Cristina Meneghetti (1947)
Cristina Meneghetti, escritora uruguaya
Biografía
Cristina Meneghetti, originaria de Montevideo, se graduó como Traductora Pública en la Facultad de Humanidades. Desde su juventud, su curiosidad intelectual y su búsqueda de respuestas la llevaron a recorrer el mundo, estableciéndose por largos periodos en lugares como Los Ángeles (California, EE. UU.), Jalapa (Veracruz, México) y en Stanford (California).
Durante estas travesías, Meneghetti ha sabido combinar su tiempo con una sensibilidad aguda hacia las personas, los lugares y las circunstancias que la rodean, ya sean grandes o pequeñas, dramáticas o felices. Esta conexión con la realidad ha inspirado la creación de siete libros, siendo "Un lugar para vivir" su obra más representativa en forma de antología.
Su trayectoria literaria abarca desde 1968 con "Intento" hasta 2005 con "Asuntos diarios", incluyendo obras como "Juego abierto" (1972), "Tiempo fiero" (1976), "Gestos y maneras" (1978), "Estación al norte" (1982) y "Alguna de las cosas" (1988).
Aunque Meneghetti extraña su ciudad natal, comprende que "nunca se puede volver a casa", así como tampoco a la infancia. Esta distancia, tanto física como emocional, ha sido un elemento fundamental en su poesía.
Además de su carrera literaria, está licenciada por el Estado de California y trabaja como intérprete en el sistema judicial.
La claridad escarmentada
Sentadamente cansadamente
desoladamente cierto es aquello
no más desajustado que es
pobre cerebro
iba como siempre sin muchas
ganas y por esa sola vez
no tuvo más remedio que saber
que se le venía la casa encima
y también el pellejo.
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Ando mis días entre paredes claras
o a través de calles que proyectan
árboles y casas conocidas
en la mitad de un nuevo otoño
a veces camino por una playa ventosa
imagino juegos entre las sombras afiladas
que derraman los altos edificios
de mi ciudad costera.
Escúchame
Dejá todo y escúchame
salúdame cualquier día
con sus noches
desde la mano que se levanta
con unas flores
desde el futuro que anuncian
todos los hombres que están muertos
desde el aire éste
la tarde
y no te olvides de besarme
cuando nos despertemos.
Más acá de los silencios
Y ahora el tiempo la falta de
vergüenza al hacerse cargo
de su propia vida
la decisión última de dejar salir
las palabras
por la boca
se doraba la esperanza todo se
doraba se nos iba haciendo tarde
la noche
más allá
más acá
de los silencios
te abracé
te abracé
de invisible oscuridad
inesperada inconsciente y desacostumbrada
manera de juntar sus cuerpos
de traspasar su soledad de
asegurar el mito descubriendo
sus mentiras
tuvieron esa noche de largos abrazos.
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La lejanía no se parece
a un rostro desaparecido
no se parece siquiera a la desaparición
la lejanía es otro asunto emparentado
tal vez con alguna tarde
de infancia sentada al pie
de una escalera
cuajada de sol frío y el principio
de la certeza que aún quedaba
tanto por venir
y seguramente entre los cuerpos
había algo más que el aire
esa espesura ardiente
de las separaciones.
Del mar
En algún momento el sonido del mar
encaramado
alzándose a la imagen:
un recuerdo,
gotas sumándose pequeñas a
la espuma al océano hondo transparente,
diríase cuál era ese mar sólo
un momento para entreverlo de costado
pasando por encima de esta concreta
cotidianidad,
casi volver a saber el gusto verde
de esa salazón poderosa
tan igual a nuestros ojos
mirándose
bajo la tarde en silencio.
¡Libertad... para pensar!
Fuimos amigos en el liceo Zorrilla , cerca del año 67/68 me la encontré cerca de Charrúa y Gaboto y la llevé en moto , no recuerdo a qué destino y luego me fui a Canada y no volví a verla después de años me enteré de su carrera como escritora !!
ResponderBorrarY me dio mucha alegría !!
Abrazo grande !!