Blanca Ortiz (1908-1977)
Biografía
Blanca Ortiz de Sánchez Montenegro, nacida en Tumaco en 1908 y fallecida en Bogotá en 1977, destacó como una figura literaria en Pasto y Bogotá, dejando un legado imperecedero con sus sólidos conocimientos literarios, la calidad de sus escritos y su inconfundible jovialidad.
Su obra cumbre, "Diafanidad", un libro de poemas, se erige como un tributo a las diversas temáticas que coloreaban la vida en Tumaco y sus alrededores. A través de sus versos, Blanca Ortiz describió con maestría las personas, los paisajes de la costa y plasmó algunas de las entrañables costumbres de su amada isla. Aunque abandonó su ciudad natal a temprana edad, las experiencias y emociones vividas en Tumaco impregnaron su alma de por vida.
"Diafanidad", editado en Bogotá en 1938, se erige posiblemente como el primer libro publicado por una mujer nariñense. En las décadas iniciales del siglo XX, otros poemas escritos por damas de la región se difundieron en diversas revistas del departamento, pero el impacto de Ortiz de Sánchez Montenegro marcó un hito en la historia literaria de Nariño.
Su legado literario brilla con luz propia, y la conjunción de "Diafanidad" con su poema "Puerto de romances" revela la profunda conexión que mantuvo con Tumaco. Su capacidad para transmitir las emociones y la esencia de su tierra natal la consagra como una de las voces más auténticas y representativas de la literatura nariñense. Blanca Ortiz de Sánchez Montenegro, una lumbrera que iluminó con sus versos la riqueza cultural y emocional de Tumaco.
Se ha tornado negro el mar
A María Luisa de Villamizar
Se ha tornado negro el mar
baj o la tarde serena
que yo le conté mi pena
y se puso a sollozar.
Estaba sobre la. arena,
por recordar un cantar
para olvidar
un dolor que me encadena.
Pero no llegó el olvido,
aunque sí vino el cantar
que me decía al oído:
-porque le conté mi pena
se puso muy negro el mar
bajo la tarde serena.
Costaneras
Canto lejano de la marimba, (11)
donde la raza morena llora;
en donde el negro con su cachimba,
hoja por hoja su alma desflora.
Suenan cununos al compás bronco (11)
del puño sobre la piel estraña.
Entonces brotan del hueco tronco
las hondas quejas de la montaña.
Salta el moreno de talle esbelto (11)
sobre aquel piso de tierra negra,
Y las mujeres con gesto esquivo (13)
Se va a su lecho de dura chonta,
y apaga el fuego de la cachimba. (13)
Otro verso (13)
Vinete negro de Chucunés
Cuando la aurora se desmadeja, (13)
siguen danzando con el cununo;
hasta que el (?)
Provocativas rompen los lazos (13)
Viene el bambuco: guitarra y canto,
que con su alegre pena africana,
es de las sombras a la mañana.
Acuarelas de Tumaco? (fragmentos)
¡Romántica isla sonora!
Tamarindo y almendro en flor.
Bambuco, marimba que llora.
Raza morena, soñadora,
fundida en bronce y valor.
A Dulcinea y a don Quijote (fragmentos)
¿Qué dices, don Quijote de la Mancha,
de tu fiel Dulcinea? Si la quieres,
no seas tan ingenuo. Sabes que «Ancha
es Castilla», y es justo que tú veas
de la Mancha el amor de otras mujeres,
¡No la mancha de ciertas dulcineas…!
¡Libertad... para pensar!
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