Viajera
Huay Huash, Andes peruanos. Fotógrafo Paolo Cesare Butturini |
La montaña
no se imprime en los pies
con el poder que ejerce la luz
sobre los ojos,
el tatuaje del sol
en la piel desnuda
o el fragor del viento
en los bucles prietos.
La montaña
devuelve los pasos a su origen
para verlos nacer de nuevo,
apenas perceptibles bajo el polvo.
La recorro a tientas,
piso viejas huellas,
mientras la cima
mientras la cima
se aleja a mi llegada.
Hecha del mismo sustrato que me forma,
no seduce a la montaña
Hecha del mismo sustrato que me forma,
no seduce a la montaña
ningún ruego.
Yaceré en su vientre,
tras la noche oscura,
me absorberá despacio,
Yaceré en su vientre,
tras la noche oscura,
me absorberá despacio,
sin premura.
Abonará mi esencia sus raíces
y brotará la vida que no espera.
Nada se aleja tanto de su origen,
que al volver no se halle
Abonará mi esencia sus raíces
y brotará la vida que no espera.
Nada se aleja tanto de su origen,
que al volver no se halle
entre cadenas.
¡Libertad... para pensar!
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