Deja que se pierda mi alma



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Me llamo Arnoldo a secas, el apellido es lo de menos, sólo sirve para cuestiones legales, o en mi caso para recordarme que soy un digno hijo de mi padre.  Tengo 62 años, este marcador no significa experiencia acumulada, ni asegura ganarme el respeto que prodigue a mis mayores.  Es simple obsolescencia, ayuda a calcular el final del camino, el tiempo que me falta para convertirme en una carga y vivir subsidiado.  

Hace tres meses vengo a esta banca, durante horas miro sin ver el paso de los días, la rutina asfixiante de los otros; soy un gorrón en fiesta ajena. La primera semana quise atravesar la línea casi indeleble que me separa de ellos pero un pudor extraño me impidió transgredir.  La distancia aumenta con los días.  


Lejos de una institución corro el riesgo de volverme una visión espectral, un remedo de hombre.  Anhelo agendar mi día, colmar cada espacio, esclavizar la vida e impedir que fuera lo que yo soñaba.  Antes no tenía tiempo para estar a solas con mis demonios, conocerlos y dominarlos; ahora me acechan sin tregua desde que estoy en la banca.  Soy otro jugador suplente, muero de ganas por salir a la pista, realizar mi gran jugada y contribuir a la victoria del equipo.  Pero he perdido facultades, empiezo a estar lo bastante viejo para un mundo que se alimenta de sangre fresca.  Me siento de más en mi propio cuerpo.  


¡Libertad... para pensar!

Comentarios

  1. ¡Todos tenemos una función en cada etapa de la vida, Arnoldo aún tiene tiempo para conocer sus demonios y dominarlos, la jubilación indica un cambio de vida y una mejor calidad de ella, disfrutar de las ñetos, comenzar el huerto,viajar,trabajar la madera, sentarte en un parque y distribuir tu sabiduría...... ¡¡Interesante reflexión, Abrazo!!

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    1. Hola, Damian. Quiero jubilarme a los cuarenta para irme a casa y disponer de mi vida entera; pero conozco alguna personas que incapaces de hacer algo distinto a trabajar. No conciben la vida de otra forma. Gracias por comentar, Saludos

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  2. Ay si yo los pillara con salud y energía. Ya sabes lo que pienso sobre que uno mismo se sienta por primera vez se sienta la causa y no la lucha. Iba yo a estar planteándome salir del banquillo. Larga vida a Arnoldo.

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    1. Larga vida a vos, Javi. Ojalá alcances los años de Matusalén de quien dicen vivió 969, por supuesto, que te pillen sano y lúcido. Arnoldo simplemente no sabe cómo disfrutar de sí mismo. Saludos

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  3. Vaya, un triste final, sólo esperar a que pase lo que le queda sentado en el "banquillo", pero por supuesto, la forma de contarlo es original, así que queda compartida, saludos!!

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  4. Dichosos demonios! Más tarde o más temprano nos encuentran. a él lo encontró en este parque y los lamentos del tiempo perdido le enjaulan. triste realidad que muchos comparten al encontrase fuera de sus labores habituales que tanto tiempo ocupan y tan poco dejan para pensar. Triste pero bello. Un abrazo mi querida niña

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