Edelina Soto y Calvo (1844-1932)

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Edelina Soto y Calvo, escritora argentina 

Más información sobre la autora

Biografía:

Edelina Soto y Calvo, una de las primeras escritoras argentinas, nació en 1844 y dejó una marca significativa en la literatura de su país a finales del siglo XIX y principios del XX. A pesar de su talento innato para la escritura y la poesía, mantuvo sus obras en secreto hasta los 63 años, temerosa de la crítica pública.

Fue su hermano, Francisco Soto y Calvo, junto con su esposa María Obligado, hermana del poeta Rafael Obligado, quienes finalmente la persuadieron para publicar su primer libro de poesía. El apoyo de su familia, junto con la influencia del dinero, allanó el camino para la publicación de sus obras.

Uno de los poemas más destacados de Edelina Soto y Calvo es "Crepuscular", donde la luz que se desvanece en el jardín de la casa evoca sentimientos religiosos y una profunda conexión con la naturaleza.

A través de sus poemas, Edelina exploró una amplia gama de temas, desde la melancolía hasta el amor y la espiritualidad. Su obra refleja una sensibilidad única y una profunda introspección sobre la vida y el mundo que la rodeaba.

A pesar de su tardío debut en la publicación de sus obras, Edelina Soto y Calvo dejó un legado perdurable en la literatura argentina. Sus libros de poesía, como "Afectos" (1907), "Emociones" (1927) y "Parque Vetusto" (1929), la sitúan en un lugar de trascendente significado en la poesía femenina argentina, como lo señala el testimonio de María Alicia Domínguez en su biografía.

Su poesía, marcada por una profunda sensibilidad y una conexión con la naturaleza y la espiritualidad, continúa siendo apreciada y estudiada hasta el día de hoy, sirviendo como testimonio de la fuerza y el talento de las mujeres en la literatura argentina.

Obras:

  1. (1907). Afectos. Paris: Imprimerie Durand Chartres.
  2. (1927). Emociones. Buenos Aires: J. Samet.
  3. (1929). Parque vetusto. Buenos Aires: Talleres gráficos Index.

Poemas

Amemos

¡Vamos a Él Y en la empinada cuesta 
Se yerga el alma altiva y soberana.
¿A qué añorar la luz de la mañana
Si la tarde al caer está de fiesta?
¿Si cantan en la mística floresta
Todas las aves con su voz galana;
Si nada turba esta emoción arcana
En que silente aguardo su respuesta? 
¡Escucho! La ternura de su acento 
Llena mi oido de inefable encanto... 
Mas ¡ay! Se agolpa a mi pupila el llanto 
Revelador del cruel remordimiento
De aquella deserción que lloro tanto 
¡Hoy que revive en mí su fuego santo!

La voz amada

Hay horas en que el alma recogida
Oye la voz del celestial concierto 
Como un llamado hacia el sereno puerto 
De permanente, venturosa vida...

Tiende sus alas y a planear convida 
En aire carismal... Y aun el desierto 
Llena del corazón que estaba yerto 
La voz amada en su canción querida.

Y es que algún ángel puro pidió cantos, 
Y en el timbrar del ritmo en que subimos 
Con alas de alegrías y de llantos

Paseamos el son que producimos: 
Y empapados de místicos encantos 
Sólo la vida del Señor vivimos.

Ya no puedo cantar

Secóse ya la uente do bebia
mi dulce inspiración;
Del alma huyó la plácida alegría
Del labio la canción.

La voz suave que orestóme otrora
La Musa juventud
Desapareció con la esplendente aurora
Que cantó mi laud.

Que el día de mi dicha ya en la sombra
Hundiérase Ay de mi!
Y el Angel cruel que con dolor se nombra
Brutal me dijo así:

"Mas no debes cantar.  Solo un gemido
Tu pecho exhalará
Al modular un eco tan dolido
Que a nadie alegrará.

Ya no hay para ti aplauso ni esperanza;
Hoy he llegado o
En cuanto el día de mi imerio alcanza
El Estro enmudecido".

Pideme llanto, que si me ha quedado
Aún podré llorar;
Mas no me pidas versos, niño amado
Ya no puede cantar.

Bibliografía:

  • Proyecto Escritoras Latinoamericanas del Diecinueve ELADD.  https://eladd.org/otras-autoras/edelina-soto-y-calvo/ 

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