María Clemencia Sánchez (1970)

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María Clemencia Sánchez, escritora colombiana


María Clemencia Sánchez, nacida en 1970 en Itagüí, Colombia, es una poeta, ensayista y traductora reconocida por su contribución a la literatura contemporánea. Se graduó como Licenciada en Idiomas de la Universidad de Antioquia y obtuvo su Maestría y Doctorado en Literatura Hispánica de la Universidad de Cincinnati en Estados Unidos. Su pasión por los idiomas y la literatura la llevó a incursionar en la traducción de poetas africanos, ingleses y franceses para el Festival Internacional de Poesía de Medellín.

Obras:
  1. El velorio de la amanuense (Premio de Poesía Afranio Parra Guzmán, Medellín, 1999)
  2. Antes de la consumación (Colección de Poesía de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2008)
  3. Paraíso precario (Colección Un Libro por Centavos de la Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2010)
  4. Recolección en rojo (Colección de poesía de la Universidad del Valle, Cali, 2012)
  5. Tres romances para oboe (Fundación Arte es Colombia, Bogotá, 2014)
  6. La hermosa estación (Colección Respirando el Verano, Bogotá, 2020)
Reconocimientos:

María Clemencia Sánchez ha sido merecedora de diversos reconocimientos a lo largo de su carrera, destacándose el Premio de Poesía Afranio Parra Guzmán por su obra El velorio de la amanuense en 1999. Además, su poesía ha sido incluida en la antología de poesía del Bicentenario del Ministerio de Cultura y la Editorial Letra a Letra en Bogotá en 2010.

Poemas
Tomados del libro Paraiso precario.  Universidad Externado de Colombia, 2010.  Disponible en: https://acortar.link/d60LRL

Anacronía

Alguna vez quise el paisaje
Ocre de los otoños.
Las manos de un leñador
Del bosque de Inglewood
Me ofrecieron una mañana fría.
Los senos descubiertos soñaron el sol
De las canículas orientales.
Supe que las nubes
Eran la puerta del infierno
Cuando ángeles terribles
Amaron mi piel de reptil.
Aún escucho el llanto de los océanos
Preguntar a la frágil niña
Cargada de piedras
Dónde mueren las olas.
El amor ha dibujado sus rostros
En una clepsidra rota de siglos
Y no sé quién soy
Y no sé quién fui en tus manos.

Principio

El gesto de la eternidad
Reposa en la mirada de un niño mudo.
Fue necesario enterrar los vocablos
Para fundar el diálogo con lo perdido.
Una flor en su mano es la primavera
Todo el tiempo queda resumido
Pues no hay posibilidad de promesa.
Pero de igual forma
La flor en su mano es el amor
Y el llanto se hace mar de invierno,
Escena ininterrumpida
De una antigua nostalgia de eternidad.

Sonata para que amanezca

Estoy en el fondo de un barco roto
Estoy en el medio de un mar agrietado
Estoy en la orilla de un cielo horadado.
Estoy horadada en el medio de un barco
Estoy agrietada en el fondo de un cielo
Estoy rota en la orilla de un mar.
Estoy en el cielo de un fondo roto
Estoy en el barco de un miedo horadado
Estoy en el mar de una orilla agrietada.
Pronto veré la luz.


¡Libertad... para pensar!

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