Nadhyma Triana (1932)
Nuestro Idioma
Escudriñando voy,
las palabras del idioma,
buscando en las batallas
del quijote y sus hazañas,
donde crear yo pueda
la imaginación con galas
de aquel miguel de Cervantes,
de puro y fino lenguaje
muy selecto de castilla.
como vosotros podéis ver
la obra que él dejara
como dijera alguna vez,
el escritor Juan Montalvo
en los capítulos olvidados;
“al inolvidable Cervantes,
honra y gloria del idioma
del más hermoso castellano”.
Eras tú
Eras la música
de mi caracol dorado
cuna de raso
de infante ilusión,
cascada de alegrías
tu angelical mirada,
sonrisa tierna
para mi tarde mustia,
rosario de besos a mi piel cansada
jardín de alegrías
tu existencia grata,
dulce placer
recordar el ayer,
hijo del alma mía
eres mi mas bello recuerdo.
El tren del olvido
Te fuiste una tarde
en el tren del olvido, en tu prisa por partir
descolgaba tu valija,
jirones de recuerdos
agitados por el viento,
subiste al ultimo vagón
y por los polines,
rodaba agitando tu sombrero
mechones de rubio cabello
surcaban tu ancha frente,
pero el tren en que ibas,
era el viejo tren del olvido
La ninfa de la paz
La ninfa de los bosques encantados
penetró en sagrada gruta
con su mítica gacela
en busca de la paz,
se adornó de silencios,
y la consiguió,
¡aleluya! Alegre regresó
ya la guerra terminó.
Regalo
Te regalo la paz
que en mi ser queda
quizás tú la puedas cultivar,
regalo este amor que se extingue
quizás tú lo puedas agrandar;
regalo todo lo bueno
que un día tuve
quizás tú lo puedas ordenar,
mi alma esta herida
quizás tú la puedas sanar,
y la palabra que sangra
tal vez tú la puedas curar,
y este amor que se muere
quizás tú lo puedas salvar,
tómalo todo
porque todo se puede acabar.
A Cartago
Añoro tus calles largas
la bondad de tu gente
la huerta perfumada
el tañir de las campanas,
amo tu recuerdo santo
bella ciudad de mis ancestros
cofre de dichas infantiles
ciudad aquí grabada
donde enredé mi niñez
y la alegría del amor primero,
vuelvo a ti en el recuerdo
nutrido me mágicas nostalgias
y siento vibrar en mi ser
al recordarte patria amada;
eres mi canto matutino
tu río grita mi nombre
bajo los písamos floridos,
que guardan los nidos y las aves;
yo, ave migratoria
lejos del nido estoy,
buscando tus recuerdos
día tras día,
en la cotidianidad
de mi vida transitoria.
(Poemas tomados de Hojas de Otoño, 2004).
Libertad... para pensar!
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