Entradas

Mostrando las entradas de agosto, 2018

Desolación

Imagen
Represa La Salvajina, Suarez, Colombia Si tengo la palabra no haces falta. Preñada de letras mi vientre austero alumbra, sin cesar, vocabularios. Soy una forma de texto, si lo lee la noche, es un verso. Trazo líneas, andanada de poesía y emigro en lenguas hasta hoy desconocidas. Traduce mi boca la sabia calma, la prosa infinita, y soy letra, susurro y carne el mismo día. ¡Libertad... para pensar!

El poder lacerante del miedo

Imagen
Imagen tomada de internet "El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar" Francisco de Quevedo A Tamia y Liumara Londoño ¿Tienes miedo? Te has preguntado antes de sentirlo ¿qué lo produce? ¿Cómo se anuncia? ¿Qué se propone y cómo lo ayudamos a cumplir su meta? El miedo es considerado una de las emociones básicas del ser humano; junto con la tristeza, la ira, la alegría, el asco y la sorpresa, nos acompaña desde los inicios de nuestra travesía como especie.  Ninguna emoción puede valorarse en términos de bueno o malo; los psicólogos sugieren que todas cumplen un rol fundamental para nuestra supervivencia.  De ahí que el miedo nos prevenga del peligro, porque anticipa situaciones que comportan riesgos.   En esta entrada voy a referirme al miedo como elemento que juega un rol incapacitante en la vida social.  Una primera cosa que trato de poner en claro cuando siento miedo es quien soy, donde estoy, en qué luga

Las fiestas de la vida

Imagen
Lago De Garda - Fotógrafo Paolo Cesare Butturini La vida organiza una fiesta en mi honor. Invitó a mis compinches,  quienes me vieron nacer y presenciaron mis sucesivas muertes, y rompen vínculos que me unen sin pudor a lo indecible. Vino la sombra espectral de mi madre, se vistió de amarillo.  Su enorme sonrisa, es una cálida bienvenida sin tiempo, y un eco que amplifica mis pasos. Mi padre desempolvo su mejor prenda, una guayabera que conoció mejores días por allá en los ochenta. Las luces del patio la tiñeron de los tonos aluviales del pueblo donde crecí. Al festejo llegaron la abuela y sus mejunjes, a ofrecer su auxilio de partera y su sabiduría herbolaria. Los amores que olvidé  entre las páginas de un diario. Los amigos de las rutas y los estacionarios, en la fiesta son guirnaldas  que representan silencios. Acudieron mis hijas vestidas de blanco, el color de las historias que aún duermen, agazapadas, entre los pliegues de

El cielo prometido

Imagen
Niña habitante de la sierra peruana - Fotógrafo Paolo Cesare Butturini. "Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos será el reino de los cielos", proclamó Jesucristo en el  Sermón de la montaña .  Algunas interpretaciones de esta frase proponen relacionar la noción de pobreza con la definición de espíritu, sugieren así que la pobreza es el desprendimiento de las cosas materiales y la aspiración a una vida de riqueza interior.  Otras exégesis recuperan la raíz  griega - ptojos - del término pobreza, de acuerdo con los usos que tenía  en los tiempos del nazareno, y reconocen que los pobres de espíritu son las personas que padecen penurias económicas.  Esta creencia va ligada a la noción estándar de pobreza y es una de las más difundidas hoy.  Las iglesias católicas y cristianas afirman no validar esa hermenéutica, sin embargo, la bienaventuranza de Jesús constituye una filosofía de vida para pobres y creyentes.   He señalado que existe una interpretación

El sepelio de mis dolores

Imagen
Cathedral Bell Tower - Fotógrafo Paolo Cesare Butturini Acompaño a mis dolores a su entierro, en el fosal sin fin de los sentires. Voy vestida de fiestas y de flores a celebrar por mor de lo perdido. Compré rosas, claveles, crisantemos y perfumo el cortejo de alhelíes; así oculto el hedor de los humores que produce el veneno de mi olvido. Murieron anteayer tras la alborada, los cegó la inanición de mis sentidos, amos y señores de mis penas, enseñados a ignorar lo más temido. Se desprendieron sin más desde mi pecho, rodaron por el suelo ennegrecido, adoptaron un cruel gesto vencido e hicieron de mis pies su amargo lecho. No hubo misas ni velorios  ni participación de amigos. Soy la única doliente y la heredera de días más felices que me esperan. ¡Libertad... para pensar!

Un cuento psicodélico (II)

Imagen
Los dos capítulos que conforman el relato son una profunda reverencia a todos aquellos que con sus letras me ayudan a ser la mujer que te escribe ahora.  Un cuento psicodélico II Parecía no darse cuenta de la delgada línea que separa la humanidad de la barbarie. Los alaridos de las presas lo alentaban a seguir hurgando entre sus carnes, buscando no sé qué cosa que escondían sus cuerpos. Centraba sus indagaciones en la garganta. Imaginaba la existencia de un mecanismo que prendía y apagaba esas voces distintas a la suya que sólo emitía sonidos guturales ininteligibles. Un hombre mudo debe resignarse a su suerte.  Sin importar cuánto arañe el silencio, su voz jamás traspasará las sombras.  Su oído era un embudo a través del cual los otros se instalaban en su vida y la llenaban.  Cada nueva palabra ocupaba un lugar fijo en su cerebro, las hirientes tenían mayor volumen.  Al no encontrar un canal de salida se adherían firme y sobreponían unas a otras amenazando colmar el receptá