María Luz Meliá Alzate Perea (1993)

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María Luz Meliá Alzate Perea, escritora colombiana

Biografía

Meliá Álzate Perea es una poeta afrocolombiana nacida en el corregimiento San Antonio del Chamí, municipio de Mistrató, Risaralda.  Hija de padres campesinos, Meliá combina sus raíces rurales con una formación académica y literaria que refleja su compromiso con la comunidad, la cultura y la naturaleza. Su poesía aborda temas como la identidad, la resistencia de las mujeres rurales y la conexión con la tierra.

Desde joven, Meliá participó en eventos locales y regionales a través de la biblioteca pública de Mistrató.  Es miembro del Club de Lectura Semilla Roja, un espacio literario que desde 2016 reúne a mujeres campesinas y urbanas del municipio para fomentar la escritura y la lectura como herramientas de transformación social.

En el ámbito académico, estudió Tecnología Agroindustrial en UNISARC y Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.  Su trabajo literario se complementa con su participación activa en el comité de jóvenes caficultores Empalme Generacional de la Asociación de Productores de Café de Alta Calidad ( Asojardín Café ), donde ha impulsado iniciativas de solidaridad, como el proyecto familiar Núcleos Alimenticios, enfocado en la soberanía. alimentaria.

En 2020, Meliá dio un importante salto en la escena poética al participar en el Festival Internacional de Poesía Luna de Locos , dirigido por Giovanny Gómez, y en los eventos Lecturas Urgentes de Poesía, liderados por Carolina Hidalgo y Mónica Osa Grain. En estas plataformas, su poesía destacó por su sensibilidad hacia las problemáticas de las mujeres rurales y el reconocimiento de su trabajo histórico en el tejido social y cultural.

En octubre de 2022, publicó su primer poemario, Mujeres sin terminar, con la editorial independiente Luna Libros.  Este libro es un homenaje a las mujeres rurales y sus historias de resistencia, libertad y amor propio en contextos donde el reconocimiento suele ser esquivo.

La poesía de Meliá Álzate Perea captura la esencia de las mujeres del campo, su lucha diaria y su conexión profunda con la tierra. Sus textos están impregnados de imágenes que reivindican el respeto y la libertad desde una perspectiva afrocolombiana y feminista.

Su compromiso con la literatura y la agroecología demuestra su capacidad de tejer vínculos entre lo creativo y lo práctico, convirtiéndose en una voz significativa para las mujeres afrodescendientes y rurales de Colombia. Meliá Álzate es, sin duda, un poeta que escribe desde y para el corazón del campo colombiano.

Poemas

Escribo negra

Escribo negra
porque mi historia así es
porque mi alma así es
porque mi madre así es.

¡Negra mil veces!
Hermana del hollín, del hollín de la noche
del vientre de la tierra, negra como el café
como mariposa, negra.

Negra y punto, punto y bien negro, negro y potente
como las pupilas de la luna infinita
como la nube preferida del sol
negra para la inexistente razón del color.

Quiero un brebaje bien negro
con un cielo negro y un más negro querer
para que mis negros canten.

En la negritud mística llegó negra,
vivió negra y se fue negra.


Mujeres sin terminar

Las he visto rodeando el árbol de café con una extraña agilidad,
con una pizca femenina y un puñado de esperanza.
Se hacen a un lado,
se frotan la frente para borrar el pensamiento que no es fructífero,
pero escurre.

Ellas,
que vagan en el fondo de mí, son mujeres sin terminar.
Cuando miran al cielo,
apenas alcanzan la silueta de los pájaros
y añoran ver a sus hijos con esas mismas alas.

Cantan bien, y su melodía termina
con el oscilar de las cuerdas de alguna prestada guitarra.
Suspiran, hablan solas, no piden explicación
y cargan con alguna maldita herencia.

El día cae sobre sus cansados hombros,
están de pie, arrastran cadillos y el olor a trabajo pordebajiado.

Mueven sus manos
para no desacomodar sus sueños,
terminan el surco. Pero el día no termina con ellas.
Y aunque el coco recolector de semilla esté lleno, siguen de pie.

Mirando sus pies, mitad de caucho mitad cansados,
la huella se ahonda por la subida, por la estructura del camino,
por el café, por el pensamiento,
por la esperanza que por este día que es casi noche está almacenada.

Llegan a casa
con una agilidad que no da tiempo de descifrarla .
Juntan las brasas y otra vez es tarde.

Las mujeres campesinas somos mujeres sin terminar.
Es el cansancio sin terminar
son los proyectos sin terminar
son los hijos sin terminar
es el compromiso frente a lo injusto que no termina
es la tierra sin terminar, pero con linderos
es la luna sin terminar
es semilla sin terminar.

Las mujeres campesinas
somos seres sin índice
sin páginas numeradas.

¡Libertad... para pensar!

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