Excilia Saldaña Castillo (1946-1999)
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Biografía
Saldaña escribió más de veinte libros de poemas y narraciones, siendo algunos de los más reconocidos "El refranero de la Víbora", "Enlloró", "Un testigo de la historia", "Bulgaria el país de las rosas" y "Lengua de trapo". Su obra fue ampliamente traducida a varios idiomas y algunos de sus textos se adaptaron para el teatro y animación.
A lo largo de su carrera, recibió numerosos premios y reconocimientos, como la Mención de honor en el Premio Casa de Las Américas por "Enlloró", el Premio La Rosa Blanca por varias de sus obras, y la Distinción Por la Cultura Nacional, entre otros. Su legado literario y su contribución a la cultura cubana han sido objeto de estudio y admiración en el ámbito nacional e internacional.
Castillos
En el cielo hay
un castillo,
un castillo hay
en el mar.
El del cielo es de vuelo,
de agua y olas el de la mar.
En el pino
hay un castillo,
un castillo hay
en el mar.
El del pino es de trinos,
de arena el de la mar.
En mi sangre hay
un castillo.
un castillo hay
en el mar.
El de sangre es mi hijo:
cielo, alas, trino y mar.
Discor descortés
Ay, qué enojo,
que me mojo!
–Dijo un pétalo de flor
a la gota de rocío
(qué tristeza, qué vacío)
que le ofrendaba su amor.
Trabalenguas
El gallo de Goya gallaba en la boya
El gallo de Gaya gallaba en la vaya
Si el gallo de Gaya gallara en la valla
Y el gallo de Goya gollara en la boya
el gallo de Gaya no gollara en la valla
ni el gallo de Goya gallara en la boya.
(De Lengua de trapo, 44)
Sorbo del recuerdo III
Yo era Ma Zunzún: abuela, Doña Cuca Colibrí:
éramos las comadres del gran comadreo,
de aquí para allá, de allá para aquí.
—Visítame, abuela.
—Te visito luego.
—Y, no te olvides, ven con abuelo.
Helados de piscuala, festines de masarreal en platos
de gardenias y copas de dedal.
A la rueda rueda y al tingo talango,
Al pozo caído, a vivir jugando.
—Mi madre, mi padre, mi hermanito y yo
comimos de un huevo y la mitad sobró.
Mi padre, la yema: mi madre, la clara.
Y mi hermanito y yo…nada nos tocó.
—¡Oh!
(De Jícara de miel, 49)
Yo vivo en el cáliz de la rosa náutica
Yo vivo en el cáliz de la rosa náutica,
farera insomne de tu llegada.
No cobro aranceles. Pago con moneda fuerte
la estancia.
Cinco zunzunes estaban en los muelles.
y una abeja de oro.
y dos palmas jimaguas.
Vuelo, fuerza y dulzura son mi lema,
los símbolos de mi escudo de armas:
la oculta heráldica de mis mayores,
el abolengo del mundo
de arcabuces
esquivación
y lágrimas;
porque
hacia el lado opuesto de las islas que visitó Odiseo,
te espera mi casa.
(De Mi nombre, 58)
Viejo amigo
Mi niño tiene un amigo
–los ojos de negro bosque,
el pelo negro y endrino,
la piel de puro azabache,
la voz de oscuro castillo–
de noche viene a buscarlo
en un corcel negro y fino
y se van los dos alegres
por un antiguo camino:
Mi niño hecho niño-sueño.
Su sueño hecho sueño-niño.
Zéjel de la soledad
Palomo, venga a mirar
lo sola que anda mi vida.
Si usted ya no sé amar
ni sé el arrullo arrullar
y menos puedo volar
si es que tengo el ala herida.
Palomo, venga a mirar
lo sola que anda la vida
El fondo del mar
Vive en el centro
del
agua
y
nadie
la
puede
habitar.
Se envuelve en redes
de
algas
y sale
de
noche
a cantar.
Tiene un secreto.
Lo
calla.
Olokun
es
lo hondo
de la mar.
¡Libertad... para pensar!
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