Yenny León (1987)

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Yenny León, escritora colombiana 


Explorando el Universo Poético de Yenny León

Yenny León, nacida en Medellín en 1987, emerge como una voz destacada en la escena literaria colombiana contemporánea. Magíster en Escrituras Creativas y Filóloga Hispanista, su trayectoria en la escritura abarca una amplia gama de géneros, desde la poesía hasta el ensayo, pasando por la edición y la traducción.

Una Mirada a su Obra
León ha cautivado a lectores y críticos por igual con su poesía evocadora y su prosa magistral. Sus obras, marcadas por una profunda exploración de la naturaleza humana y del universo que nos rodea, revelan una sensibilidad única y una habilidad para capturar la esencia de la experiencia humana.

Entre sus obras más destacadas se encuentran:
  1. Entre árboles y piedras (Planeta, 2013)
  2. Campanario de cenizas (La Chifurnia, 2016)
  3. La hierba abre su latido (Universidad Externado de Colombia, 2018)
  4. Rastros-rostros: altares análogos (Corporación La Bisagra, 2019)
  5. Margarita despierta (Tragaluz, 2019)
  6. A la orilla de todos los lagos (El Taller blanco Ediciones, 2020)
  7. Heredad (Verso libre, 2020)
Además, León es coautora de Milhojas, juegos de escritura creativa (Editorial Eafit, 2019), una obra que ha enriquecido el panorama de la escritura creativa en Colombia.

Premios y Reconocimientos
Su talento ha sido reconocido con diversos premios y distinciones, incluyendo el Concurso Nacional de poesía de la Universidad Externado de Colombia en el año 2006. Además, su participación en la antología Pájaros de sombra (Vaso Roto, 2019) contribuyó al éxito de esta obra, que ganó el International Latino Book Award.

Explorando sus Poemas

A través de sus versos, León nos invita a un viaje introspectivo y sensorial, donde las palabras se convierten en puentes hacia lo más profundo del alma humana. Tomemos un momento para explorar algunos de sus poemas más conmovedores:

"Ruptura"
En este poema, León nos sumerge en un mundo de misterio y reflexión, donde la ruptura se convierte en un proceso inevitable de crecimiento y transformación. Con imágenes vívidas y un lenguaje evocador, nos invita a reflexionar sobre la naturaleza efímera de la existencia y el poder liberador del cambio.

RUPTURA

No llevas puesto nada encima
salvo el misterio de tu primera piel
la lección de que el tiempo
madura en el mar
mides a pasos el cielo
y moldeas con lo perdido
el pie de estrella
obligado a bajar sin calma
ninguna forma
separada al elevarse
forja el incendio
la ruptura
siempre va hacia la noche
oscureciéndose ante ti
mientras absorbe de tu boca
el gesto anudado
al sueño.


"Sol Endurecido"
A través de este poema, León nos transporta a la infancia, donde la inocencia y la imaginación se entrelazan en un mundo de sueños y fantasías. Con una prosa lírica y una sensibilidad única, nos invita a explorar los rincones más oscuros de la psique humana y a descubrir la belleza oculta en lo mundano.

SOL ENDURECIDO

Vuelvo el rostro humedecido hacia la pizarra

mis dedos son cortos
y juegan al otro lado de la vida

soy niña:
bebo en un tazón de barro
un sol endurecido.


"Druida de Humo"
En este poema, León nos sumerge en un mundo de magia y misterio, donde la naturaleza se convierte en un escenario para la exploración del yo interior. Con imágenes poderosas y una prosa exquisita, nos invita a contemplar la belleza y el misterio del universo que nos rodea, y a encontrar significado en los lugares más inesperados.

DRUIDA DE HUMO

I

Marosa alimentaba su escritura con árboles arrepentidos. Ella entreabrió la noche con manos secretas que alargaban los lirios. La gloria del amor se le presentaba sinuosa, como la muerte tras la última resurrección.

El cuerpo enorme siempre fue una carga. Mas encontró en los huertos, verdaderos hijos de la tierra, regazos fértiles para protegerse en su osario diminuto y alimentar al destino.

II

Por la lluvia no olvido la forma del horizonte.
De los gritos de mamá surge una hiedra que desciende sobre los míos.
A través tuyo, marchito mi lengua en la esquina de un continente macabro.
No me acostumbro a la medianoche y su rumor de cipreses encendidos, ese que cae de lleno sobre el agua debido a su frío paso por el mundo.
Creo la cueva que mira al jardín cuando vuelco hacia los árboles mis pies de cerro. La colina guarda los moldes intactos de mis formas mientras mezo a las cabras en su despertar para evitar la caída de las hojas.

III

Guárdate aquí, Marosa, ante la tierra leve y la invasión del cielo.
Tatúa tu nombre en la corteza del sueño y hechiza tu dolor para que te abandone como flor que se pierde entre la hierba.

Juzga a quien golpea el cristal del viento y arrópalo con inocencia.
Asciende como un canto radiante y cobíjame dulcemente con el pequeño grito de la entraña para no olvidar nunca el llamado del jardín natal.

"Mujer de Agua"

En este poema, Yenny León nos presenta una imagen evocadora de una mujer que se identifica con la naturaleza, específicamente con el agua y los lagos. La mujer se percibe a sí misma como parte integral de su entorno, fusionándose con los elementos naturales que la rodean.

El poema comienza con una declaración de identidad: "Soy la mujer sentada / a la orilla de todos los lagos". Esta afirmación establece la conexión íntima entre la protagonista y su entorno acuático. A medida que avanza el poema, se nos presenta una serie de imágenes sensoriales que refuerzan esta conexión: los restos del árbol en sus dedos, el deslizamiento por la piel de una cigarra y la búsqueda de la luna en la selva.

La repetición de la frase "Me repito seis veces dentro de mí misma" sugiere un sentido de introspección y autodescubrimiento. La creación del huevo en las manos que se abrazan sin tocarse evoca una sensación de unidad y dualidad al mismo tiempo.

El poema concluye con una imagen poderosa: la protagonista no tiene otro papel para escribir que la roca sobre la cual naufraga. Esta imagen fusiona la idea de la escritura con la experiencia de naufragar, sugiriendo un sentido de conexión entre la creatividad y la lucha por la supervivencia.

MUJER DE AGUA

A Helena Araújo

Soy la mujer sentada
a la orilla de todos los lagos

Los restos del árbol están impresos
en las yemas de mis dedos

Me resbalo por la piel de la cigarra
Con mi delantal abanico el alma de la hoja
Cruzo mis gruesos tobillos; busco selva la luna

Me repito seis veces dentro de mí misma
en el umbral donde los mundos se funden
Creo el huevo en la mitad de dos manos
que se abrazan sin tocarse

Mientras dibujo el último círculo,
aparece una segunda vida
maraña de brazos, piernas y bocas

No tengo otro papel para escribir
que la roca sobre la cual naufrago.


"Más Allá del Sol"

En este poema, Yenny León reflexiona sobre la muerte y la transformación. La dedicación "A Herminia, In memoriam" sugiere que el poema está inspirado en la memoria de alguien que ha fallecido, y la poetisa especula sobre lo que podría suceder después de la muerte.

El poema comienza con una serie de preguntas retóricas que exploran la idea de la muerte como un proceso de detención y transformación. La imagen de la caverna deteniéndose en los labios evoca una sensación de finalidad y quietud, mientras que la noche se carboniza entre los dedos, sugiriendo un proceso de quema o purificación.

La segunda estrofa del poema se centra en la conexión entre la difunta y la naturaleza. La poetisa se pregunta cómo el cuerpo de la fallecida se ha convertido en parte del entorno natural, expresando una sensación de continuidad y unidad con el mundo que la rodea.

El poema concluye con una imagen de disolución y renacimiento. El cuerpo de la difunta se disuelve en el aire, simbolizando su transformación en algo más allá de la vida terrenal. Esta imagen sugiere una visión optimista de la muerte como un paso hacia algo más grande y más allá del alcance del sol, que simboliza la vida en la Tierra.

MÁS ALLÁ DEL SOL

A Herminia, In memoriam

Quizá como la muerte en los labios
la caverna se detenga

Tal vez la noche se carbonice entre tus dedos
como quien descubre en su consumación
la ventana abierta
por donde cruzan las huellas

No sé quién te ha atado en el pecho
un campanario de cenizas
ni cómo mis cabellos
están hechos de ti

Hoy te reconoce la lluvia
junto a la belleza lenta del árbol
te escoge la hoja
al convertirte en su otra mitad

se disuelve tu cuerpo en el aire
para nacer más allá del sol.



¡Libertad... para pensar!

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