Sabrina Paula Silva Lozano (2001)
Biografía
Es una joven poeta afrodescendiente uruguaya. Comenzó a escribir movida por una necesidad vital de nombrar el mundo y de fijar en palabras aquellas experiencias que muchos sienten, pero pocos se atreven a describir. Para ella, la escritura es un acto de revelación y de memoria, una manera de darle forma a lo que permanece oculto en la vida cotidiana.
Silva Lozano ve en la poesía un vehículo para expresar las sensibilidades propias y colectivas de las mujeres afro, y participa activamente en espacios de visibilización y creación donde la palabra se convierte en territorio compartido. Considera que la literatura es una herramienta de transformación y una forma de resistencia que contribuye a construir comunidad.
Poemas
Casillas
Casillas, todos estamos en una.
Este mundo está lleno de prototipos impuestos,
y siempre caemos en una casilla.
«El rico», «la popular», «el distraído»...
Es todo lo mismo, se trata de una tontería,
para hacernos creer que nos conocemos entre todos.
Para hacernos creer que los que ponemos las reglas en este mundo
somos nosotros.
Para discriminarnos y marcar un territorio
que nunca existió más que en nuestras retorcidas mentes.
Todos sabemos
que el distraído es más ético que el que le puso ese apodo.
Todos sabemos
que la popular no es nadie fuera del centro educativo.
Y el rico es rico,
pero no todo se consigue con dinero,
y él lo sabe.
Cada uno con su papel, cada uno en su casilla,
porque va a empezar el juego.
Ponte en tu lugar prostituta,
porque hay alguien que necesita juzgarte.
Ponte en tu lugar marginado,
porque hay alguien que quiere sentirse querido por la sociedad.
Ponte en tu lugar discriminación,
porque este mundo está lleno de imbéciles.
Café
Estaba caliente,
así que lo apoyé sobre la mesa.
Me traía muchos recuerdos esa taza,
ese sabor.
Nada que lo acompañara,
sólo café como para sólo sentir el olor
y el sabor a café.
Café negro, caliente, humeante, nostálgico...
Ese café especial que me recuerda a ti y me hace llorar...
Café de lunes,
de martes,
de miércoles,
jueves y viernes,
sábados y domingos.
Ese café que odio, que amo.
Ese café que no sabe a nada más que a café si no estás tú tomando el
tuyo conmigo.
Tinta
Tinta, tinta, tinta.
Hasta que todo se llene de tinta
y la tinta explote con más tinta.
Escribe hasta que letra tache letra
y ya no se lea nada.
Escribe hasta que las hojas se quejen y griten,
y dejen por fin de cumplir la función de hojas.
Escribe hasta que las venas formen caminos en tus manos
y la vida se convierta en dibujo
y la sangre sea nueva y solamente tinta.
¡Libertad... para pensar!
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