Eunice Odio (1919-1974)

Eunice Odio, Escritoras costarricenses, Derechos reservados
Eunice Odio, escritora costarricense


Eunice Odio (San José, Costa Rica, 1919 - México DF, 1974) fue una destacada poetisa, periodista y mitóloga costarricense que pasó la mayor parte de su vida en México, donde dejó una profunda huella en la literatura de habla hispana. A lo largo de su carrera, exploró temas épicos y místicos, situando la palabra poética entre la naturaleza y el cuerpo, entre el mundo y el yo. Su obra se caracteriza por una voz lírica intensa y una riqueza verbal notable.

Nacida en Costa Rica en 1919, Eunice Odio vivió en varios países, incluyendo Guatemala, El Salvador, México y Estados Unidos. Su poesía refleja su espíritu inquieto y su búsqueda constante de nuevas experiencias. Recreó en su obra una visión plástica de un mundo a menudo sombrío, transmitiendo una intensa pasión a través de sus versos.

Entre sus obras más destacadas se encuentran:
  1. Los elementos terrestres (1948): Este poemario, ganador del Premio Centroamericano 15 de Septiembre, presenta un erotismo explícito y un canto a la entrega física vivida entre amantes.
  2. Territorio del alba (1953): Publicado en Argentina, este libro contiene audacias léxicas e imágenes rompedoras, con influencias surrealistas que marcan la transición de Odio hacia la vanguardia poética.
  3. Tránsito de fuego (1957): Considerado su mayor logro, este poemario es un largo poema dialogado, dividido en cuatro partes, de carácter alegórico-dramático y versos indescifrables y herméticos.
  4. Pasto de sueños: Esta obra, escrita entre 1953 y 1971, marca una evolución hacia una poesía más metafísica y conceptual, con poemas más extensos y difíciles.
  5. Últimos poemas (1967-1972): Esta recopilación de poemas muestra la evolución patente de la voz lírica de Odio, con una mayor complejidad temática y estilística.
La poesía de Eunice Odio destaca por su enfoque en el cuerpo humano y su fusión con la naturaleza, así como por su exploración de lo mítico y lo terrestre. A pesar de su intensa pasión por la poesía, Odio sufrió de problemas personales, incluyendo el abuso del alcohol y una cólera lacerante, lo que la llevó a una muerte solitaria en México en 1974.

Su legado perdura en su obra poética, que sigue siendo estudiada y apreciada por su profundidad, su originalidad y su capacidad para evocar la complejidad de la experiencia humana.

Poema primero (Posesión en el sueño)

Ven
Amado

Te probaré con alegría.
Te soñaré conmigo esta noche.

Tu cuerpo acabará
donde comience para mí
la hora de tu fertilidad y tu agonía;
y porque somos llenos de congoja
mi amor por ti ha nacido con tu pecho,
es que te amo en principio por tu boca.

Ven
Comeremos en el sitio de mi alma.

Antes que yo se te abrirá mi cuerpo
como mar despeñado y lleno
hasta el crepúsculo de peces.
Porque tú eres bello,
hermano mío,
eterno mío dulcísimo.

Tu cintura en que el día parpadea
llenando con su olor todas las cosas,
tu decisión de amar,
de súbito,
desembocando inesperado a mi alma,

Tu sexo matinal
en que descansa el borde del mundo
y se dilata.

Ven

Te probaré con alegría.

Manojo de lámparas será a mis pies tu voz.

Hablaremos de tu cuerpo
con alegría purísima,
como niños desvelados a cuyo salto
fue descubierto apenas, otro niño,
y desnudado su incipiente arribo,
y conocido en su futura edad, total , sin diámetro,
en su corriente genital más próxima,
sin cauce, en apretada soledad.

Ven
te probaré con alegría.

Tú soñarás conmigo esta noche,
y anudarás aromas caídos nuestras bocas.

Te poblaré de alondras y semanas
eternamente oscuras y desnudas.

De «Los elementos terrestres»

Epígrafe


I
           Tu mano en que desdoblan ruiseñores
su pálido desnudo,
su ancho pecho de musgo coronado,
es mano que abre al viento reclinado
claro jazmín entre la sien oscura.

          Sí, deshojada el agua entre la frente,
labra pequeña placidez de lirio
y entre los dedos gajos de violines.

II
          Tiende el oído y óyeme esta canción
que es como semilla de estaciones.

          Que es como la casa de verano
donde me crece de la mano un niño,
y el alma da empujones a la orilla,
y es como piel el alma -no se siente.

          Entraremos de pronto en el verano como árboles
vegetalmente abiertos de oídos y de polvo,

          Porque todo refluye hacia el arribo,
asciende el vientre a capital de fruto
y el aire hacia ecuación de golondrina.

         ¡Brotes sacramentales de la hierba,
oh, dádivas subiendo de la entraña,
suma de transitados alimentos!

         Y a la altura del pecho y la labranza
semilla de silencio y luz desierta.

         Todo regresa hasta su forma exacta.
La vida retoma su ambición pequeña
de ser, del todo, vegetal profundo,
recóndito edificio y luz abierta.

Nube y cielo mayor

                                                       A los milicianos de dentro y fuera

Porque en España ardía la voz,

Ardía el vientre floral de la mujer
encinta con el mundo,

Ardía la arteria triste desnuda

Ardía el humus conciso de los hombres,

Ardía el húmedo estuario de tu daga
total y coronada.

Porque en España
se cubrían de lujosos cadáveres
los párpados de las muchachas

y el alba cercenada
soñaba con obispos y medusas,
y murmuraba el hombre su cándida estatura
más allá de su muerte conquistada,

Porque en España
Miliciano español
encubierto de escombros doloridos,
y tu cielo veloz acuchillado,

Mientras los enlutados
perdían tu ancha jornada de magnolias,
y revolvían
hasta variarla toda,
la gracia popular de las tahonas,
tú estabas en la época lluviosa de tu sangre,

y tu cuerpo,
en aire de paloma entrecortada,
recorría este suave desorden de ecuadores,
esta fácil ternura de los rostros de América.

Salud
Miliciano Español
a tu frente miliar
y a la turbia excelencia de tu sangre,

Salud a tu mejilla levantada,

Salud
Miliciano Español

Discípulo tatuado
en la cubierta extraña de Guernica,

Salud al espinazo de tu espada,

Porque en España,
cuando los enlutados
pacían en tu dulzor enrojecido,
y comían de tu carne derramada,
tú eras como un ángel escolar
en la esquina del mundo,

como un sol destapado con tu herida,

Salud
Miliciano Español
griterío original de días degollados,

Herida desplomada en las puertas del hombre,

para que el hombre oyera
tu iracunda fragancia
y acogiera
el alto decaer de tu cintura,
el cálido color de tu armonía,

Salud a tu lacónica silueta
melancólico el gesto entre las rocas,
y la mirada envuelta en una lágrima,

Salud
hasta tu corazón más íntimo,
y en tu sudor más íntimo,
y hasta en el dorso
más olvidado de tu hueso,
desordenado y alto,

Salud a esa tu muerte tan desechada,
tu muerte aun húmeda y sola
al socaire del olivo,

Salud
Miliciano Español,

Dinamitero que ardes
con tu boca en amas
y tu fragor al cinto,

Salud hasta en tu niño fusilado
que deslinda su ombligo entre tu frente,

Salud
Miliciano Español

Porque cuando en España
los arzobispos desfondaban a Cristo
y le pateaban el muslo y los dedos largos,
tú estabas con el rostro dividido
y con el sexo lleno de semanas
eternamente oscuras.
Porque cuando los militares de medio rostro
mutilaban la era embarazada
y se masturbaban la mente con un paraguas,
tú estabas cerrado a todas las sangres,
parado sobre todos los asaltos,
y tu cuerpo de suave corola destituida
tenía una voz para tu mismo cuerpo,

Salud
Huésped funeral y hermoso,

Salud
entre tu frente que está al socaire del olivo
aun sola;

porque aún
entre los relojes de los bufetes
y de los tocadores,
los arzobispos y los medios rostros de los traidores,
se masturbaban la mente con un paraguas,
y en tu España,
en la mía,
en la de todos,
aún arde tu cuerpo como un clavel de asalto.

Aquí,
amigo,

Miliciano español
poblado hermano nuestro,
sobre tu corazón de polvo y estampido
nosotros estamos parados al pie de las cosechas,

Sobre lo que parece que se ha roto en el llanto,

Estamos todos,
mostrando el tanto de brillo de una lágrima.

Somos los apasionados magníficos,
los pequeños exaltados
siempre floridos,

los de rostro transitable,

Estamos todos
esperando sobre la piedra erguida,
somos los de dentro y los de fuera,

somos todos los americanos.

Bibliografía

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Enlaces externos

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