María Esperanza Barrios (1892 - 1926)

María Esperanza Barrios, escritoras uruguayas
Biografía
Nacida el 18 de diciembre de 1892 en San Carlos, en el departamento de Maldonado, María Esperanza Barrios fue una de las primeras —si no la primera— mujeres afrodescendientes en ejercer el periodismo en Uruguay. Su labor como escritora, corresponsal, activista y promotora de la educación, se inscribe en un contexto de profundas tensiones raciales, donde el Estado uruguayo proyectaba una imagen de nación blanca, moderna y civilizada, mientras excluía sistemáticamente las memorias, luchas y aportes de las poblaciones negras e indígenas que habían sido parte fundamental de su constitución.
Desde muy joven, María Esperanza participó activamente en los medios escritos de la época. Fue corresponsal del periódico La Verdad (1911-1914), una publicación de corte crítico y reformista editada por su hermano, el poeta y periodista Pilar Barrios. Junto a él y a su otro hermano, Ventura Barrios, fundó en 1917 la revista Nuestra Raza, una experiencia pionera del periodismo negro en el país. Esta primera etapa de la publicación, realizada desde San Carlos, logró reunir cerca de 250 suscriptores y se presentó como un “periódico social, noticioso. Órgano de la colectividad de color. De la raza, para la raza, por la raza”.
María Esperanza Barrios no fue solo una organizadora, sino una pensadora aguda y comprometida con la transformación de su entorno. Su proyecto político-cultural se centraba en el derecho a la educación, la dignidad racial y la solidaridad comunitaria. Uno de sus textos más citados exhorta a combatir el egoísmo racial e intelectual:
“Arrastremos hacia la instrucción a toda esa masa que hoy se encuentra con sus inteligencias dormidas (...) Ayudémonos los unos a los otros. No seamos egoístas (…)”.
Según el investigador Carlos Rodríguez Pintos, Esperanza poseía un “temperamento artístico poco común”, era una destacada declamadora y una entusiasta de las artes que nunca buscó el aplauso fácil, sino la fidelidad a una visión más amplia: el arte como herramienta de liberación.
Su obra y pensamiento deben ser comprendidos en el marco más amplio del Renacimiento Africano, un movimiento intelectual y cultural que, tras la Primera Guerra Mundial (1914–1918), impulsó a las poblaciones negras del mundo a recuperar la memoria, reivindicar la identidad y oponerse a las lógicas coloniales y racistas que dominaban los países occidentales. Como parte de esta efervescencia —que tuvo su epicentro en el Harlem Renaissance en Estados Unidos—, Nuestra Raza en Uruguay fue un intento de sankofa: un acto de memoria activa frente a la Maafa (el gran desastre del esclavismo transatlántico), en palabras de pensadores afrocéntricos como Molefi Kete Asante y Cheikh Anta Diop.
La figura de María Esperanza Barrios resiste al tiempo. La revista Nuestra Raza, que tuvo una segunda etapa en Montevideo entre 1933 y 1948 (ya sin ella), recordó durante años la fecha de su fallecimiento, acontecido el 2 de octubre de 1926, en reconocimiento a su papel fundacional.
Como recuerda la periodista Gabriela Chabatura, la historia de María Esperanza fue invisibilizada incluso en un país que se enorgullecía de su “blancura suiza”, negando sus raíces negras e indígenas. Pero su existencia desafía ese imaginario. Como mujer, como negra, como intelectual, María Esperanza Barrios desestabilizó los discursos oficiales de pureza racial y neutralidad política, y lo hizo desde la palabra escrita, desde el periodismo, desde la colectividad.
¡Libertad... para pensar!
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