Ana Ristović (1972)
Nacida en Belgrado en 1972, Ana Ristović se formó en Lengua, Literatura Serba y Literatura Comparada en la Universidad de Belgrado. Hija del reconocido poeta Aleksandar Ristović, comenzó a publicar poesía en los años noventa y ha consolidado una carrera brillante dentro de la lírica contemporánea balcánica.
Ristović compone una poesía cargada de ironía, metapoesía y sensibilidad íntima. Aborda la relación entre cuerpo, lenguaje y lo cotidiano, marcando un fuerte componente existencial y paratextual. En 2017 su obra fue traducida al inglés y publicada por Zephyr Press bajo el título Directions for Use, y llegó a estar nominada al National Book Critics Circle Award (finalista).
Su poesía ha sido traducida a numerosos idiomas —inglés, alemán, eslovaco, macedonio, esloveno, polaco, búlgaro, sueco, finlandés— y ha sido incluida en grandes antologías y revistas como Poetry Foundation, Asymptote, Prairie Schooner y The New Yorker. Ha participado en festivales internacionales como Poetry Parnassus (Londres 2012) y el Programa Literario Internacional de Berlín.
Además de poetisa, Ristović es traductora del esloveno al serbio, con más de 50 traducciones de literatura contemporánea. Ha sido editora de la influyente revista literaria Balcanis y de Knjizevni magazin, editada por la Asociación Serbia de Escritores
Publicaciones
- Snovidna voda (1994), premio Branko por mejor debut
- Zabava za dokone kćeri (1999), ganadora del premio Branko Miljković
- Život na razglednici (2003)
- Oko nule (2006)
- P.S. – Izabrane pesme (2009), galardonada con el premio Milica Stojadinović Srpkinja
- Meteorski otpad (2013)
- Nešto svetli (2014), nueva selección acompañada de poemas inéditos
- Čistina (2015)
- Ruke u rukama (2019)
- Tu (2023), con la que ha recibido el prestigioso premio Vasko Popa en 2024
En 2020 publicó también Knjiga nestajanja, una colección de 101 relatos y ensayos en prosa donde reflexiona con nostalgia sobre los objetos desaparecidos de nuestro pasado cotidiano.
Reconocimientos
- Premio Hubert Burda a la joven poesía europea en 2005
- Premio Dis por su trayectoria poética en 2014
- Premio Desanka Maksimović en 2018
- Premio Vasko Popa en 2024 por Tu
También fue la ganadora del Premio Branko Radičević y la Branko Miljković, entre otros .
Poemas
Viva Chile
Estos son los tiempos de paz:
la noche anterior hicimos el amor
escuchando canciones revolucionarias chilenas,
cavando una trinchera en la cama, abriendo
y cerrando los cuerpos
como dos fusiles sin engrasar.
Y como el espinazo tensado sobre la sábana
la aguja del gramófono hacía lo mismo
cavando la curvada trayectoria del vinilo
que trajo a escondidas por Estados Unidos
una tía, entonces joven,
con los jeans deslavados y el perfume de pachulí
bajo el lóbulo...
En el setenta y tres, cuando asesinaron a Allende.
Mentir no puedo:
sobre tu hombro como si fuera el borde liso
de un barco deslizándose al azul incierto
observé toda la noche con anhelo
a los cinco de la portada del vinilo.
Ese grupo para una sola temporada:
"INTI ILLIMANI",
rostros sombreados con barbas y pirámides de cuerpos
bajo los oscuros ponchos
cual conos para apagar velas
ya sumidas en los candeleros.
Sus voces, semejantes a las monacales,
glorificaban lo invisible e inexistente
cinco tempestades,
entrelazándose con nuestra respiración
breve y agitada
como si tratáramos de absorber el aire
que tendríamos sólo esa noche
y nunca más.
"Las mujeres dan más y piden menos
en tiempo de revoluciones", dijiste más tarde
mientras yacíamos divididos en la cama:
como unos mapas acabados.
Y encima de nosotros crecía un mundo desconocido,
totalmente nuevo, que no padecía de futilidad...
En esa noche, la más oscura, la Luna
que había alcanzado la plenitud
era tan sólo una piedra luminosa desechada por Sísifo
al cambiarla por otra sapiencia diferente.
Alrededor del cero
Somos mujeres independientes.
A la espera de un amor nuevo
respiramos cual un asmático. Nos alimentamos de pastillas
de promesas incumplidas. Nos hundimos en sueños turbios.
Hacemos el amor dolorosamente veinticuatro horas
con la migraña
y le perdonamos porque es de género femenino.
Independientes. A nuestros hombres
les preparamos comidas que nos enseñaron
sus antecesores.
Macarrones en forma de clítoris.
Kétchup que se desliza como la sangre menstrual
y promete sólo la lamida del plato.
Pero aún creemos en los arcos de triunfo
que crecen entre la cama
y la mesa de la cocina.
Les ponemos la música que escuchábamos
mientras perdíamos la virginidad.
Entre la lencería seductora
guardamos con nostalgia los ejemplares
con huellas invisibles de espermas anteriores.
Meneamos los muslos como si diéramos vueltas al molino:
después de un tiempo se escurre
tan sólo la pegajosa hiel.
Y decimos que ya no creemos
en el aire común
que puede compartir una boca con la otra,
pero cada vez más nos quedamos sin aliento.
Y decimos que usamos el centrifugado
sólo cuando sobre la lavadora
puede darse un buen coito.
Y en el ciclo de prelavado y escurrido
más a menudo ponemos, en lugar de ropa,
pedazo por pedazo nuestra piel adelgazada.
Mujeres independientes. Censuramos
nuestras palabras demasiado suaves.
Apoyamos la revisión de sentimientos y la teoría
de que fue creada primero la inocente Eva,
mientras que Adán mordió la manzana
por desear que Dios le hiciera
de la serpiente otros dos falos:
pensó, pobrecito, que
no le bastaba con uno.
Independientes, decimos, más que nunca.
Pero en las noches solitarias, cada vez más
bajamos a la estrecha vulva nuestro milagroso dedito
como si metiéramos una bala en el cañón de la escopeta
que no dispararía.
Y sonreímos, con tristeza, en un sueño sin sueños.
Y la mano está en lo seguro, mientras gira
alrededor del suave cero.
ANA RISTOVIC, Ligera vuela la sombra. Diecisiete poetas serbias (1957-1989), traducción de Dubravka Suznjevic, Vaso roto, 2021.
¡Libertad... para pensar!
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