Fluir en el espejo
El olvido es el desván de la memoria,
un recinto espectral del silencio,
almacén de palabras vacías,
y presencias negadas.
Fluye y se expande,
devora todo.
Bajo su oscuro manto
vive la incógnita,
ama y señora de lo desconocido.
El olvido otorga
un recinto espectral del silencio,
almacén de palabras vacías,
y presencias negadas.
Fluye y se expande,
devora todo.
Bajo su oscuro manto
vive la incógnita,
ama y señora de lo desconocido.
El olvido otorga
coherencia al tiempo,
organiza en el hoy el pasado,
resignifica la historia.
La memoria salta
organiza en el hoy el pasado,
resignifica la historia.
La memoria salta
entre dimensiones,
va y regresa.
El olvido,
si lo quiere,
se reviste con la vana propiedad
de ser eterno.
va y regresa.
El olvido,
si lo quiere,
se reviste con la vana propiedad
de ser eterno.
¡Libertad... para pensar!