Catalina Recavarren (1904-1992)

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Catalina Recavarren, escritora peruana


Biografía

Catalina Recavarren Ulloa de Zizold (Barranco, 15 de julio de 1904 - Barranco, 11 de mayo de 1992) fue una destacada poeta y escritora peruana.  Nacida en una familia de intelectuales, fue hija de Eduardo Recavarren García-Calderón y Nicolasa Catalina Ulloa Cisneros. Realizó sus estudios en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús en Barranco.

Desde muy joven, Catalina mostró una inclinación por la poesía. Su primer poema fue publicado en 1917 en la revista Alma Latina, gracias a la intervención de Raúl Porras Barrenechea. A los 21 años, en 1925, reunió sus primeros poemas en dos libros: La Escala y Reflejos. Su obra Vórtice-vértice (Versos de 1935-1936), publicada en 1936, marcó un punto de inflexión en la literatura peruana al explorar de manera radical la relación de la mujer con su propio cuerpo y deseos.  Este enfoque la posicionó como una de las voces del postmodernismo en América del Sur, al lado de figuras como Alfonsina Storni, Delmira Agustini y Juana de Ibarbourou.  A través de su poesía, Catalina Recavarren cuestionó las narrativas masculinas predominantes y propuso una nueva perspectiva en la que las mujeres se convierten en protagonistas de su propio discurso poético.

Uno de sus poemas más notables, La mujer de todos y de nadie, recuerda al célebre poema de Sor Juana Inés de la Cruz, Hombres necios que acusáis, en su crítica a las hipocresías y expectativas impuestas por la sociedad patriarcal. Recavarren utilizó su obra para crear un espacio de reflexión y resistencia en el que las mujeres pudieran forjar una voz colectiva.

Catalina también fue una figura importante en los medios de comunicación. En 1939, escribió libretos para el programa infantil El Momento Infantil en Radio Nacional y, en 1943, co-dirigió el programa Nosotras en Radio América. Su participación en la radio le permitió expandir su influencia y abordar temas de relevancia social y cultural para las mujeres.

En 1942, publicó Flora Tristán: la mujer mesiánica, reflejando su admiración por Flora Tristán, una de sus mayores influencias literarias y políticas.  También tradujo Peregrinaciones de una paria en 1959 y ese mismo año publicó Flor de rezar, un libro que aboga por la igualdad, el respeto a los derechos humanos y el amor propio.

Durante los años sesenta, Catalina Recavarren se destacó como una figura central de la bohemia limeña. Fue fundadora de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas (ANEA) y de la Asociación Cultural Ínsula.  Además, se desempeñó como Secretaria Cultural en la Escuela Normal de Mujeres entre 1959 y 1974. En 1976, publicó sus memorias, Memorias de una desmemoriada, y en 1986, su Antología de la Mujer Peruana presentó a nuevas voces femeninas, incluyendo los primeros poemas de Atala Matellini.

A lo largo de su vida, Catalina Recavarren recibió múltiples reconocimientos, incluyendo las Palmas Magisteriales, la Medalla Cívica de Lima y las Palmas Insulares.  Se especializó en literatura infantil y obtuvo el Premio Único por su Cancionero Escolar, una obra ampliamente utilizada en las escuelas peruanas.n En 1988, en su honor, se nombró un mirador en el distrito de Barranco.

Catalina Recavarren Ulloa de Zizold falleció el 11 de mayo de 1992, dejando un legado significativo en la poesía peruana y en la lucha por los derechos de las mujeres.

Poemas

Poema sin forma 

Ya no es hora de versos ajustados en metro;
de rimar luna con duna, canto con llanto…
No es hora de apretar consonantes,

como quien sujeta las riendas
de una acémila mansa.

Es hora de GRITAR-tal vez con un profundo
silencio-

De plantarse con el cuerpo erguido,
la cerviz alta… Escribir con el gesto,
con la vida, la sangre y si es necesario,
con la muerte!

Este es el único verso!

                                              Abril y Mayo 1970

Cable de Roma                                                      

Roma, 24 de Diciembre 1942

"Los niños jugaban a la guerra,
con bolas de nieve en las calles
la mañana de Navidad".

Sobre las calles albas,
Bajo las campanitas de la misa augural,
La bandada de niños "jugaba"
A lo que juegan los "grandes", allá...
Era uno de tantos cables.
Casi no se llegaba a notar.
Pero las bolas de nieve zumbaban
Como proyectiles de verdad...
Con los dulces labios sonrientes,
Aún húmedos de leche maternal,
Gritaban la palabra maldita: GUERRA,
En la mañana pascual...

Es inútil. Todo está perdido.
¿Qué esperamos?, ¿Qué creemos ya?
En las gargantas recién nacidas
Se clava el odio, viejo puñal.
¿Qué les enseñaremos ahora?
¿Qué se les puede enseñar?
Ya aprendieron la sola cifra que sirve:
El "santo y seña": MATAR!
Que se doblen los frágiles hombros
Bajo el fusil y bajo el morral...
Que "jueguen", que "jueguen" la guerra.
¡Otra cosa no los podrá saciar!
Que galopen los caballos alados
Monstruos de acero de zarpa infernal...
Y que lancen por los campos del aire
La muerte, vestida de tempestad...
"Que jueguen", que jueguen la guerra,
es la pascua y quieren gozar...
pero no! Una voz de dos mil años
en este día se puso a cantar:
"Paz en la tierra a los hombres de buena 
voluntad".

Han pasado los siglos... ¿La oyó alguien?
Tal vez. Nadie parece recordar.
Han pasado los siglos; pero el eco algún 
día tendrá que regresar...
mientras tanto, con acento agorero, con grito 
sibilino y fatal,

(Así llorarían los Jeremías y rugiría su 
APOCALIPSIS Juan)

El cable avienta estas palabras, como regalo 
pascual:
"los niños jugaban a la guerra, con bolas 
de nieve en la calle..."

¡Y ERA LA MAÑANA DE NAVIDAD! 

Castillito de Arena

Castillito de arena:
¡que lindo estás!
Hasta ti, la marea
no llegará....
Yo no se por que, a veces,
es malo el mar:
mi lampita y mi balde
se fueron ya...
Pero con mi Castillo
¡nadie podrá!

Almenas, puentes, fosos,
todo es igual
al viejo cuadro hallado
en el desván...
Y en su torre flamea,
- la bandera ideal -
un pañuelito blanco
de mi mamá.

Castillito de arena:
¡que firme estás!
(¡Nunca, ningún muchacho
hizo otro igual!)
Castillito de arena:
voyme a bañar.
Tu atalaya, de lejos,
vigilará...

Castillito de arena:
¿en donde estás?
¿Como el balde y la lampa
te llevó el mar?

- Ay, Madrecita:
¿por que una ola, siempre,
todo nos quita?

- Tu Castillo era debil...
¿ ves, alma mia?
¡No hagas cosas de arena,
nunca, en tu vida!


La ronda de todos

– ¿A qué jugáramos?
¿A qué jugaremos?
– A la ronda, ronda
de todos los niños
en todos los campos
y a todos los vientos…

Juntemos las manos,
liguemos las manos,
los niños de todos
los pueblos del mundo:
vecinos, lejanos…

Juntemos las manos:
los blancos, los negros,
los rojos, los pálidos;
los de costas de oro
con palmas y plátanos,
los de níveas cumbres
y lagos helados;
los de los desiertos
y selvas de fuego
y los de los páramos…

Seamos amigos
jugando, jugando…
No importa que hablemos
idiomas distintos,
porque en todas partes
es igual el canto…

Juguemos, cantemos:
– “¡A la ronda, ronda
de todos los niños
en todos los campos
y a todos los vientos!”

Sigamos jugando,
jugando, jugando,
unidas las manos,
prendidas las manos…
para que, ya grandes,
sigamos cantando,
cantando, cantando,
la palabra: ¡HERMANOS!

La mano

¡Retoñito de mi carne!
Capullito de mí flor:
Conforme tú vas creciendo
¡se me achica el corazón!

Quédate así, menudito:
de cinco añitos, no más...
Con cinco dedos, la mano...
¡qué bien se sabe bastar!

Pequeño como violeta
como mata de fresal...
Árbol que crece muy alto
¡viento lo puede tronchar...!

¡Retoñito de mi carne!
Capullito de mi flor:
conforme tú vas creciendo...
¡se me achica el corazón!

Vida

LLEGASTE salpicado
de tinta desgreñado...
la blusa hecha girones,
un "siete" el pantalón...

Iba a darte de gritos
y hasta un par de palmazos,
más, como un cervatillo,
me saltó el corazón...

Vi tu carita ingenua, sudorosa anhelante...
Tus venitas azules latían de temor.

Sentí tu aliento fresco en mi mano gastada
y casi ¡tuve ganas de pedirte perdón!

Hijo: mi pequeñito, mi carne, mi rebrote,
surtidor de mi sangre ¿qué te puedo decir?
Derrama los tinteros, ¡destroza los vestidos!
Estás vivo. Estás sano. ¡Y yo te tengo aquí!


¡Libertad... para pensar!

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