Flor Alba Uribe Marín (1943)
Flor Alba Uribe, escritora colombiana
Flor Alba Uribe Marín, una destacada ensayista y poeta colombiana, vio la luz en Leticia, Amazonas, en 1943. Desde una edad temprana, se sumergió en el mundo de las letras, dedicando su vida a la creación literaria. Es autora de decenas de cuentos, cientos de poemas y varias novelas, dejando una huella indeleble en la literatura nacional.
Entre las obras más destacadas de Flor Alba Uribe Marín se encuentran "Las Tentaciones del Padre Anselmo", "Poemas de Medianoche", "Erótica", "Génesis", "En el País de los Doctores" y "Consejos de Afrodita", entre otros títulos que exploran la sensualidad, la pasión y el romance.
Su novela "Historia de la Pequeña Nubia y de su Mercenaria Virginidad", publicada en 1979, la catapultó a la escena literaria nacional, mientras que en 1992 recibió una mención de honor en el primer concurso internacional de poesía erótica en Sao Paulo, Brasil. Su voz de soprano acompañó sus poemas en numerosos escenarios dentro y fuera del país, compartiendo su arte y pasión por la poesía con audiencias en Cuba, Inglaterra, Perú, Brasil y España.
Además de su labor como escritora, Flor Alba Uribe Marín fue miembro fundadora y gerente de la Unión Nacional de Escritores de Colombia (UNE), destacándose también como correctora de estilo en diferentes impresos de circulación nacional. Sus escritos han aparecido en diarios y revistas nacionales e internacionales, así como en diversas antologías.
En el ámbito ensayístico, ha incursionado con títulos como "La mujer en la obra de García Márquez" y "La mujer en la obra de Pablo Neruda", explorando la presencia y el papel de la mujer en la obra de destacados autores latinoamericanos.
De su obra poética, destacan especialmente "Erótica" y "El Bailarín Negro", obras que han sido elogiadas por críticos y colegas por su sensibilidad, profundidad y maestría en el manejo del lenguaje poético.
Algunos poemas
Paisaje con mar
Pardo lecho de arena,
playa inerte,
plural surtidor de toda raza,
cauce donde lo vital fluye y palpita.
La luz
divide el mundo
en hemisferios:
separa un duro azul bruñido luz arriba,
abajo el otro agita sus líquidos metales.
Lentas palmeras en el sopor creciendo,
el viento en cada giro las despierta
y son penumbra
sobre
las pieles húmedas.
El sol,
sensual hermafrodita,
husmea los cuerpos tan mansos e indolentes,
hornea la oscura cosecha entre los muslos,
penetra cada pliegue, lento asedio,
y los cuerpos se entreabren
como frutos.
El mar,
ensalmador de
sueños y de viajes,
va por la playa con la lengua de sus olas,
lame un vientre, un labio, un pezón de plácida
escarlata,
una barba de miel, la fina espada
y el sellado pubis
de un muchacho.
Múltiple
lengua de mar,
tibia saliva
que deja en largos besos salitrosos
lodo continental, residuos cósmicos,
itinerante resaca de los barcos,
la baba seminal de los mariscos
y el llanto liminar de
los ahogados.
Los cuerpos,
desalojados del ensueño,
van hacia el mar, patria de la nostalgia,
buscando su raíz de oscura ciencia,
cordón umbilical de la inocencia,
forma que vuelve al agua,
agua que la rescata.
playa inerte,
plural surtidor de toda raza,
cauce donde lo vital fluye y palpita.
La luz
divide el mundo
en hemisferios:
separa un duro azul bruñido luz arriba,
abajo el otro agita sus líquidos metales.
Lentas palmeras en el sopor creciendo,
el viento en cada giro las despierta
y son penumbra
sobre
las pieles húmedas.
El sol,
sensual hermafrodita,
husmea los cuerpos tan mansos e indolentes,
hornea la oscura cosecha entre los muslos,
penetra cada pliegue, lento asedio,
y los cuerpos se entreabren
como frutos.
El mar,
ensalmador de
sueños y de viajes,
va por la playa con la lengua de sus olas,
lame un vientre, un labio, un pezón de plácida
escarlata,
una barba de miel, la fina espada
y el sellado pubis
de un muchacho.
Múltiple
lengua de mar,
tibia saliva
que deja en largos besos salitrosos
lodo continental, residuos cósmicos,
itinerante resaca de los barcos,
la baba seminal de los mariscos
y el llanto liminar de
los ahogados.
Los cuerpos,
desalojados del ensueño,
van hacia el mar, patria de la nostalgia,
buscando su raíz de oscura ciencia,
cordón umbilical de la inocencia,
forma que vuelve al agua,
agua que la rescata.
Momentos
I
Cuando llega el amor nada es distinto.
La lluvia cae y su agrietada lámina
nos señala el relámpago inconstante.
El ebrio,
de tan siempre,
va más ebrio,
por la calle que conoce sus monólogos.
Pero ellos, la pareja, inician su deriva
buscando el arcoiris y la flor de las colmenas.
Anulan el pasado. Se declaran
recién nacidos en paños de ternura,
saben
que el minuto
es semilla de lo eterno
y parcelan el amor en íntimos instantes.
II
Cuando llega el rencor nada es distinto.
Los días transcurren hacia el año,
la tierra gira en exacta servidumbre,
y el perro
vagabundo
fiel aguarda
la hora del mendrugo o la pedrada.
Pero ellos, la pareja, ahora desasidos,
sin escala de luz y sin colmena,
se miran como si jamás, como si nunca
hubieran dicho:
¡Ven, nosotros,
te amo tanto!
Ella hurga con su mano y saca
de su entraña una muerte pequeñita.
Él se palpa el costado y allí encuentra
su dolor en trance de alimaña.
Los dos toman el vacío por las dos puntas,
se cubren
las espaldas,
se vigilan,
y agobiados por pautas evasivas
cumplen la cita que les da el hastío.
Miedo
A veces pienso que tú y yo
es lo único que nos queda.
La gente se ha ido a la deriva buscando sus valores
extraviados,
cada espalda se ajusta, contra un muro eludiendo el saqueo
de la sombra,
y se palpan a tientas el costado, y,preparan sus uñas
como espadas,
y rastrean sus venas pulso a pulso para saberse
vivos de repente.
Hay un viento que acosa toda llama, una ojera creciendo
en cada rama,
ya la espina se esconde de la rosa y la fe se ha exiliado
de sí misma.
Nadie inventa su vida sueño a sueño ni prepara taller
para el futuro,
cada quien recoge su cosecha y la traga de un golpe
o la destruye.
Fugitivos de todos los espejos donde aguarda el reverso
de la máscara,
acarrean ataúdes como cestos y vigilan la orilla
del sepulcro,
por si acaso la muerte los sorprende confirmando la farsa
de estar vivos.
Libertad... para pensar!
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