Ana López Hurtado (1993)

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Ana López Hurtado, escritora colombiana

Biografía

Ana López Hurtado (Bogotá, 1993) es poeta, investigadora social y doctora del Instituto Lozano Long de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Texas en Austin.  Su trabajo académico explora las intersecciones entre el cuidado, el trabajo y los afectos en el contexto del trabajo doméstico remunerado en Colombia.

Con una formación diversa, Ana cuenta con una maestría en Literaturas y Culturas Europeas, Latinoamericanas y Comparadas de la Universidad de Cambridge, una especialización en Epistemologías del Sur del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y un pregrado en Estudios Literarios de la Pontificia Universidad. Javeriana, donde se especializó en gestión editorial y creación literaria.

Su primer libro de poesía, Aquí donde tiemblo, fue publicado en 2021 por Sincronía Casa Editorial.  Ese mismo año, participó en la antología Como la Flor.  Voces de la poesía cuir colombiana contemporánea , publicada por Editorial Planeta, y en Cielo desnudo , una recopilación digital de poesía latinoamericana contemporánea. Su obra poética y crítica se ha difundido en diversas revistas y fanzines, como La Trenza , Río Grande Review , Círculo de poesía , El Hipogrifo y Revista Portal .

Ana López Hurtado, identificada con los pronombres ella/elle, combina la escritura poética con un enfoque interdisciplinar en su trabajo académico, que incluye elementos de la etnografía y las ciencias sociales. Sus intereses abarcan desde las epistemologías del sur hasta las tensiones entre lo íntimo y lo político, consolidándola como una voz relevante dentro de la poesía cuir contemporánea y la investigación social en América Latina.

Poemas

Bovinae

Para Mariana

me iba yo adormeciendo
cuando tú agarraste​​ 
mis pezuñas con tus patas
hicimos contacto
iris contra iris

contuviste mi susto
en un silencio tenue
y así me hiciste recordar
la mundana sabiduría​​ 
de unas muelas que mastican
una lengua que deglute
un esófago que moviliza
bolo​​ 
a
bolo
ensalivado
lo que se hace caldo de
gastrina
secretina
colecistoquinina

tú me viste hormona
bacteria
aminoácido

me nombraste bovina
y fui entendiendo
te creí
volví a sentir mi hocico
saboreé

iris contra iris
dijiste córnea
dilaté mis pupilas
reíste
me entregué​​ 
coclear​​ 
a la verdad última que nombras

​​   me diste permiso de ser el animal
​​  ​​   ya entiendo

rumio el poema
y en la vesícula siento que amontono
un cinismo bestial

quizá no me sobran tres estómagos
encuentro placer al restregar el pellejo​​ 
contra una cerca alambrada
espanto moscas con mi cola
un ibis monta mi lomo y traga
uno a uno
mis parásitos

quizá aún hay restos de alimento entre mis dientes
hiedo al sudor que se acumula debajo de mis tetas
mancho calzones con celo o recelo
una ávida población dermatofita
vive en los pliegues interdigitales de mis pies
aunque nunca haya corrido una maratón
ni sepa montar bicicleta

es verdad
ya entiendo

quizá puedo parir
formar un animal en otro
aludir al​​ sagrado potencial​​ de reproducir la vida
replegar mis células en otro bovino hambriento de la leche tibia
que alguna industria querrá arrebatar de mi ubre inflamada
para producir fermentos blanquecinos
o placer cuajado y madurado en bloques de olor enmohecido
todo ajeno a mi ternero deseante
todo entregado a organismos otros
en engaño y despojo

pariría el hambre
entonces
la ruptura

pero al final el animal también elige

iris contra iris
entiendo
que sagrado es también
el acto de excretar lo alguna vez engullido
     ​​ ​​ ​​ ​​​​ deglutido
     ​​ ​​ ​​ ​​​​ digerido

sagrado útero y sagrado intestino
ejercicio de transmutar una vida en otra
vulva apertura
o recto entrega
  a la mundana sabiduría
     del animal que despierta


Luminaria

mirar de frente al vacío
rozar los bordes que queman​​ 
y quiebran los rastros del otro
de une

saberse piel marchita
verbo difuso
​​ y una capa de memoria​​ 
encandilada que se

agota

saber

luchar aliento exhausto
cerrarse infancia rota
rasgar paredes y capas de
ruido
brillo
ciudad​​ 
y no distinguirse en
nada
no verse
ya no saberse

palpar tímidamente
las señales difusas
las luces que pierden forma
al contacto con los ojos

volver en une misme
como quien
clama​​ 
rebusca
escarba
el pasado
mapeado en
la piel
las calles
los nombres​​ 
y ecos
que derrama el asfalto

volver

sin voluntad

al olvido de la luz.


Bosque

que no hay diferencia
entre los límites de un bosque
y los poros de mi piel

que mis lágrimas y orines
alguna vez fueron un río
y pronto serán lluvia

que las bacterias de mi tripa
navegan mi bilis
como yo recorro el concreto y el esmog

eso lo sé
lo he sentido

me he desbordado ya más allá de mí

el problema es que ahora me contraje demasiado
y día a día ardo mucho para adentro

me repito bien seguido

como yo, se siente el bosque cuando arde
no todo es fruto, humedad, abundancia y victoria
toda palpitación depende de una que otra crisis o ruptura

                                    un organismo solo se renueva cuando lo invade una nueva muerte

así encuentra remedio mi excesiva contracción

solo entonces se me alivia la bilis
solo entonces me regresa el sosiego.

¡Libertad.. para pensar!

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