Carmiña Navia Velasco (1948)

Escritoras colombianas, Mujeres escritoras del siglo XX, Carmiña Navia Velasco, Derechos reservados,
Carmina Navia, escritora colombiana

Biografía

Carmiña Navia, nacida en Cali el 5 de agosto de 1948, trazó un camino lleno de dedicación y compromiso en el ámbito académico, literario y social. Su interés por la literatura y la investigación la llevó a explorar diversos campos del conocimiento, desde los estudios de género hasta la teología.

Después de completar sus estudios de secundaria en el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, Carmiña se sumergió en el mundo de la literatura, primero como estudiante de Letras en la Universidad del Valle y luego como estudiante de la Maestría en Lingüística en la misma institución. Su búsqueda de conocimiento la llevó a España en 1978, donde cursó el Diplomado en Lengua y Literatura Española en el Instituto Iberoamericano de Cooperación en Madrid.

Desde los primeros años de su carrera, Carmiña se enfocó en los estudios de género, abordando temas como la violencia, la paz y la religión desde una perspectiva feminista. Su obra literaria y académica refleja este compromiso, como se evidencia en libros como "Judith, relato feminista en la Biblia" (1998) y "Guerra y paz en Colombia: Las mujeres escriben" (2004), que le valió el Premio Casa de las Américas.

Paralelamente a sus estudios de género y teología, Carmiña ha cultivado una destacada carrera como poeta. Su obra poética, que incluye libros como "El fulgor misterioso" (2003) y "Senderos en destello" (2004), ha contribuido a enriquecer el panorama de la poesía femenina colombiana.

Además de su labor académica y literaria, Carmiña ha dedicado una parte importante de su vida al trabajo social. Desde 1980 dirige el Centro Cultural Popular Meléndez, donde desarrolla proyectos enfocados en mujeres cabezas de familia y de escasos recursos. Su compromiso con la comunidad fue reconocido en el año 2001 con el Premio Mujeres de Éxito en la Categoría Social.

A lo largo de más de 30 años, Carmiña ha compartido su conocimiento y pasión por la literatura como docente en instituciones como la Universidad San Buenaventura de Cali y la Universidad Javeriana. En el año 2010, se jubiló como docente de la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle, dejando un legado de inspiración y compromiso con el saber y la justicia social.

Mis palabras

En el sombreado espacio de mi alcoba

me encontré mis palabras

largamente perdidas, añoradas,

búsqueda inútil de aguaceros tantos.

Tenían el sabor fresco

de un nombre recién hecho,

el aire de un mañana mejor,

la limpidez del agua de montaña.

Tenían la caricia

de un camino encontrado,

tenían la frescura que tiene

un nuevo amor.


(De Geografías, 2008)


A veces

A veces,

cuando quiero olvidarme que este mundo

es un asco

y no lo consigo con un vaso de vino

leyendo a Borges o escuchando a Pablus,

salgo a la calle

a las tantas de la madrugada

y siento

el frío de la noche rozándome los pómulos.

No consigo olvidar

que en los países libres la prostitución

tiene status,

que las respuestas se las dan a los niños

en clisés fotográficos,

que a unas hambres se les niega su pan

y a otras el derecho de serlo,

que la filosofía la venden aquí y allá

en envases de latón,

que entre los avisos clasificados aparece

de pronto uno que dice: vendo un libro robado.

Olvidar que hay preguntas que nadie quiere

hacerse

Y lugares con rótulo en la puerta: prohibido

ser limpio.

Olvidar que hay cenizas y

dentífricos. Olvidar…

A veces,

siaveces

me gusta simplemente

caminar por la noche

pensando en las estrellas.


Ese cuadro me gusta

Hoy he visto ese cuadro, me gusta.

Te recuerdo.

Recuerdo ese paseo entre los pinos

con el cañón enfrente,

el día que subimos a una vaca

y que volvimos juntos a mi infancia,

a mi infancia sin vacas, sin caballos,

sin mitos,

a mi infancia vacía de recuerdos.

Tú caminabas

con el suéter caído

y me llegabas.

Tu abrazo fue una vez como los hilos

que me tenían el mundo,

tu caricia

como gotas de lluvia

sobre un cuerpo con hambre,

sobre un cuerpo con sed.

Te quise

y te recuerdo…

Ese cuadro me gusta,

eso es todo, como dice Neruda.


En la mañana

Cuando se va la noche

y he sumado mis fuerzas

y descorro las puertas del armario

para salir al mundo,

pregunto a mis bluyines

cómo vestir el día.

No sabemos, me dicen

las sorpresas que vienen:

qué amor sacarás de paseo

qué ilusión te bailará en la noche

qué fantasma habitará tu siesta

que tormenta o que frío llegarán en la tarde

qué libros amarás,

qué poetas alumbrarán tu ser.


Por eso el nuevo día

llega sin anunciarse.


(De Geografías, 2008)


Mi grieta

La ausencia de tu cuerpo en el mío

es mi extraña verdad.

La piel de muchos no es la tuya

tampoco tu piel, tu sonrisa

son ninguna sonrisa

ninguna piel.


(De poetas escogidos antología, 1982)


Cali, ciudad perdida

                         

Quién lo hubiera creído cuando ardía

en mis manos tu llama!

                  Piedad Bonnett


Retazos de la infancia que se agolpan

como la brisa de las cinco

robada en los trasiegos del dinero y de la gran ciudad,

retazos y recodos

de amores.

Calles en que se cruza la añoranza

con el puente a otras vidas

puertas que ocultan sangres bebidas hasta el cáliz

y cuerpos amurados.

Cali, ciudad soñada

deseos huidizos.

Cali-cáliz de entraña.

Cali de los encuentros y las risas

de las manos trenzadas

y de las soledades

Cali-calles de vida callejera…

Cali de los sentires y colores,

Cali de mis contradicciones,

mis amores

mis sombras.


(De Geografías, 2008)


En el retiro

El aire fresco

de un Junio madrileño

me recorre los brazos

y las venas,

el aire casi frío

aligera mis horas

revuelve los cabellos,

remansa los azares.

El azul cielo

habita el horizonte,

los libros me cobijan

y también sus palabras

sus imágenes.

La fuerza de la vida

se mete en los alvéolos

se transmuta en los ojos

y en el amor ensueño.

Un Junio madrileño

en el Retiro.


(De Geografías, 2008)


Meléndez

Una vida transita por tus venas añejas

de barrio de añoranzas

de atardeceres nuevos

de soleadas y calurosas noches.

El comercio

de más allá del mundo

desalojó

los bailes

las caderas

las rumbas,

las charlas del soldado dominguero

con la empleada negra.

El son se fue

junto con las aguas del río y la fritanga,

y en tus calles ahora

habitan sólo prisas

y bocinas de autos que atropellan la tarde.


(De Geografías, 2008)


En mitad de la noche

Tantas, tantas preguntas,

la tragedia

que azota el corredor de la esperanza

la muerte que nos ronda,

la sangre colombiana que se agolpa en mis ojos

y sentires...

la tragedia del hombre que se pierde

la tragedia de la mujer que sufre...

tantas, tantas preguntas

Y TÚ que no respondes.

Y TÚ que en el silencio de las horas

y en el dolor de las mañanas

te escondes y te callas,

te encoges en el viento dolorido.


(De Senderos en destellos, 2004)


Amigo

tu corazón de joven

regalará su fuerza.

Lucha!

Las praderas se acercan

ya vienen nuevos días

la promesa es posible

la promesa es verdad!

Tu lucha –nuestra lucha– la hará carne de historia

      la hará verbo encarnado


(De caminando, 1981)

¡Libertad... para pensar!

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