Margarita Díaz del Castillo de Otero (Seudónimo Berta del Río 1867-1947)

Dominio público, Escritoras colombianas, Margarita Díaz Otero, Mujeres escritoras de los siglos XIX-XX,
Margarita Díaz Otero, escritora colombiana

Reseña Biografía

Nació en Barbacoas, Nariño.  Fue esposa del poeta Alfonso Otero Muñoz.  Fue autora de textos en prosa, cuentos y poesías que escribió con el seudónimo Berta del Río, en los diarios y revistas del Occidente colombiano.  Fue maestra, dicto cátedras en instituciones de educación en su ciudad natal y en Cali, donde vivió sus últimos años.  Fue locutora en la radioemisora La voz del Valle.

Obras:

Entre las obras de Margarita Díaz del Castillo se destacan textos en prosa, cuentos y poesías que reflejan su sensibilidad y habilidad para expresar emociones profundas. A continuación, se analizan dos de sus poemas más representativos:

1. Invocación

En este poema, Berta del Río expresa la angustia y la desesperación de la espera por un ser amado ausente. Utiliza imágenes vívidas y emotivas para transmitir la intensidad de sus sentimientos. La repetición de la frase "me cansa la espera" enfatiza el sufrimiento que experimenta mientras anhela la presencia de su amado. Los versos reflejan su deseo ferviente de estar con él y la sensación de vacío y desolación que siente en su ausencia. La poeta utiliza un lenguaje poético y evocador para capturar la profundidad de sus emociones y su anhelo de conexión.

2. Reclamo (Al amado ausente)

En este poema, Margarita Díaz del Castillo continúa explorando el tema de la ausencia del ser amado, pero esta vez lo hace desde una perspectiva de reclamo. Utiliza imágenes sensoriales para evocar recuerdos de momentos compartidos y resalta la tristeza y la melancolía que siente al recordar esos momentos pasados. La repetición de la palabra "lejano" enfatiza la distancia física y emocional que separa a la poeta de su amado. Sin embargo, a pesar de la ausencia, la poeta encuentra consuelo en el recuerdo y la esperanza de un amor eterno que trasciende la distancia y el tiempo.

En ambos poemas, Margarita Díaz del Castillo muestra su habilidad para capturar la complejidad de las emociones humanas y transmitirlas de manera poética y conmovedora. Sus versos reflejan un profundo sentido de intimidad y conexión con el lector, y su obra continúa siendo relevante y conmovedora hasta el día de hoy.

Invocación

Amado:
me cansa la espera;
devora el fastidio mi entraña,
mi pena es proterva.
¡Tú ausente!
Ausente en mi vida
cuando más quisiera
llevarte cual luz bendecida;
y en tanto,
mi alma cansada
te busca anhelosa,
soñando te espera.

¿No escuchas
mi grito doliente,
la voz de mi entraña que implora
tu amor más ardiente?
De noche,
¿no sientes que lloro
cuando en vano buscando tu aliento
mi pena devoro?

Repasa
mi mente la senda
ayer venturosa, ya triste,
por darte mi ofrenda;
por darte
como ayer te diera,
mi alma reseda impoluta,
mi sangre opulenta.

¡Más, nada!...
Tan sólo tu huella,
tú pálida sombra vislumbro
cual velada estrella;
y absorta,
-Perplejo fantasma en la vía-
elevo hasta el cielo impasible
mi queja sombría.

Y sigo:
y voy por la vida
llevando tu dulce recuerdo,
como sola egida.
¡Bendito,
sagrado recuerdo!
que ahuyentas las sombras del antro
por donde me pierdo...

Amado:
me cansa la espera;
devora la fiebre mi entraña,
me mata la vida,
la muerte
ríe de mi pena.

Poema incluido en Poesía, tomo 10 de la selección Samper Ortega de Literatura Colombiana.  Áncora Editores, 2007.


Reclamo

(Al amado ausente)

Lejano sonreír de otras auroras

colmenas de ventura,

cuando sus labios, filtros bienhechores

me dieron su dulzura.


Lejana brisa en plenitud de aromas

que bebiste su aliento,

y que a mi corazón enardecido

dieras vida y contento.


Lejano sol que alegra y a hurtadillas

por la roja persiana

te filtras feliz para ofrendarnos

la caricia temprana.


Lejano atardecer: cómplice grato

en nuestra tibia estancia,

donde al nacer la luna, difundía

la noche su fragancia.


Lejano murmurar del manso río

que en las horas de ensueño

con voluptuoso arrullo me adormías

en brazos de mi dueño.


Lejano azul, ensoñación lejana;

lámpara milagrosa,

deliquios del amor que se eterniza

entre un celaje rosa...


Os fuísteis... y en el rumbo hacia lo ignoto

de mis sueños errantes,

va rielando su sombra que ilumina

mis pasos vacilantes.


Y presiento que en torno a mis congojas,

atento a mi reclamo,

me dice con su voz ultraterrena

"Siempre, siempre te amo."


Huérfana de su amor, ese remedo

de su voz es mi aliento;

como el ciego que otrora vio la lumbre

sonríe al firmamento.


Por eso voy llevando en mis pupilas

un triste interrogante,

y se extingue mi vida en el recuerdo

instante por instante.


A la noche

Como niño medroso que furtivo

a tientas va hacia el lecho de su madre,

a ti recurro, ¡Oh noche!

a confiarte mis ansias.


¡Ampárenme tus sombras!

Dulcifiquen mis lánguidos hastíos;

que perciba tan solo

de tu sopor el hálito bendito

y la ansiada delicia del sosiego.


En redor de mi sien formen tus horas

una suave guirnalda

que enerve con su embrujo

mi ser enardecido, y así entone

-con las aves canoras-

tras del silencio plácido, cantares

a la nueva alborada.


¡Oh ilusión! mas, ¿Qué imploro?

Cual visiones aciagas los instantes

trascurren impasibles,

mientras-dolientes náufragos-

mis pupilas combaten con tus sombras

y mi angustia pierde en lo infinito.


¡Impiadosa!


No quieres reanimar con tus hechizos

marchitas ilusiones.

Sólo amparas las dichas, los amores,

y entre tanto

el duelo que acrecienta tu pavura

es áspid en mi alma.


¿Por qué si eres la madre compasiva

del más pobre mortal, no me refugias

en tu seno feliz?  Bríndame tierna

el benéfico jugo de tu entraña,

y así mi vida toda,

ebria de tu delicia,

se aquiete en la almohada

como el hambriento niño,

colmada su ansiedad, en el regazo

materno se adormece

con la gota de leche dulce y tibia

diluida en sus labios. 

Bibliografía 

Las mejores poetisas colombianas / Josefa Acevedo de Gómez... [et al.].  Series Biblioteca aldeana de Colombia Selección Samper Ortega de literatura colombiana.  Editor: [Bogotá] : Minerva, 1936.


¡Libertad... para pensar!

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Historia del barrio Mojica (Cali-Colombia)

Debate Physis vs Nómos

La identidad personal en David Hume