Norah Lange (1905 - 1972)

Norah Lange, escritora argentina
 

Norah Lange fue una figura destacada en la literatura argentina del siglo XX, tanto por su obra como por su participación en los círculos culturales y vanguardistas de la época. Su legado literario abarca tanto la poesía como la prosa, y su influencia sigue resonando en la literatura contemporánea.

Nacida el 23 de octubre de 1905 en Buenos Aires, Lange comenzó a escribir desde una edad temprana, publicando su primer libro de poemas, "La calle de la tarde", a los veinte años. A lo largo de su carrera, escribió cuatro novelas, cuatro poemarios y dos libros de memorias, estableciéndose como una voz destacada en la vanguardia literaria porteña.

Su relación con figuras prominentes de la literatura argentina, como Jorge Luis Borges y Leopoldo Marechal, ha sido objeto de interés y especulación. Aunque algunos sugieren que hubo romances con estos escritores, otros desmienten tales afirmaciones. Lo cierto es que su matrimonio con el escritor Oliverio Girondo causó cierto revuelo en la sociedad de la época.

Entre sus obras más destacadas se encuentran las novelas "Voz de vida", "45 días y 30 marineros", "Personas en la sala" y "Los dos retratos", así como sus memorias "Cuadernos de Infancia" y "Antes que muera". Su contribución a la literatura argentina fue reconocida con premios como el Primer Premio Municipal y el Segundo Premio Nacional de Literatura.

La crítica y docente Delfina Muschietti ha elogiado la importancia de Lange en la ruptura de los cánones literarios de principios de siglo, destacando su papel en la apertura de espacios para las mujeres escritoras en la vanguardia literaria. Lange ha sido comparada con otras figuras como Alfonsina Storni, siendo considerada una contracara en la exploración de la prosa vanguardista.

A lo largo de su vida y más allá de su muerte en 1972, Norah Lange mantuvo su prestigio como una de las grandes de la literatura argentina. Escritores y críticos han destacado su obra y su legado, asegurando su lugar entre las figuras más importantes de su generación.

El poema "El sol se había caído" revela la sensibilidad y la maestría poética de Lange, explorando temas como el amor, la melancolía y la belleza de lo cotidiano. Su poesía continúa siendo celebrada y estudiada como parte integral del panorama literario argentino.

Obras:

Novelas:
  1. Voz de vida (1927)
  2. 45 días y 30 marineros (1933)
  3. Personas en la sala (1950)
  4. Los dos retratos (1956)
Poesía:
  1. La calle de la tarde (1925)
  2. Los días y las noches (1926)
  3. El rumbo de la rosa (1930)
  4. Versos a una plaza
Memorias:
  1. Cuadernos de Infancia (1937)
  2. Antes que muera (1944)
Reconocimientos:
  • Primer Premio Municipal de Literatura: Obtuvo este premio por su obra "Cuadernos de Infancia".
  • Segundo Premio Nacional de Literatura: Otorgado también por "Cuadernos de Infancia".
  • Gran Premio de Honor y Medalla de Oro: Otorgado por la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) en 1958. 

El sol se ha caído

    El sol se había caído
    con las alas rotas
    sobre un Poniente.
    Tus ojos se llenaron de crepúsculos pálidos.
    Vino el vacío eterno de tu presencia
    y todas mis horas se llenaron
    de distancias.
    Tus lágrimas se deslizan
    por la pendiente de un recuerdo.
    El rosario de tus besos
    de tus huellas
    aguarda tus pasos.
    Vuelve.
    Acaso en tu ventana
    un verso mío se desangra.

En el camino

    En el camino hay un silencio de palabra imposible
    La tarde reza en ermita de fuego
    Sobre el despoblado
    hacen penitencia las sombras
    Las estrellas columpian la escalera
    por donde bajarán los ángeles a la tierra
    Mi vida se desangra gota a gota.
    La tarde es una sola lágrima clara
    Cada sombra es un latido que nos besa
    Cerca, más cerca
    el corazón de la noche.
    El silencio doblega los instantes
    Cada hoja es una palabra más
    que dice la primavera este año
    Para perpetuar la emoción
    cerró la noche la palabra que nacía.

:__________

    Tus labios han deletreado
                                            una sonrisa.
    Las palabras declinan
                                            como ocasos
                                  sobre los pétalos de los caminos.
    Un pajarito
                                se ha dormido
                                con un poco de luz
                                  sobre la piedad de tus manos
    y se oye palpitar un beso
                        sobre el cansancio
                                  de tus ojos.
    
__________

    La tardecita mansa
    pisoteada por tinieblas.
    Las hojas son corazones sobre el lago
    y los arbolitos
                     de la mano
                                  como un cortejo de niños.

Calle

    He vuelto a la calle ahondada de esperas
    rezando ausencias que ya no serán más.
    Calle poblada de voces humildes,
    ¡cuán cerca la hora en que él me querrá!
    Sobre la tierra sumisa de ocasos,
    pasaste a mi lado como un madrigal.
    Toda la dicha se estuvo en mis ojos,
    y fue leve cansancio la emoción de tu voz.
    Calle: mi verso pronto irá hacia ti
    honrado de emociones, como un abrazo
    que anticipa olvido y soledades.

_________

Afuera la noche
sacudiendo angustias.
    Adentro, el corazón
                  fresco de amor
                   ¡Como una hoja nueva!


_________

En el corazón de cada árbol
se ha estremecido la medianoche.

La noche se desmenuza
en lenta procesión de niebla.

Todas las tardes terminan su cansancio.

Los letreros luminosos duermen
el asombro de sus colores
y anticipan la contemplación de cada pobre.

En toda esquina vigila el sueño
y es tu recuerdo la única pena
que humilla la altivez de las aceras.

Lejos, el primer mendigo,
traiciona el portal donde ha dormido.

Y la ciudad se abre como una carta
para decirnos la sorpresa de sus calles.

_________

Por aquel brazo
       por el cual desciendes
       llegarás a la mano.
¡La mano abierta
       enseñándote a amar!

__________

Ventana abierta sobre la tarde
    con generosidad de mano
    que no sabe su limosna.

Ventana, que has ocultado en vano
tanto pudor de niña.

Ventana que se da como un cariño
a las veredas desnudas de niños.

Luego, ventana abierta al alba
con rocío de júbilo riendo en sus cristales.

Cuántas veces en el sosiego
    de su abrazo amplio
    dijo mi pena
    su verso cansado!

En nuestros labios

En nuestros labios quisieron enarbolarse
como ponientes los gritos.
    Luego, los horizontes se romperán como
cuerdas y mi corazón vendrá a mí de nuevo.
    Mi corazón ¡tantas veces ido!

 
Esta entrada se escribió con ayuda de la IA

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