El otro lado de las cosas
¿A
que sabe el amor cuando está muriendo? ¿A qué tu ausencia las
noches que duermes fuera y vigilo el firmamento para evadir lo
terreno?
- ¡Pendeja! el amor no es un sabor.
- ¿Crees
que debo cambiarlo?
- Juega
a decirlo de otra forma.
- No
me ayudas. Tienes que ser más específica. Dame ejemplos.
- Pregúntale
al cabrón si aún te quiere.
- ¿Tú
crees? No quiero empezar siendo tan directa. Ya sabes, es mejor
darle la vuelta. Exponer argumentos y luego dejar la incógnita
- Yo
que tú lo mando a la mierda y se acabó. No sueñes, deja de
adornar las cosas. No le des la vuelta a nada y pídele que sea claro.
- Prefiero
seguir con mis motivos ¿Me ayudas?
- Si
no hay remedio. Pero no te pongas muy romántica.
¿Conserva
algún olor el amor agonizante? ¿Huele
a
ausencia entre las sábanas tibias bien temprano en la mañana o a
descompuesto, a cosa fofa que se olvidó en el
armario?
¿Puede
palparse el amor cuando se está yendo? ¿Deja algún rastro que
seguir? O se parece al algodón de azúcar que compramos los domingos
en el parque, que se
diluye
al
tacto manchándome las manos, los dientes, la lengua.
- ¿Vas
a seguir con la idea de darle sabor, color y textura al sentimiento?
- ¿Piensas
que es inadecuado?
- No
me gusta, es
insulso.
Lo escrito te muestra llena
de dudas e indecisiones.
Recuerda, él te puso los cachos. Necesitas mostrarte indignada,
dolida, no lastimera ni melancólica.
¿Te interesa volver con él o permanecer en casa esperando recuerde que se olvidó de ti?
Si vas a darle forma al amor tampoco lo veas como una autopista con semáforos. Para él se activa la ola verde y a ti se te pone en naranja.
¿Lo vas a perdonar?
¿Te interesa volver con él o permanecer en casa esperando recuerde que se olvidó de ti?
Si vas a darle forma al amor tampoco lo veas como una autopista con semáforos. Para él se activa la ola verde y a ti se te pone en naranja.
¿Lo vas a perdonar?
- Siento
que esta vez no puedo.
- Ese
es el dolor que debes mantener vivo
al momento de cerrar la puerta de
la casa,
ahora, hazlo palabras.
Exactamente ¿qué
quieres decirle?
- Tengo
dificultades para expresarlo y más en el papel.
- Piensa
mientras preparo café ¿Tienes galletas?
- Sí,
busca en la alacena. Untas las mías con queso crema, por favor.
He
ido a buscarme a los rincones de la casa donde me dejaste olvidada.
Me apetece hacer tan poco. En la cocina el lavaplatos rebosa. La
estufa conserva restos de la última cena y se ha instalado en el hogar un olor a
grasa y podredumbre. En la alcoba la cama lleva días sin hacer. En
un gesto de rebeldía desterritorialicé mi lecho y me he sentido a
gusto. Recogí los recuerdos que se caían del techo y los guardé
en la nevera. Tomé posesión de mi cuerpo. Me era difícil caminar sin tu mirada. También recuperé mis manos, vagabundas
trémulas por tus formas deseadas. Inventarié mis afectos y
descarte las emociones repetidas o deterioradas. Llevo en la maleta
tres sueños, dos camisas y un par de medias para las noches frías,
que por ahora bastan.
- ¿Has
logrado escribir algo distinto?
- Sí
- ¡Déjame
leer…! Está perfecto. Borra todo lo anterior y saca en limpio
esta parte. Si quieres quedarte a escuchar su arenga de mentiras,
allá tú. Si te interesa mi opinión, te sugiero transcribir esta
carta o nota o como prefieras llamarla en esos papelitos de colores
que tanto te gustan. Si te hace feliz le pones los adornos, la
perfumas, aunque no tiene sentido que llenes de olor una carta para
un tipo que te es infiel, pero
eres imposible con eso, y
la dejas sobre la mesita de noche. Empacas tus cosas y te largas.
No le des tiempo de reaccionar. ¿Comemos?
-Sí
Libertad... para pensar!
Sé que esa parte la dejas bajo la responsabilidad del lector, pero presiento que no es ése el último escrito de ella en papelitos de colores. Aun así, me parece significativo y valiente que sea ella la que empaque, que sea ella quien decida no esperar más. Su comportamiento es activo, y sin saber qué responderle a qué sabe el amor agonizante, sí que podría decirle que la libertad que le da una decisión le sabe a queso crema. Feliz día.
ResponderBorrarMe gusta que el amor propio y la libertad de elegir sepan a queso crema en aquellos momentos decisivos. Muy acertada y graciosa tu respuesta. Me regalaste una sonrisa. Gracias. Feliz día también para ti.
BorrarEl amor no deja de volar hasta que lo pisan, aunque tantos amores están mejor bajo la bota y abandonados..Muy bueno, como siempre Mª Eugenia, un abrazo
BorrarCoincido contigo, Alfmega. Muchos amores es mejor si viven enterrados, permitiéndoles que concluyan su ciclo con dignidad
BorrarQuerida niña, para mí, como par tu protagonista, los sentimientos tienes colores, sabores, adornos, fragancias... así que me identifico con ella y me admira la lectura y ese abandonarse en el que se sumerge para acabar aceptando su renuncia. Simplemente perfecta. estás perfecta, sublime, adorada y adorable. un fuerte abrazo
ResponderBorrarGracias, querida. Supongo que esa mujer es alguien con quien podemos identificarnos en algunos aspectos de nuestras vidas. En la creencia desmedida en el amor y la espera resignada hasta que la evidencia es aplastante. Los sueños que no duermen y la necesidad de mantenerlos despiertos mediante fuertes dosis de café. El dejar que una amiga o una pariente nos acompañen mientras decidimos qué paso seguir porque tememos no poder darlo solas, y sobre todo, querer impregnar la casa de nosotros, especialmente cuando nos vamos, dejar un rastro que conduzca hacia nosotros mientras el amor persista.
BorrarLa mejor salida, no se debe hacer perdurar algo que no funciona.
ResponderBorrarEl amor debe ser placentero cuando se comparte, si está en uno solo no hay que forzarlo. Cada uno por su lado, el que no ama que luche solo con su insensibilidad y el que está enamorado que sufra los desplantes del otro, que goce de su capacidad de amar, aunque no sea correspondido.
Un abrazo.
Hola, Javier, gracias por pasarte a comentar. Me gusta y comparto tu postura. Cuando el amor dejar de ser placentero es mejor pasar de él. Bienvenido siempre a este espacio. Saludos.
BorrarExcelentes esos diálogos con ritmo cinematográfico, como mujer me sumergí en esa lectura donde nos invita a protagonizar el desencuentro, un abrazo!
ResponderBorrarHola, Graciela, gracias por comentar. Siempre es un placer tenerte acá. El escrito si bien narra la experiencia de una mujer que sufre por la infidelidad de su esposo, también busca reflejar esos momentos de indecisión en los que no sabemos cuál es la mejor salida frente al problema. Abrazos
BorrarCuando el amor se ha esfumado lo importante es salvarse uno mismo causando el menor daño. Poner fin a una relación es difícil, lo es para quien toma la decisión y para el que se la encuentra sin haberla buscado y posiblemente aún se quieren, más el amor ya no funcione. Pero la vida sigue y a bien seguro pondrá en nuestro camino otras oportunidades...
ResponderBorrarExcelente narración.
Seguimos en lectura.
Un abrazo.
Hola, Marybel. Comparto aquello de salvarse uno mismo haciendo el menor daño posible. Más allá de la egolatría esa puede ser la decisión más sensata a la hora de cerrar un ciclo para dar lugar a nuevos encuentros y experiencia. Aceptar que el amor cambia es una lección que aún tenemos pendiente. Saludos
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