a la alborada, con ímpetu y sin dudas  engancha un tren que desalinea la utopía. El mundo espera que afanes tus pasos, avances fatigado a contratiempo, enfrentes en tu andar noches sin luna, te humille su alargada estampa, y acalles los anhelos en tu vientre. pero mi ruta se delinea paso a paso, conforme al trazo corto de los días. Anhelos es la piel de mi destino y gana flacidez en el trayecto; mas este andar se expande si fronteras, y se hace infinitud entre mis piernas. El mundo espera que muera de olvido, Yo deseo vivir mientras recuerde. ¡Libertad... para pensar!

Coronada en razón

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Plaza Mayor Villa de Leyva, Boyacá, Colombia Talanquera que coronas mi figura, déspota recurso de mis miedos, viga y faro impenitente, antifaz brutal de la locura. Tu lengua es un tejido de fonemas, hecho verdad mediante un cruel ensayo; hiel edulcorada,  fiel lacaya, urdes siempre igual estratagemas. A tus costados se aloja quien atiende el ritmo sosegado de las cosas, más en su oír a veces él comprende lo amargo en el decir de quienes nombran. Y si aparece lo que adquiere forma, vislumbras frente a ti una quimera. Fabuladora ardiente de epopeyas, reina absoluta que domina el afuera. ¡Libertad... para pensar!

Viajera

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Huay Huash, Andes peruanos.  Fotógrafo Paolo Cesare Butturini La montaña  no se imprime en los pies  con el poder que ejerce la luz  sobre los ojos, el tatuaje del sol  en la piel desnuda o el fragor del viento  en los bucles prietos. La montaña  devuelve los pasos a su origen para verlos nacer de nuevo, apenas perceptibles bajo el polvo. La recorro a tientas,  piso viejas huellas, mientras la cima  se aleja a mi llegada. Hecha del mismo sustrato que me forma, no seduce a la montaña  ningún ruego. Yaceré en su vientre, tras la noche oscura, me absorberá despacio,  sin premura. Abonará mi esencia sus raíces y brotará la vida que no espera. Nada se aleja tanto de su origen, que al volver no se halle  entre cadenas. ¡Libertad... para pensar!