Mientras tanto


Borujerdis House, Irán.  Fotógrafo Paolo Cesare Butturini



Tengo la edad de cada día
y el rostro de un amanecer difuso;
el sabor de la amapola,
y huelo a cobijo
 en un atardecer lluvioso.

Mi piel tiene la consistencia
de la brisa del mar
bajo la luna llena;
mi cabello la forma del agua
al romper en costas,
y mis manos
 portan la respuesta al mensaje
que arrojó algún naufrago. 

Tengo dos palabras favoritas:
habitar y silencio.
Tres deseos que lo resumen todo
y me envilecen cuatro pecados,
que olvido en la trastienda
 porque se hacen sacros.

Tengo recuerdos de ti que atesoro
desde que fuimos uno.
Vibro al compás de tu corazón distante.
Me nombra, como a ti,
cada sonido que verbaliza el cuerpo.

Soy interminable,
al cabo del tiempo, 
y una odisea pendiente
 que inicio un otoño.

Tengo el mayor récord de viajes
a ninguna parte,
por el placer de encontrarnos.
Te ofrendo a ti,
peregrino de mi alma,
la riqueza del mundo
encapsulada en sonrisas.

Tengo,
y de tanto tener no cuento.

¡Libertad... para pensar!



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