Historias Subterráneas: el empalado

HISTORIAS SUBTERRÁNEAS

Estas historias no pretenden incitar a la intolerancia, sólo reflejan algunos aspectos de la sociedad a la que pertenezco.  Para desarrollarlas he seleccionado varios ejes de subordinación históricos: clase, etnia, sexualidad y género.  Empleo un lenguaje fuerte y descuidado porque pretendo producir determinados efectos en el lector.  

En general, Los relatos de violencia narrados en el blog pretenden ayudar a visibilizar ciertas realidades. 

Si decides leer espero no herir tu sensibilidad.

Me tocó ser distinto

No Porque lo hubiera decidido o

escogido sino porque me tocó.

Y al tocarme ser distinto,

tal vez me tocó ser artista,

me tocó ser marica,

me tocó ser como soy.

Y no me arrepiento

(Me tocó ser así.  Pintura y texto de Luis Caballero)

EL EMPALADO

Al maricón ese hay que penetrarlo bien adentro por el fundillo.  Pero no con la verga de Juan que es grande, le gusta explorar los huecos más recónditos y revolcarse en la mierda.  No con esa, porque le daríamos un placer que no merece, sino con el palo que encontramos la otra tarde en el parque – recuerdas – Era grueso y tenía una punta en forma de flecha.   Podemos acordar hacerlo el miércoles después del fútbol.  Si perdemos ya sabes cómo se caldean los ánimos y los chicos buscan en qué o quién descargarse, si ganamos ¡qué mejor motivo para celebrar!  ¡Quiere que le den por el culo! sus deseos son órdenes.  Le armamos cacería, lo llevamos a la bodega abandonada, lo atamos fuerte y lo montamos uno a uno hasta desgarrarle su apretadito culo cacorro.  Cuando sienta que no da más le metemos el palo directo al ano y sin permiso.  -¿Te imaginas su cara?-  sus exclamaciones, su voz afeminada implorando clemencia y orando a dios que le despierte de la pesadilla.  ¡Tremendo espectáculo! verlo revolcarse de dolor y arrastrarse por el piso igual o peor que una cucaracha.

¡Libertad... para pensar!