Elena Jordana (1934-2008)

Elena Jordana ,Derechos reservados, Mujeres escritoras del siglo XX, Escritoras Argentinas,
Elena Jordana, escritora argentina


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Desnudo neoyorquino

Tengo miedo

a que la canilla gotee y me despierte antes de hora

a que en el lavadero no limpien bien mi ropa

a llegar al trabajo con demora

a que la gente piense que mi falda es demasiado larga o demasiado corta

a que mis compañeras noten mi uña rota

a comer más calorías de las que mi sistema absorba

a no comunicarme con la computadora

a que mis amigos sospechen que no he leído los libros de moda

a que la psicoanalista no apruebe que yo practique yoga

a olvidarme de poner sal en la sopa

a comer sola

a que el televisor se descomponga

a que las píldoras para el insomnio no me hagan efecto ahora

a que mi vecina (que es loca)

insista e repetir la absurda historia

de que una noche yo salí al balcón ebria y sin ropa

agitando un diario que decía MUJER ASESINADA

y gritando:

yo vi cómo la amenazaban

la vi forcejear desesperada

y vi que miraba mi coche esperanzada

y sentí un miedo tal

que aceleré la marcha

(…me podrían acusar de encubridora)


X

Y después?

Después

aterrizar

bajarse del poema

para mirar las cuentas del mercado

mecanografiar cartas

contestar eficazmente "sí, señor” de nueve a cinco

hacer fotocopias

gárgaras

pagar cuentas

ir cada seis meses al dentista

tomar gotas para el hígado

teñirse el pelo

rechazar coquetamente

los pasteles de frutillas

recordarle al gerente

la ley de jubilación

escuchar con envidia a las sobrinas

y con paciencia a las tías.


Y luego

casi imperceptibles

otra vez los despliegues:

Bach escuchado a oscuras

Onetti, Cardoza y Aragón, Cortázar

el calorcito de la estufa

una sopa caliente

la carta de un amigo lejano

el cielo desde la ventana.

(f r a g m e n t o)


XII

Esos minúsculos superhombres o supermujeres

que le dicen al poeta principiante:

—antes de usar la palabra desesperado

mire en el diccionario

—ya miré

—¿en cuál?

—en el Pequeño Larousse

—¡es que no conoce siquiera el

Dictionaire des Etimologies, editado en París,

con todas las etimologías posibles de la palabra

de-ses-pe-ga-ziem!


Esos que dicen

ah, claro, el psicoanalista está de moda,

pero hay que vivir la vida tal cual viene

y luego se la pasan psicoanalizando palabras

(sintagma correlativo, hipérbole retrucada, galicismo vulgar)

en vez de vivir las palabras tal cual vienen.


Esos que

hablando de poesía

se ríen de las vísceras, la angustia, el vómito

y sólo hablan de “emociones estéticas”

en una especie de teorema que enuncian así:

la quintaesencia de Borges versus la histeria de Sábato

o el refinamiento de la forma versus el eructo del contenido.


Esos que

sin embargo

de pronto se ponen a gesticular desesperados

(olvidándose de la etimología de la palabra “desespegaziem”)

porque no han sido nombrados académicos de la poesía

o de la lengua

o del uso del diccionario

(aunque por supuesto se guardarían muy bien

de escribir un poema sobre estas frustraciones

que sólo deben ser guardadas en lo más recóndito del hígado).


A todos ésos les digo

¿sabía usted que después de los veinte

todo lo que uno dice por la boca

o la máquina de escribir

se dibuja en la cara?


XX

a veces la dimensión de la felicidad

está dada en ese medio centímetro más del nuevo zapato

en un color de pelo inusitado

en un cigarrillo fumado a medias

en las migas de pan y las manchas de vino sobre el mantel

en la evocación de una mano maternal

carnosa, regordeta

salando los bistécs del mediodía

en el silbido milenario del afilador de cuchillos

en el silencio radiante de un chico

al que se le elogian su buena letra

o sus rodillas limpias


a veces la felicidad es algo tan descabellado

como querer volar

o como necesitar la mano de mamá

para seguir andando por el mundo.


XXIII

al inventor de “La fórmula de la felicidad”


Ahora creo que todo va a cambiar.

Hace una semana compré un libro vital:

Cómo conquistar amigos y disfrutar de la vida.

Cada mañana leo un capítulo:

Ayer me tocó repetirme, ante cada contratiempo,

            soy feliz, soy feliz, soy feliz

hoy me toca abrirme vitalmente a todas las

oportunidades o sea: decir a todo que sí

mañana me tocará pensar un poco en los demás:

tratar de adivinar qué quieren, para

complacerlos de inmediato.

Yo creo que en una semana todo va a ser

           perfecto…

salvo que aún no he decidido si seguir leyendo

o de una vez abrir la llave del gas.

                                                      De Poemas no mandados


Amo las migas de pan y las manchas de vino sobre el mantel

Amo las migas de pan y las manchas de vino sobre el mantel.

Los zapatos embarrados

los libros subrayados

las tazas de café a la madrugada

los paraguas goteando en el zaguán


amo la cuenta exagerada del teléfono

la cocina llena de platos sucios

las huellas de manos de niño en paredes y almohadones

las toallas húmedas después del baño

las camas desvencijadas

las cacerolas abolladas

los bordes de la mesa

quemados por cigarrillos


amo los vidrios rotos por una piedra

los escalones gastados los callos

los overoles grasientos

las rayuelas de tiza sobre la vereda

las moscas revoloteando cerca de la cocina

las enredaderas

el pasto creciendo en los cementerios


amo los hornos de pan

el filo gastado de los cuchillos

las cabezas despeinadas

las bocas despintadas

las camisas a las que les falta un botón


amo ciertos silencios

ciertos sonrojos

ciertas ausencias


amo los juegos de cartas incompletos

los espejos empañados

los cuentos de los abuelos

las mentiras de los abuelos


amo a todos los niños comiendo sandía

a todos los viejos sentados en las bancas de las plazas

a todos los cobradores de luz

a todos los vendedores ambulantes del mundo

amo locamente a los que escriben a escondidas

a los que se deslizan silbando por calles desiertas

a los que charlan frente al espejo

amo a los que se ríen de su miseria

y amo también a los que se esconden para llorar


amo el olor a ajo

a tostadas

a pasto recién cortado

a tierra mojada

y más aún

a los cenzontles

las jacarandas

las lombrices

los cerdos comiendo bellotas


amo las visitas inesperadas

las grandes ollas de frijoles

los colchones en el suelo

amo el olor a pis de niño

a comida quemada


amo incluso los bastones

las muletas

las sillas de ruedas

los anteojos

los dientes postizos

y amo también

en ciertos casos

ciertas puteadas

ciertas iras

ciertas muertes


Amo mis ojos

mis oídos

mi piel

estas manos sobre la máquina

la máquina misma…


10 de mayo

Y en este día glorioso, oh madre

está dicho que recibirás de tus hijos

los símbolos de amor eterno condensados en 

una jarra de plástico imitando el tallado del cristal

un perfume

cien veces menos cálido que el olor a chile y cebolla para tus guisos

—pero firmado por Coty—

unos guantes demasiado suaves para tus manos

acostumbradas a la sosa y las escobas

un pañuelo de gasa que sólo te atreverás a usar ruborizada

durante los primeros cinco minutos de la fiesta en tu nombre

un ramo de gladiolos que equivale al salario de dos días de tu esposo

un póster, un papel ilustración, a cinco colores, 

que dice “te quiero”.


Y sin embargo, en este día, oh madre, 

los ojos de tus hijos brillarán de un modo especial

mientras te entregan, temblorosos y expectantes,

sus regalitos envueltos en papel glasé y adornados

con grandes moños de colores brillantes.


Y esa misma noche, madre, mientras tú abrazas  y besas a tus hijos

conmovida por la tierna inutilidad de

la jarrita de plástico, los guantes, el pañuelo de gasa, los gladiolos

los dueños de la Comercial Mexicana se frotan las manos

e invitan a una copa de champaña

al contador

al gerente y al supervisor

por el éxito de ventas de cosas que

la verdad

creíamos que nadie sería capaz de comprar. 

                                                                     De Poemas no mandados


Tango

Soy esa borrachera que necesitás a mitad de año

cuando el aguinaldo

las vacaciones 

el ascenso

aún están lejos

soy la nota disonante

que te ayuda a sobrellevar esa armonía monótona

que decís que es tu vida

soy ese minuto de locura

que te permite aguantar el resto de la hora

el elogio dicho con firmeza tal que descarta tu duda}

la urna en que depositás tus lastimeros “vos no sabés”

tus pequeñas frustraciones cotidianas

tus:

el café está frío

quién me abrió esta carta

otra vez la cuenta del gas


soy la que despierta los rincones más inéditos de tu piel

la que te hace decir: 

con vos me siento otra vez un colegial


soy

en otras palabras}

esa mujer que te llevás a uno hotel

en una noche de borrachera

y a quien te olvidás de preguntar su nombre

o si podrás volver a verla algún día.

                                                                      De Poemas no mandados


V

Che, pibe

esta mañana hace un frío tan nuestro

tan bonaerense

que quisiera

pedirte

que me invitaras a Gardel

rápido

antes que la nostalgia haga el último gol


o invitarte a montar

una bicicleta mágica

que nos llevara por la costera y abajo

muchachito

esta tarde tan bonaerense


siento unas ganas demasiado fuertes

de inventar con vos un futuro

no tan gris

como este que invento

tecla a tecla

a solas

esta noche tan de allá

va a ser larga sin tus manos

sin un mate

sin un sueño al que asirse

sin otra cosa que los poemas de Vallejo

a quien ya no le sirve que yo le grite

te entiendo

va a ser una larga noche

pateando recuerdos

sin un Vallejo que oiga

sin vos

sin bicicleta

sin Buenos Aires

sin un mate

sin vos…“


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