Mi otra piel

  

Me expreso mejor si lo hago despacio y escojo las palabras con cuidado, diccionario en mano, para no sonar inadecuada o impertinente.  Se me dan mejor las cosas cuando soy la mujer firme, siempre controlada, que al discurrir los días medita cada acción y vislumbra en el horizonte los sucesos por venir, si hago esto u omito aquello.  Soy mejor así.

Por ti, hoy quiero ser otra: impredecible, cacofónica, bulliciosa y díscola. Porque soy adicta a tu modo de hacer que las cosas sucedan. Me gusta el juego de luces y sombras que armas ante mis ojos cuando la soledad y la desesperación me abrazan. Las estratagemas con que ocupas mi tiempo sin estar presente, y esa forma tuya de aguzar mis sentidos para recordarme, una y otra vez, que estoy viva.





No sé si está bien exponer mi alma de esta forma.  No sé si debo simplemente dejar salir las palabras, pájaros al viento o amordazar mis labios cual grilletes que las aprisionen.  Expresar sin tapujos significa quedarme desnuda, a la intemperie, y Esperar paciente que vuelvas a vestirme; recojas lo dicho y me tejas con ello otra prenda. Devuelvas mi arenga transformada en caricias, pretextos para tocarme.

  

Y una vez desnuda mi piel sea tu lienzo. Da en ella rienda suelta a tus impulsos. Píntala de los colores de tus silencios, o de las múltiples formas que dibuja tu verbo. Grafícame un paraíso en pleno infierno, siguiendo la dirección de mi relieve: traza agujeros negros sobre las cuencas, piérdete en mi mirada, asómate a otro universo; entre las cumbres gemelas dibuja un arco iris, pletórico de luz y fantasía. Extiéndelo, suavemente, con tu pincel rosado, hasta mi centro mismo, en el sentido que marca el deseo.  

Juega a ser Van Gogh, cúbreme con su locura. Reaviva la naturaleza muerta de este cuerpo. Haz de mi ombligo recipiente para tus girasoles. Tiñe de amarillo intenso y naranjas mi vientre. En el monte de Venus ciega aquel campo de trigo y deja volar los cuervos. Con tu fuerza cíclope intérnate en la noche estrellada y desciende lentamente a sus abismos. Activa el volcán dormido, desencadena explosiones coloridas que nutran tu paleta. Vierte sobre mí el magma que me inunda ahí en lo bajo. Fabrícame otra piel.  Lléname de ti que estoy desnuda.

¡Libertad para pensar!