Inés Blanco (seudónimo Luna de abril) (1948)

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Inés Blanco, escritora colombiana
 

Biografía:

Inés Blanco, conocida artísticamente como "Luna de Abril", es una destacada escritora y poeta nacida el 13 de abril de 1948 en Bogotá, D.C. Su obra abarca diversos géneros literarios, entre ellos la creación epistolar, poesía, páginas líricas, cuento breve y prosa poética. A lo largo de su carrera, ha dejado una huella significativa en la escena literaria colombiana.

Entre sus obras más destacadas se encuentran "Paso a paso", "Piel de luna", "El Tiempo y la clepsidra", "Navío de arena", "Nostalgia de la luz" y otros títulos que han consolidado su posición como una escritora versátil y talentosa.  Además, se encuentra inmersa en nuevos proyectos en proceso de edición, como "Los silencios que me habitan", "Parpadeos de Luna y Bambú (Haikús)" y otro aún sin título, prometiendo seguir enriqueciendo la literatura con su creatividad.

Inés Blanco ha contribuido a diversas antologías, donde su obra comparte espacio con otras voces relevantes del ámbito literario. Su impacto en la cultura ha sido reconocido por diversas entidades que han destacado su trabajo literario a través de diplomas, trofeos, medallas y placas conmemorativas.

Además de su labor literaria, Inés Blanco ha dejado su huella en el ámbito educativo, desempeñándose como docente en Cafam. Su compromiso con el desarrollo cultural se evidencia en su participación activa como socia del Centro Poético Colombiano, donde ocupó la presidencia durante tres años.

Inés Blanco no solo escribe, sino que vive su poesía. Sus versos, elaborados en verso libre y síntesis admirable, capturan la esencia de la emoción, la ternura, el recuerdo y la nostalgia. Su participación en encuentros de poesía y lecturas de su obra en diversas ciudades del país demuestran su dedicación a la difusión de la literatura.

La poetisa Matilde Espinosa ha elogiado la maestría de Inés Blanco en la palabra precisa del poema. Su obra, como "Cantos para amar a un hombre", revela su habilidad para explorar los matices del amor y las complejidades humanas. Inés Blanco se erige como una figura imprescindible en la rica tradición poética de Colombia, cuyo legado literario perdura, dejando una huella imborrable en la historia de la literatura del país.

Me nombré mujer

Me nombre mujer

desde el principio,

fructífera semilla,

fuego en laberinto.

Me nombre

mariposa, colibrí,

sueño y melancolía,

piel y risa, piel y llanto.

Me nombre amor

con todos los sentidos,

regalé el abrazo;

jamás abandoné mi estrella.

Me nombre Luna,

le abrí agujeros

a la noche; le inventé

reyes, castillos y fantasmas.

Me nombre mujer,

entregué la risa, la voz

y la palabra; de nada,

de nada, me arrepiento.


La ventana I
Chile

Llega la noche.

Entre sorbo y sorbo

de café amargo,

encuentro a Neruda,

leo algunas páginas.


El cielo azul y gris

anuncia el final

de la tarde anodina;

el viejo reloj rasga

el silencio con agudas

campanadas.


Azul murano 

Una lagrima azul 

que en mi recuerdo 

se columpia, 

me habla de un sueño 

viajero solitario 

de una góndola 

por los canales de Venecia. 


Allí te encontré 

oculto en un cristal 

de azul zafiro. 


No te alcanzó 

mi mano entonces, 

pero mi corazón, 

paciente de esperas 

infinitas, supo 

que hasta mí vendrías, 

tallado y repulido 

en una lágrima 

de azul murano . 


Los pájaros 

Cuando bajo los árboles camino 

la sombra me protege. 


Descubro los nidos 

ocultos en las ramas 

y veo a las aves 

que van y regresan 

en busca de alimento. 


Presiento 

el amor entre las alas 

y la vida que palpita 

en cada nido. 


Cuando el sol 

busca el horizonte 

el canto cesa 

y las familias emplumadas 

se aquietan en silencio. 


Regresó conmovida, 

la luna sonríe 

y serenos ojillos 

me miran y acompañan.


No estará sola tu soledad

No estará sola 

tu soledad; 

no hablará la brisa 

desde el lecho del mar. 


Vestirás 

de algas y sal; 

polvo de arena 

recogerán tus pies. 


La luna 

la verás redonda 

zambullirse en el mar. 


A tu libro de poemas 

lo hojeará el aire, 

y los versos habitarán 

los nudos del viento. 


No estará sola tu soledad; 

la noche vestirá de gala 

y en tus manos habrá 

burbujas de sol. 


Desde mi lejanía 

te alcanzará un murmullo 

y en la copa 

-que aún te espera-

madurará el deseo, 

como en los mejores días.


Libertad... para pensar!

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