Leonor Blander

Leonor Blander,Escritoras colombianas,Dominio público,Mujeres escritoras del siglo XIX,  

                                                      Leonor Blander, escritora colombiana

 

Análisis Poético: Leonor Blander y la Dualidad de la Existencia

Leonor Blander, la talentosa poeta colombiana, nos sumerge en las profundidades de la existencia humana a través de dos de sus conmovedores poemas: "El mendigo" y "Mi barquilla". Estas composiciones, ricas en imágenes y emociones, revelan la dualidad de la vida, explorando la soledad, el sufrimiento y la esperanza.

1. El Mendigo: Retrato de la Soledad y la Fe

En "El mendigo", Blander pinta un retrato desgarrador de la soledad y el sufrimiento de un mendigo. La poeta utiliza una rica imaginería para describir la desolación del protagonista, su orfandad y su condición desfavorecida. A pesar de la adversidad, el mendigo encuentra consuelo en la fe, personificando al sol como su único amigo y confidente. La alusión a la cruz y la agonía de Jesús agrega capas de simbolismo religioso, destacando la esperanza que surge en medio de la desesperación. La narrativa revela la lucha del mendigo por encontrar significado en su existencia, destacando la importancia de la fe como un ancla en tiempos difíciles.

2. Mi Barquilla: Metáfora de la Esperanza y la Determinación

En "Mi barquilla", Blander utiliza la metáfora de una barquilla para explorar la determinación y la esperanza en medio de la adversidad. La protagonista se presenta como una náufraga arrojada a una orilla desierta, pero su "barquilla" se convierte en su única compañera y guía en la travesía por los mares tumultuosos de la vida. La barquilla representa más que un simple objeto; es un símbolo de fortaleza, resiliencia y fe. La poeta destaca la conexión íntima entre la protagonista y su barquilla, revelando cómo esta se convierte en su luz en la oscuridad y su única esperanza de encontrar significado en su existencia.

Conclusiones: Dualidad y Esperanza

A través de estos dos poemas, Leonor Blander teje una narrativa poética que explora la dualidad inherente a la existencia humana: la soledad y la fe, la adversidad y la esperanza. Su habilidad para capturar la complejidad de las emociones humanas y su maestría en el uso de metáforas hacen que sus versos resuenen profundamente. En el mundo de Blander, incluso en las situaciones más difíciles, la esperanza y la fe emergen como elementos poderosos que iluminan la oscuridad, recordándonos la capacidad humana de encontrar significado y propósito en medio de la incertidumbre.

El mendigo

Salve, ; oh sol ! yo te bendigo
En mi amarga soledad ;
Eres tú mi solo amigo,

Y conversando contigo
Siento alivio en mi orfandad.
Cuando un rayo de tu luz
Brilla en mi mansión sombría,

Y se ilumina la cruz
Donde el divino Jesús
Murió en tan dura agonía,

Yo te contemplo abismado,
Te bendigo en mi dolor;
Y aunque reptil pisoteado,
Del rico y noble ultrajado,
Me reanimo con tu ardor.

Huérfano soy y no tengo
Patria, ni amores, ni pan ;
Ignoro de dónde vengo,

Y mi existencia entretengo
Con las migas que me dan.

Haraposo y desvalido,
Sin porvenir ni bonanza,
Fétido cuerpo aterido,
De todos escarnecido,
Solo Dios es mi esperanza.

En mi lecho funerario
Pienso en ti, crece mi afán,
Y te aguardo cual canario
Que en la noche solitario
Le sorprende el huracán.

Vago triste y anhelante,
Abrumado de dolor :
Cual gusano devorante,
Me sigue cruel y punzante
Un recuerdo matador.

Del sol un rayo furtivo
Besó su pálida frente :
Sacerdote compasivo,
Tu recoges del cautivo
La última queja doliente.

De mi madre moribunda
Tendida en sucio jergón
En una cárcel inmunda,
La larga agonía profunda
Fué mi primera visión.

Guarda, llorando me dijo
Con lánguida voz ahogada,
« Guarda, mi querido hijo.
De tu madre el crucifijo,

Mi única prenda salvada.
« Y olvida, pobre inocente.
Mi negra historia sombría;  
Y si llevas en tu frente
El sello del delincuente,

Guarda esta reliquia mía.
« Guárdala siempre, y olvida
Mi horrible y atroz martirio
Y la afrenta inmerecida
Que en negra hora maldecida
Manchó tu frente de lirio. »  

Por eso tu Juz yo adoro,
La bendigo en mi tormento ;
Y con humildad imploro,
Bañado en amargo lloro,
Mi triste y ruin alimento.

Fanal hermoso y radiante,
Tú el universo sustentas,
Y si gimo agonizante
Bañas mi helado semblante

Y mi esperanza alimentas.
Por eso siempre bendigo  
Á los que nada me dan;
Que la oración del mendigo
Detiene el justo castigo
De Dios al que niega un pan.

Soy del mundo vil gusano:
De la fortuna maldito,
Todos me esquivan su mano;
Mas de Jesús soy hermano

Y es mi reino el infinito.
De la muerte tan temible
No me espanta el ceño fiero:
Que con gozo indefinible
En la promesa infalible
De Dios mi criador espero.


Mi barquilla

Náufraga soy, y en la desierta orilla
Donde la suerte me arrojó inhumana
Sólo me queda mi feliz barquilla
Para lanzarme al piélago mañana.

En ella surcare los anchos mares,
Los abismos y escollos salvaré,
Y si alivio no encuentro á mis pesares
Abrazada con ella me hundiré.

i Santa barquilla, religión divina!
En el revuelto mar de mi existencia
Tú eres la sola luz que me ilumina,
Tú eres mi bien, mi poderosa ciencia ;

Tú eres la sola y única esperanza
Que alienta al corazón desfallecido,
Cuando del mundo en la terrible danza
El pecho exhala su postrer gemido.
 

Bibliografía

José Domingo Cortés. (1975)  Poetisas americanas: Ramillete poético del bello sexo hispano-americano.  Editorial Ulan Press. 

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