¿Redistribución o reconocimiento? (Nancy Fraser)

Teoría crítica, Nancy Fraser, redistribución, reconocimiento, filosofía moral, teoría social, justicia, paradigmas de justicia, identidad, luchas sociales, movimientos sociales, dilemas morales, horizonte femenino


El desafío de la justicia social contemporánea se ha bifurcado en dos frentes de lucha: redistribución y reconocimiento, abordando las políticas de clase y de identidad. La tercera generación de la Teoría Crítica, representada por pensadores como Iris Marion Young, Nancy Fraser y Axel Honneth, así como los movimientos sociales, se alinean con una u otra tendencia, confiriendo a la redistribución y al reconocimiento connotaciones filosóficas y políticas.

Estos conceptos no solo son paradigmas normativos, sino que también proporcionan fundamentos para definir, analizar y proponer soluciones a las luchas sociales. La redistribución, arraigada en la tradición liberal, amalgama los postulados de la libertad individual con los principios de igualdad de la socialdemocracia. Por otro lado, el reconocimiento se sumerge en la filosofía hegeliana, designando relaciones de reciprocidad ideal entre sujetos basadas en similitudes y diferencias. Además, ambos son reclamos populares de justicia, expresados por colectividades en la esfera pública.

El libro "Redistribución o reconocimiento: un debate político-filosófico," capitaneado por Nancy Fraser y Axel Honneth, inicia su disertación distinguiendo las dos connotaciones del problema en cuatro etapas. La primera, denominada Justicia bidimensional, aborda la dimensión política de la justicia social, relacionándola con causas y soluciones de la injusticia. Las siguientes etapas exploran las disputas filosóficas desde la filosofía moral y la teoría social, cerrando con las dificultades al aplicar marcos normativos ideales en sociedades democráticas.

Históricamente, las luchas sociales se centraron en la justicia de clase, proponiendo modificar la estructura económica y eliminar las clases sociales. Sin embargo, las luchas actuales han desviado el enfoque hacia la identidad, buscando el reconocimiento de características específicas de grupos por género, sexualidad y etnia. Este cambio se atribuye al posfordismo, poscomunismo y globalización, desplazando el enfoque económico hacia dimensiones culturales, económicas y políticas.

La comprensión de la justicia en las actuales condiciones requiere un marco normativo que integre reivindicaciones de igualdad social con el reconocimiento de la diferencia. Fraser destaca la falsa antítesis entre redistribución e identidad, proponiendo un enfoque integral y bidimensional. Examina cómo, aunque cada eje se basa en principios de reconocimiento erróneo y mala distribución, no todos son bidimensionales de la misma manera.

En el ámbito de la filosofía moral, Fraser se distancia de la teoría del reconocimiento como condición ética de autorrealización. Su enfoque bidimensional trasciende el plano ético, ubicando el reconocimiento en el ámbito del derecho y la moralidad. La igualdad participativa, como principio normativo, busca la participación equitativa en interacciones sociales y exige interpretaciones intergrupales e intragrupales para evaluar las reivindicaciones.

Este modelo, sin embargo, restringe la acción política a la mayoría de edad, excluyendo temporalmente a niños, jóvenes y personas con discapacidades. Fraser, al buscar superar el sesgo subjetivo en la teoría del reconocimiento, propone un enfoque normativo estructuralista, situando el problema en las normas y no en la cotidianidad.

En cuanto a las cuestiones de teoría social, Fraser aboga por el dualismo perspectivista para superar la dicotomía entre política de clase y de identidad. Redistribución y reconocimiento se entrelazan como perspectivas interpenetradas, reconociendo la influencia mutua entre la dimensión cultural y económica de las prácticas sociales.

En la teoría política e institucionalización democrática, Fraser revisa estrategias de intervención (afirmación y transformación) para remediar injusticias, aplicables tanto a redistribución como a reconocimiento. Las reformas no reformistas, en línea con su enfoque bidimensional, buscan modificar el orden de estatus en el campo institucional y político, reorganizando instituciones y definiendo reglas para futuras luchas.

Las estrategias de afirmación y transformación juegan un papel clave en el conflicto entre redistribución y reconocimiento, ya que dentro de los grupos sociales coinciden ambas tendencias, complicando la definición de objetivos de lucha en una sola línea de acción.
 

Bibliografía

Fraser, Nancy (1996). Redistribución y reconocimiento: Hacia una visión integrada de justicia del género. En: Revista internacional de Filosofía Política, Nº. 8.

________ Y Honneth, Axel (2006). ¿Redistribución o reconocimiento? Un debate político – filosófico.  España: Editorial Morata.

¡Libertad... para pensar!

Comentarios

  1. Excelente análisis, y acertada exposición de lo difícil que es reconciliar el reconocimiento de lo diferente con la igualdad social. ¿Cabe esto? El prejuicio y la utilización de lo diferente para estigmatizar y no reconocer los derechos sociales de las minorías, nacen del miedo a que el diferente se parezca a uno, o a que el diferente termine siendo uno mismo. Me quedo con la redistribución.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. El debate entorno a estos dos paradigmas en amplio y profundo. Se ha dicho mucho y seguro faltan otras tantas afirmaciones; sin embargo, quienes ahora padecen los efectos de una u otra forma de injusticia abogan todos los días por respuestas efectivas y no efectistas a sus problemáticas. Gracias

      Borrar
  2. leído con tal devoción como siento por el tema descorazona, porqué la salida a la igualdad parece imposible, o cuanto menos nos queda un largo camino y un cambio global, quizás los más difíciles de convencer seamos nosotros mismos en la medida en que podemos aplicar esos análisis sobre nuestras actuaciones diarias, pues también estamos implícitos en todo proceso. gracias querida por tan profunda meditación. Un fuerte abrazo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Seguro el camino es largo y difícil, lo importante en este y otros casos, cuando se trata de igualdad, equidad y restitución de derechos es iniciar el proceso, sentar las bases para un buen esquema de justicia con el que la mayoría se sienta identificada. Saludos

      Borrar
  3. Parece por lo que veo que la igualdad es aún más utópica de lo que pensaba, parece que analizado el tema surgen más trabas que puentes..Muy interesante este artículo María Eugenia y un tema primordial. Saludos

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Las trabas se presentan siempre en todas nuestras cuestiones, en especial en aquellas temáticas que mayor controversia causan. Saludos

      Borrar

Publicar un comentario

Gracias por comentar, tus palabras me permitirán vislumbrar otras opciones de interpretación y comprensión de este universo.

Entradas más populares de este blog

Historia del barrio Mojica (Cali-Colombia)

Debate Physis vs Nómos

La identidad personal en David Hume