Préstame tus ojos para leer el mundo


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Nariño, Colombia.


Esta mañana despunta calma 
bajo mis lentes,
ha dormido entre nubes 
al otro lado del mundo.
Me acoge ovillada,
 bajo el cálido manto 
de la luz perpetua.
Mágico es el olor 
que desprende su flanco,
y la vista de tu figura 
adelantada tras sus pasos.

Viajero que emigras 
en barcos hechos por sueños,
rompe las olas de mis recuerdos 
y trae tu ausencia,
deja que se extienda sabia y mansa
al compás de este cuerpo, 
viejo y adosado 
contra mis fundamentos.

No te dilates desenredando 
los cabellos de la luna, 
su crisma tiene la forma cóncava 
de mi vientre anhelante
y su faz mi semblante 
adormecido entre sombras. 

Ven a buscarme 
tras la mirada que no vacila,
en las profundidades 
de lo que nunca retorna
y aún presente 
opaca el estertor de mi memoria.

¡Libertad... para pensar!

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