Inés Blanco (seudónimo Luna de abril) (1948)
Biografía:
Entre sus obras más destacadas se encuentran "Paso a paso", "Piel de luna", "El Tiempo y la clepsidra", "Navío de arena", "Nostalgia de la luz" y otros títulos que han consolidado su posición como una escritora versátil y talentosa. Además, se encuentra inmersa en nuevos proyectos en proceso de edición, como "Los silencios que me habitan", "Parpadeos de Luna y Bambú (Haikús)" y otro aún sin título, prometiendo seguir enriqueciendo la literatura con su creatividad.
Inés Blanco ha contribuido a diversas antologías, donde su obra comparte espacio con otras voces relevantes del ámbito literario. Su impacto en la cultura ha sido reconocido por diversas entidades que han destacado su trabajo literario a través de diplomas, trofeos, medallas y placas conmemorativas.
Además de su labor literaria, Inés Blanco ha dejado su huella en el ámbito educativo, desempeñándose como docente en Cafam. Su compromiso con el desarrollo cultural se evidencia en su participación activa como socia del Centro Poético Colombiano, donde ocupó la presidencia durante tres años.
Inés Blanco no solo escribe, sino que vive su poesía. Sus versos, elaborados en verso libre y síntesis admirable, capturan la esencia de la emoción, la ternura, el recuerdo y la nostalgia. Su participación en encuentros de poesía y lecturas de su obra en diversas ciudades del país demuestran su dedicación a la difusión de la literatura.
La poetisa Matilde Espinosa ha elogiado la maestría de Inés Blanco en la palabra precisa del poema. Su obra, como "Cantos para amar a un hombre", revela su habilidad para explorar los matices del amor y las complejidades humanas. Inés Blanco se erige como una figura imprescindible en la rica tradición poética de Colombia, cuyo legado literario perdura, dejando una huella imborrable en la historia de la literatura del país.
Me nombré mujer
Me nombre mujer
desde el principio,
fructífera semilla,
fuego en laberinto.
Me nombre
mariposa, colibrí,
sueño y melancolía,
piel y risa, piel y llanto.
Me nombre amor
con todos los sentidos,
regalé el abrazo;
jamás abandoné mi estrella.
Me nombre Luna,
le abrí agujeros
a la noche; le inventé
reyes, castillos y fantasmas.
Me nombre mujer,
entregué la risa, la voz
y la palabra; de nada,
de nada, me arrepiento.
La ventana I
Chile
Llega la noche.
Entre sorbo y sorbo
de café amargo,
encuentro a Neruda,
leo algunas páginas.
El cielo azul y gris
anuncia el final
de la tarde anodina;
el viejo reloj rasga
el silencio con agudas
campanadas.
Azul murano
Una lagrima azul
que en mi recuerdo
se columpia,
me habla de un sueño
viajero solitario
de una góndola
por los canales de Venecia.
Allí te encontré
oculto en un cristal
de azul zafiro.
No te alcanzó
mi mano entonces,
pero mi corazón,
paciente de esperas
infinitas, supo
que hasta mí vendrías,
tallado y repulido
en una lágrima
de azul murano .
Los pájaros
Cuando bajo los árboles camino
la sombra me protege.
Descubro los nidos
ocultos en las ramas
y veo a las aves
que van y regresan
en busca de alimento.
Presiento
el amor entre las alas
y la vida que palpita
en cada nido.
Cuando el sol
busca el horizonte
el canto cesa
y las familias emplumadas
se aquietan en silencio.
Regresó conmovida,
la luna sonríe
y serenos ojillos
me miran y acompañan.
No estará sola tu soledad
No estará sola
tu soledad;
no hablará la brisa
desde el lecho del mar.
Vestirás
de algas y sal;
polvo de arena
recogerán tus pies.
La luna
la verás redonda
zambullirse en el mar.
A tu libro de poemas
lo hojeará el aire,
y los versos habitarán
los nudos del viento.
No estará sola tu soledad;
la noche vestirá de gala
y en tus manos habrá
burbujas de sol.
Desde mi lejanía
te alcanzará un murmullo
y en la copa
-que aún te espera-
madurará el deseo,
como en los mejores días.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar, tus palabras me permitirán vislumbrar otras opciones de interpretación y comprensión de este universo.