Tania Ganitsky Baptiste (1986)
Tania Ganitsky, nacida en Bogotá, Colombia, en 1986, es una escritora, traductora, editora, poeta y ensayista cuya obra ha dejado una huella significativa en la literatura contemporánea. Desde temprana edad, mostró una inclinación hacia la escritura, y fue durante su juventud cuando descubrió su pasión por la poesía. Ganitsky se graduó en Estudios Literarios en la Pontificia Universidad Javeriana y posteriormente completó una maestría en Literatura y Filosofía en la Universidad de los Andes.
Trayectoria Literaria y Reconocimientos
La carrera literaria de Tania Ganitsky ha sido notablemente prolífica y distinguida. En 2006, su talento poético fue reconocido con el Concurso Nacional de Poesía de la Universidad Externado de Colombia, donde presentó su selección de poemas titulada El don del desierto. Este premio marcó el inicio de una carrera llena de logros.
En 2012, Ganitsky recibió una mención de honor en el X Certamen Literario Gonzalo Rojas Pizarro de Chile, lo que la motivó a continuar explorando el mundo de la poesía. En 2014, su primer libro de poemas, Dos cuerpos menos, fue galardonado con la distinción a la mejor obra inédita del Premio Nacional de Poesía. Esta obra, publicada en 2015, se destacó por su profundidad emocional y su exploración de temas como el deseo, el amor y la identidad.
Obras y Contribuciones
La obra de Tania Ganitsky abarca una amplia gama de géneros y temas, desde la poesía hasta el ensayo. Entre sus obras más destacadas se encuentran:
- Dos cuerpos menos (2015)
- Cráter (2017)
- Desastre lento (2018)
- La suspensión de los objetos flotantes (2020)
- Rara (2021)
Además de su producción literaria, Ganitsky ha dejado su marca como editora y traductora, colaborando en proyectos que han enriquecido el panorama cultural colombiano y latinoamericano.
Premios y Reconocimientos Adicionales
A lo largo de su carrera, Tania Ganitsky ha sido honrada con varios premios y distinciones, incluyendo el Premio Nacional de Poesía de la Universidad Externado de Colombia en 2009 y el Premio Nacional de Poesía Obra Inédita en 2014. Su trabajo ha sido incluido en diversas antologías y ha sido objeto de estudio y admiración por parte de críticos y lectores.
Legado y Contribución Cultural
El legado de Tania Ganitsky trasciende sus logros individuales como escritora. Su capacidad para capturar la esencia de la experiencia humana y expresarla a través de la palabra escrita ha resonado con audiencias en todo el mundo. Su obra continúa inspirando a nuevas generaciones de escritores y lectores, consolidando su lugar como una de las voces más importantes de la literatura contemporánea colombiana.
Bibliografía
Rara (2021)
La suspensión de los objetos flotantes (2020)
Desastre lento (2018)
Cráter (2017)
Dos cuerpos menos (2015)
Con su pluma, Ganitsky ha explorado la profundidad de la emoción humana y ha dejado una marca perdurable en el paisaje literario colombiano y más allá.
Algunos poemas
Las velas tiemblan antes
de apagarse
como ojos antes de llorar
no hay diferencia
entre el fuego y el agua
en óvalos pequeños
***
Por la noche canté
una canción de cuna indígena, me dolía
la mandíbula
porque hay que mover la boca
de otra forma.
Los sonidos precolombinos
vienen en distintos tonos como las sombras
me dolían los ojos también.
***
Ucrania
Los recién nacidos interpretan el amor en las voces de las madres.
Wallace Stevens
Las madres soltaron las dagas
y ahora prometen benevolencia.
Su voz era un témpano de hielo,
lo afilaba apagando fuegos secretos.
Que vuelvan los huérfanos a dormir
en su canto, piden las hurañas.
Su voz era la punta del iceberg
que perforaba el corazón de las ballenas.
Clavaron sus dagas en el campo de hielo —
fracturaron el camino de retorno.
Su voz era el exilio. Yo al amor no volvería.
***
Dos pájaros muertos al pie de la cerca.
Arañaron lunas con su vuelo,
no le dieron a los frutos tiempo de cicatrizar.
Una hormiga explora sus colinas de carroña
y un saltamontes
toma impulso en una pluma.
***
Deberle los poemas no escritos al tiempo
en que no se escribieron
a la imaginación que todavía no los imagina
a la memoria suplantada
por el olvido
al olvido suplantado por el dolor, etcétera.
***
El sapo convaleciente dijo:
amé el sonido de la lluvia
la noche de la lluvia
la taquicardia de la lluvia
la bilis negra de la lluvia
los charcos.
Dicen que la última
llama
se encenderá
en el océano.
En el estómago de la ballena
que hospeda los mitos olvidados,
en su canto,
que conjura el retorno de los dioses.
Pero yo he escondido
unas cerillas
para amparar las llamas
de la tierra.
La voz es un lugar
oscuro
tomado por animales feroces
en los que ya nadie cree.
Para hablar
hay que escapar
del fuego de sus pupilas
y del filo de su hambre.
Para poder decir
miedo o mío
hay que imaginarlos jugando.
Los caballos
no iban a vivir tanto tiempo.
Pero encontraron ofrendas en el sueño
de los muertos.
Allí pastan, beben agua y, a veces,
se acercan
a las manos cubiertas en panela
que se abren como flores dulces a su alrededor.
Doblan el cuello y reciben la ternura
que también debió extinguirse
hace tiempo.
Tigre de Bengala
Para Erik
en tu boca
y no había manera
de liberarla.
Nunca temí tanto
por ti, por el silencio –
en la punta
de tu lengua se apagaba
la última estrella.
¡Libertad... para pensar!
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