Cesare Pavese o El oficio de vivir



Al iniciar mis vacaciones, decidí sumergirme en la literatura, y fiel a este propósito, opté por comenzar con el diario íntimo de Cesare Pavese, titulado malamente "El oficio de vivir", aunque prefiero el título italiano "Il mestiere di vivere". 

Mi intención era revisitar a un autor que fue fundamental durante mi juventud, rastreando el desarrollo de su visión pesimista de la vida que lo llevó al suicidio en 1950. Sin embargo, el cansancio se impuso y abandoné el texto. Aun así, aquí les presento un breve recuento de las páginas que logré leer.

Para entender a Pavese, es necesario construir un tríptico con su obra literaria (poesía, prosa), su correspondencia y diario íntimo, y sus biografías, estas últimas a menudo pretenciosas al intentar narrar la vida de otros desde nuestros propios códigos. 

Las primeras páginas del diario se centran en su arte, en su oficio de poeta. Nos encontramos en las vísperas de la Segunda Guerra Mundial, y Pavese se pregunta cómo podría expresar en un poema su piamontesidad sin agotar los términos o la expresión. 

La preocupación no solo se dirige al problema de la identidad, sus búsquedas y su militancia en el partido comunista, sino que también aborda un cambio de instrumento para comunicar. Quiere expresarse de manera diferente, optando por la prosa en lugar del verso.

En respuesta a sus escritos políticos, el fascismo condenó a Pavese a 8 meses de confinamiento por conspiración, desde el 4 de agosto de 1935 hasta el 15 de marzo de 1936. La primera parte del diario se conoce como "secreto profesional" y abarca desde el 6 de octubre de 1935 hasta el último día de prisión. 

Aquí se presenta una ruptura significativa y un silencio prolongado. Cuando retoma la escritura de su diario el 10 de abril de 1936, Pavese es un hombre algo distinto; ha dejado de lado los análisis literarios y la indagación sobre su obra para exponer su carnalidad. Sobre qué sucedió en los 25 días de silencio, nos informa Davide Lajolo en su obra "Il vizio assurdo", biografía del autor citada en el diario. 

Al parecer, Pavese regresa a Turín con la ilusión de encontrarse con "la mujer de la voz ronca", única referencia sobre un amor decisivo hasta ahora. Cuando llega a la estación, se entera del matrimonio de la mencionada, lo que lo desvanece, y a partir de ese momento, sufre un martirio.

El tono que sigue en el diario es depresivo pero elegante. A pesar de la situación y su estado general, Pavese tiene momentos deslumbrantes y reflexivos. Se acusa de no haber trabajado verdaderamente, de no conocer ningún oficio y, como es de esperar, también se justifica. 

Este argumento se asemeja al encontrado en "La tentación del fracaso", autobiografía del escritor peruano Juan Ramón Ribeyro. Ambos autores son incapaces de ver en su profesión de escritores un valor que vaya más allá del placer que les produce. 

A Ribeyro lo tortura vivir en París, mientras a su madre y su hermano enfermo los acosan las deudas y literalmente la casa se les viene encima. Quiere tener un oficio, aunque sea de labrador, que le permita levantar esa casa en ruinas. Aquí descubro por qué no me gusta la traducción del título de la obra de Pavese. Los oficios siempre parecen tareas utilitarias.

Retomando el diario, encuentro que el autor se alimenta de su tragedia, la sublima; hay en él cierta imposibilidad de equilibrar las múltiples fuerzas que moldean nuestras circunstancias. Reaviva el pesimismo y retoma las ideas suicidas; sin embargo, reconoce que aquellos que aman la vida y disfrutan del placer de contarla solo pueden llegar al suicidio por imprudencia. 

De esta etapa, rescato que, a pesar del enclaustramiento, la claridad de su mente es un deleite. Me gusta su reflexión sobre aquello que verdaderamente podemos conocer de las cosas y la imposibilidad de llegar hasta el fondo de algo, expresado así por el autor: "la verdad verdadera es que nada del mundo ha pasado todavía a través de mi espíritu".

En medio de su esplendor, es sarcástico, punzante, abyecto. Se declaró misógino entre 1930 y 1934, acusa a las mujeres de racionalidad excesiva y, a su vez, era acusado de impotencia sexual. En algunos apartes del diario deja entrever un constante temor a las relaciones de pareja. 

En otros se contradice, ansía una compañía femenina y ha depositado en las mujeres todas sus razones para permanecer. Entre 1936 y 1938, Pavese divaga sobre el amor no correspondido y la maledicencia femenina, volviéndose pesado y monotemático, situación que continúa en las páginas siguientes.

¡Libertad... para pensar!


Comentarios

  1. Osea que al final, Pavese te cansa, ¿no?

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    1. El Pavese de "El oficio de vivir" si es un poco pesado. Se trata de un diario y en ellos se vierten tantos momentos íntimos que a veces resulta vergonzoso expiar esas vidas así expuestas. El autor de las obras en prosa no me cansa, me gusta.

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  2. Me gusta mucho tu análisis del autor. Sus tendencias literarias estuvieron marcadas pos su vida, como nos ocurre a la inmensa mayoría. Hay bastantes personajes en el mundo artístico que utilizan el arte para canalizar ese dolor, frustración o tristeza. Y también muchas veces de ese mismo dolor nace una belleza enternecedora. Personalmente no es mi caso con este autor. Su obra es demasiado egocéntrica para mi humillde opinión y su pesimismo y sus visiones desenfocadas. No conseguí empatizar con él. Muchos besos mi niña, estuviste genial. Adoro como y cuanto exploras querida mía.

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    1. Gracias, querida. Sé que el autor tiene muchos detractores. Al final y como todos nosotros es un hombre solo que se decantó por la literatura y supo expresar en ella con arte sus conflictos, sus alegrías y penas diversas.

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  3. Suerte con tu nuevo proyecto de biblioteca. Pavese no esta en mis preferencias de lectura, me decanto mas bien por una lectura más positiva, una lectura que me levante el ánimo. un saludo

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    1. Si, Carlos. Siempre nos llamas la atención sobre la necesidad de leer textos un poco más positivos. Lastimosamente en mi adolescencia, y nos ocurre a muchos, exploramos, encontramos, creamos alianza, rechazamos y Pavese y yo tuvimos química. Lo que viene después es otra historia

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  4. Pavese era un escritor terriblemente triste, y también terriblemente humano. Su diario "El oficio de vivir" es uno de los libros más impresionantes que se pueden leer. Qué tremendamente solo y desesperanzado debió de sentirse para suicidarse!!! A mí también me cuesta conectar con él. Genial el post. Un abrazo.

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    1. Yo creo que a veces de la desolación y el desamor nacen las mejores obras. Eso con respecto a su poesía que me resulta muy buena. Con lo demás, estoy de acuerdo contigo. Besos María Eugenia

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    2. Gracias a ambas. Yo amé a Pavese durante mi adolescencia y seguiría releyendo su prosa que tanto me gusta. Creo que las disposiciones para leer o simpatizar con un autor varían con nuestros cambios. El Pavese de esa obra es igualmente deslumbrante, aunque se vuelva pesado

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