Préstame tus ojos para leer el mundo
Nariño, Colombia. Esta mañana despunta calma bajo mis lentes, ha dormido entre nubes al otro lado del mundo. Me acoge ovillada, bajo el cálido manto de la luz perpetua. Mágico es el olor que desprende su flanco, y la vista de tu figura adelantada tras sus pasos. Viajero que emigras en barcos hechos por sueños, rompe las olas de mis recuerdos y trae tu ausencia, deja que se extienda sabia y mansa al compás de este cuerpo, viejo y adosado contra mis fundamentos. No te dilates desenredando los cabellos de la luna, su crisma tiene la forma cóncava de mi vientre anhelante y su faz mi semblante adormecido entre sombras. Ven a buscarme tras la mirada que no vacila, en las profundidades de lo que nunca retorna y aún presente opaca el estertor de mi memoria. ¡Libertad... para pensar!